
Sorbonne, 25 abril 2024.
No es la primera vez que el presidente francés cita a Paul Valery para recordar que las civilizaciones son mortales.
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Emmanuel Macron ha lanzado un grave grito de alarma sobre el futuro de Europa y la civilización europea: «Las civilizaciones son mortales. Europa puede morir, amenazada desde muchos frentes. Su futuro depende de nuestras decisiones».
Dirigiéndose a los gobiernos y opiniones públicas europeas, en francés, español, inglés, alemán y polaco, el presidente francés pronunció a última hora de la mañana del jueves un discurso muy grave y solemne en el anfiteatro de la Universidad de la Sorbonne, la más antigua e importante de Francia, acompañado de su gobierno, en pleno, y de los presidentes de todas las instituciones nacionales.
A juicio de Macron, más allá de las fronteras actuales de la Unión Europea (UE), toda Europa está amenazada en tres terrenos históricos y estratégicos, capitales: en materia de geopolítica y seguridad, defensa; en materia de economía, con su modelos amenazados y declinantes; en el terreno cultural e intelectual, cuando su futuro necesita más que nunca de un «relato creíble».
Para responder a esos desafíos, sin precedentes, desde el fin de la Segunda guerra mundial y todo el proceso de la construcción política de Europa, Macron propone una «Europa potencia», invitando al resto de los aliados a lanzar una gran «iniciativa común que debe ser, en principio, un proyecto para construir una Europa de la defensa creíble», acompañada de otra «iniciativa europea de intervención militar» y la creación de una Academia militar europea, «para formar a nuestros propios cuadros militares y civiles europeos».
El primer objetivo de proyecto macroniano de esa «Europa potencia» debiera ser «hacer respetar y asegurar nuestra defensa», con este objetivo esencial: «Confirmar el respeto y protección de nuestras fronteras. El principal peligro para la seguridad europea, hoy, es, evidentemente, la guerra en Ucrania».
Ese objetivo primordial para la seguridad continental tiene varios capítulos complementarios.
La protección de las fronteras nacionales deben fundarse en la «autonomía estratégica». Sin nombrar a los EE. UU., Macron propone que Europa se confirme como un pilar autónomo, íntimamente asociado a la Alianza Atlántica, pero capaz de defender libremente sus intereses propios, que no siempre coinciden con los intereses de Washington, y pudieran llegar a ser antagónicos, si Donald Trump volviese a ser elegido presidente.
Esa «autonomía estratégica» debe afirmarse, a juicio de Macron, con varias familias de armas: un posible escudo anti misiles europeos; y una «capacidad europea de ciberseguridad y ciberdefensa».
La gran ambición macroniana en el terreno de la seguridad y la defensa también debe tener un puesto en la restauración deseada de una «soberanía industrial y militar», presentada de este modo: «No hay defensa sin industria de la defensa. Debemos transformar la urgencia del apoyo a Ucrania en un esfuerzo esfuerzo colectivo, industrial, acompañado de una dimensión comercial, la preferencia europea en el terreno de la compra de material militar. Debemos ser lúcidos, Europa es víctima de años y décadas de inversiones que no han estado a la altura de los desafíos, atizando una dependencia peligrosa, para afirmar la potencia europea en el terreno de la industria de la defensa común».
En el terreno económico, Macron tiene una visión muy pesimista, que resume de este modo: «En el plan económico y comercial nuestro modelo no es sostenible, ante la competencia internacional de China y los EE. UU.»
Ante tan «precaria situación», el presidente francés tiene una aspiración: «La UE debe ser un líder mundial en 2030». Ambición que propone conquistar a través de las inversiones y acción comunes en cinco sectores estratégicos: inteligencia artificial, informática cuántica, espacio, biotecnologías y nuevas energías (hidrógeno, reactores modulares, fusión nuclear…).
En el terreno estrictamente comercial, Macron defiende la instauración de la «preferencia comunitaria»: una suerte de «paraguas» o «frontera» comercial, con el fin de frenar las exportaciones de China y los EE. UU. «que no respetan las reglas comerciales mundiales, tal como fueron redactadas hace años». El presidente francés estima que los aliados europeos deben restaurar, afirmar y defender su propia potencia e intereses económicos, comerciales, limitando o poniendo techo a la competencia desleal de chinos y norteamericanos.
Macron considera igualmente esencial restaurar una Europa «gran potencia cultural», a la altura de sus orígenes y pasado, esencial en la historia de las civilizaciones. Ambición que el presidente francés resume de este modo: «En el momento que vivimos, también estamos amenazados en el terreno cultural, víctima de una batalla moral que tiene muchos frentes… en el terreno de los valores, los relatos, la vida moral y espiritual nos encontramos en una situación muy delicada. Debemos restaurar la Europa cultural gran potencia».
A juicio de Macron, la gran potencia europea del futuro debe tener como semilla el humanismo europeo, la matriz donde se fundaron, durante siglos, todos los principios esenciales de las libertades inviduales y colectivas, la vida democrática.
«Ser Europeo -concluyó el presidente francés, al final de un gran discurso de una hora y cuarenta y cinco minutos de duración- no consiste simplemente en vivir en una tierra, del Báltico al Mediterráneo, o del Atlántico al Mar Negro. Ser europeo es defender una cierta idea del hombre y del puesto del individuo libre, racional y cultivado, por encima de todo». ABC, Macron entra en campaña: «Europa puede morir si no tomamos las medidas militares, económicas y culturales necesarias» + PDF.
Macron teme el eclipse / ocaso de Europa.
A la tercera va la vencida. Europa Asia …se ha suicidado dos veces y puede que estemos en la tercera y definitiva. En etología cuando se intenta entender la violencia letal se estudian los rituales previos a la destrucción mutua. Cuando se sabe qué la destrucción mutua está asegurada preparar un mundo militarizado es algo inaudito. La propuesta tendría que ser la creación de nuevas instituciones globales para educar a las élites globales sobre todo a las ocultas o bien cambiarlas. Eso de ver quién tiene más es más propio de niños presumiendo de sus padres que de adultos con cinco mil años o más de culturas y civilizaciones varias. Estamos en una encrucijada en la que la verborrea sobre papel moneda y deuda no conduce a ningún sitio ni por la derecha ni por la izquierda. Los problemas son otros y el fundamental es como salir del atolladero. Por primera vez todos los países son iguales aunque sea en lo negativo. Desde el más grande al más pequeño tienen su Maxim capaz de acabar con todo. Da igual el misil más grande como el virus manipulado del laboratorio más pequeño. No podemos actuar como si no hubiese pasado nada. Estamos en una situación nunca dada antes. De la tragedia podemos pasar a la esperanza pero si solo nos quedamos como estábamos no salimos de donde estábamos y el proceso no humano continúa. Esperar no es la solución nadie espera que las cosas cambien cuando son nuestras cosas aquellas que nos superan como especie se pueden sufrir con aplomo y dignidad pero nuestras perversiones maléficas solo las podemos cambiar nosotros no podemos esperar que nos las cambien nuestros ángeles inventados.
José,
«Virgencita, virgencita…»
Europa está amenazada, en crisis, qué se yo … pero sigue siendo una isla dorada que hace soñar a los pobres y los ricos de varios continentes, encantados cuando visitan Barcelona, París o …
Q.-