Quai des Orfèvres desde el Quai des Grands-Augustins, 19 marzo 2024
“Dios es un gran paisajista”, dice un personaje de Balzac contemplando el Sena.
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«Dieu est un grand paysagiste, dit Canalis en contemplant ce point de vue unique parmi ceux qui rendent les bords de la Seine si justement célèbres…», Balzac, «Modeste Mignon» (1855).
«La historia del Sena, el amor y los enamorados también es una cuestión histórica, por escribir…» →
→ El Sena, cuando llega la primavera… Dios y los enamorados.
→ El Sena y los enamorados… cuando llega la primavera.
El square más tranquilo de París… frecuentado por Proust, Aragon, Aurelien, Swann, Odette…
Tanto Lope de Vega como Balzac y tantos otros dejaron dicho que detrás de toda gran fortuna se esconden mil vicios o crímenes. Qué podemos pensar de nuestras actuales élites globales. Cuando se pasean por todas las cámaras habidas y por haber qué podemos decir de esos lugares idílicos por donde se pasean.La divina comedia queda reducida a comedia humana y en la actualidad a comedia perversa. No hay artistas ni sabios ni héroes paseándose por los cielos y los infiernos solo pobres hombres muy ricos engreídos en la posibilidad que lo pueden comprar todo. Al otro lado de la pantalla están los hombres pobres que viven como alimañas buscando hacerse ricos. Todo un desaguisado. Todo reducido a que todos se hayan degradado tanto que nos vemos en la imposibilidad que en la actualidad se pueda ver una comedia que describa el espíritu de nuestra época. Sin comedia imposible ver la tragedia humana que se avecina en estos paisajes que quedan en el mundo y en el inframundo incluso en el paraíso. Es tal la situación que sin comedia nos podemos quedar sin hombres ni ángeles ni diablos sin paisajes y por supuesto sin paisajistas. Un mundo sin comedia ni tragedia es un mundo vacío. Un mundo acabado sin belleza que contemplar. Ha durado su belleza lo que dura una falla antes de arder.
José,
En el caso del Sena… la fascinación que ejercía a primeros del XIX es bastante parecida a la que sigue ejerciendo a principios del XXI, tres siglos después…
Pasión que comparten, cada cual a su aire, los lugareños y los turistas que descubren París y su río…
Q.-