Patricia Highsmith, ca. 1950 / 55. Foto Ruth Bernhard / Princeton University Museum.
El éxito carpetovetónico de «Ripley», la serie de Netflix, se ha cobrado una víctima inocente: Patricia Highsmith, la creadora del legendario personaje.
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Basada en «The Talented Mr. Ripley» (1955), la novela de Patricia Highsmith, creada por Steven Zaillian, filmada / fotografiada por Robert Elswit, interpretada Andrew Scott, Dakota Fanning, Johnny Flynn, Eliot Sumner, Margherita Buy, Maurizio Lombardi, la serie está muy fuera de lo común. Tendrá su puesto propio en la historia de las nuevas narrativas visuales, cinematográficas, etcétera.
El entusiasmo carpetovetónico resta valor, sin embargo, a mi modo de ver, como consecuencia del aparente desconocimiento de la naturaleza de la novela original de Patricia Highsmith, calificada de «thriller», «thriller psicológico», y ese tipo de apreciaciones, alejadísimas de la naturaleza del relato literario original.
En su monumental obra póstuma (varios millares de páginas inéditas), traducida al castellano, «Diarios y cuadernos. 1941 – 1995» (Anagrama), la autora define su obra de este modo: «No siento ningún desprecio por la novela policiaca, incluso si las historias de detectives o de justicieros no me interesan verdaderamente. Acepto la idea de estar clasificada como autora de suspense, pero no yo escribo intrigas policiacas».
La pareja Higsmith / Ripley es hija directa de Dostoievski y Kafka. Autora y personaje son primos hermanos de algunos personajes de Flaubert. Un respeto. Imprescindible para poder comprender plenamente la serie «Ripley».
A partir de ahí, los «Diarios y cuadernos. 1941 – 1995» ayudan a comprender los abismos de la vida y obra de su autora: catástrofes, tentaciones devastadoras, historias de amor (trágicas y grotescas en muchas ocasiones), y … un vagabundeo geográfico y carnal entre el Nueva York homosexual de Berenice Abbot y el Village, el París homosexual de Natalie Barney (corresponsal de Marguerite Youcenar), donde tuvo como amante a Janet Flanner, corresponsal del New Yorker, la homosexualidad cosmopolita con un largo rosario de mujeres de la más diversa condición. Esa búsqueda ansiosa y atormentada ilumina con una lívida luz muy pura el alma ¿desalmada? de Ripley.
Los Diarios de Patricia Highsmith están escritos originalmente en inglés. Pero también hay muchas páginas escritas directamente en francés, alemán, italiano y español, con una intención esquiva que recuerda el comportamiento de Ripley: ocultar anécdotas o sentimientos a su amante de turno. La autora habla con una franqueza tierna y feroz, por momentos, de insondable soledad y melancolía.
En algún momento de sus diarios, Patricia Highsmith recuerda con cariño y simpatía a su editor español y su esposa, Jorge Herralde y Lali Gubern, hermana de Román Gubern, gran crítico e historiador del cine, y escribe: «Nos acompañan a San Sebastián [ .. ] la vista desde la ventanilla del avión son montañas de color gris y verde [ .. ] ¡Cuánta tierra desperdiciada!».
«Tierra desperdiciada»… tan próxima a la tierra baldía de Eliot, tan próxima, igualmente, a los laberintos urbanos de la Viena de «El tercer hombre»… donde la maldad de Harry Lime (Orson Welles), la bondad de Holly Martins (Joseph Cotten), dirigidos por Carol Reed, errantes en una ciudad poblada de héroes y alimañas, tiene muchas cosas en común con «Ripley».
Carole says
El que sabe, sabe. De agradecer.
JP Quiñonero says
Carole,
Encantado of the life, oye,
Q.-
Irene says
Muy muy bien visto
JP Quiñonero says
Irene,
Muy, muy agradecido, claro,
Q.-