Financial Times lo cuenta así:
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Financial Times, 6 mayo 2024, Xi is probing for cracks in the EU and Nato.
Durante la primera jornada de su visita de Estado, los discursos y declaraciones de Xi Jinping, presidente de China, Emmanuel Macron, presidente francés, y Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión europea, estuvieron marcadas por una «franqueza» no exenta de cierta «brutalidad» irónica, iluminando desacuerdos profundos.
Ante la evolución del comercio mundial, dominado por un duelo entre China y los EE. UU., y los llamamientos al «refuerzo de la confianza estratégica» del presidente chino, Úrsula von der Leyen respondió una rara franqueza poco «diplomática»: «La Unión Europea no dudará en tomar decisiones duras y difíciles para defender su mercado. No podemos soportar que nuestros mercados sean inundados por los productos chinos».
Francia y la gran mayoría de los Estados miembros de la UE estiman que el proteccionismo agresivo y subvencionado es una violación flagrante de las normas convencionales del comercio mundial. Los portavoces oficiales del presidente Xi, por el contrario, repiten una y otra vez que «Europa debe evolucionar».
Macron, por su parte, ha reconocido que los miembros de la UE no siempre tienen la misma posición ante China. «Detalle» que el presidente chino utiliza por lanzar llamamiento a la «convergencia chino rusa» que solo atiza las divisiones europeas.
Un coche eléctrico chino vale unos 30.000 euros. Un coche eléctrico europeo vale 50.000 euros. «¿Puede la Unión Europea privar a los consumidores europeos de esa diferencia de precios?» preguntaba irónico y sonriente un consejero diplomático chino a un grupito de periodistas europeos.
Ante el mismo problema de fondo, para toda Europa, Bruno Le Maire, ministro francés de economía, declaraba la mañana del lunes al final de un debate franco-chino sobre el nuevo comercio mundial: «No podemos hablar de relación equilibrada entre China y Europa, cuando el proteccionismo y los excedentes comerciales están en Pekín y los déficits en Europa». Emmanuel Macron, por su parte, intentaba serenar la «franqueza» de ambas partes, con este comentario: «El futuro de nuestro de nuestro continente depende de nuestra capacidad para desarrollar de manera equilibrada nuestras relaciones con China».
«Equilibrio» que Pekín, segunda potencia económica mundial, detrás de los EE.UU., el gran rival planetario, entiende a su manera. Zhang Weiwei, comunista de extrema derecha, consejero íntimo del presidente Xi Jinping, resumía la tarde del lunes su opinión personal con esta sentencia: «Hace treinta años, los asiáticos veían Europa como una zona de paz y prosperidad. Ahora piensan otra cosa». Sentencia despectiva de una franqueza nada diplomática, cuando Xi se dejaba «cortejar» por Macron ante el abismo militar de la guerra de Ucrania y su incierto futuro.
En la cena de gala, en el Eliseo, en honor de Xi Jinping y su comitiva, celebrando el sexagésimo aniversario de las relaciones franco – chinas, Macron volvió a insistir en el puesto capital de Pekín como «interlocutor privilegiado» con Moscú. El presidente chino agradeció la deferencia francesa, pero dejó que sus portavoces oficiosos filtraran una posición siempre favorable a la Rusia de Putin, cuya agresión contra Ucrania nunca ha sido condenada en Pekín.
Hablando con mucha ironía hacia Europa, Zhang Weiwei, consejero íntimo del presidente Xi, dejaba caer ante un grupito de periodistas y diplomáticos, tras una conferencia bilateral, previa a la cena en el Elíseo: «Occidente, los EE. UU. y Europa, quieren aislar a Rusia. Bien. Pero, en verdad es el resto del mundo el que aísla a Europa. Vladimir Putin fue el primer dirigente mundial en elogiar las Rutas de la Seda y es muy posible que visite Pekín próximamente».
Durante la cena, en el Elíseo, Macron volvió a «agradecer» a Xi su «compromiso» a no vender armas a la Rusia de Putin, esperando creer que el dirigente chino pudiera «calmar los ardores marciales» del presidente ruso.
Sin embargo, la gira «europea» no confirma precisamente tal esperanza. Bien al contrario. Tras Francia, Xi visitará Serbia y Hungría, dos Estados abiertamente pro rusos, muy alejados y hostiles de las posiciones «marciales» de Macron, dispuesto a poner el arma nuclear francesa al servicio de un proyecto de defensa europea.
Las elecciones serbias del mes de diciembre pasado confirmaron el alejamiento político y diplomático de Belgrado de una UE que había llegado a «soñar» con el ingreso serbio en la Unión.
Las «conexiones» entre Hungría y la Rusia de Putin tienen muchas ramificaciones diplomáticas, militares y económicas, de Kiev a Madrid. En París, el presidente chino «coquetea» irónicamente con un presidente francés que espera su «apoyo» para «flexibilizar» a Putin. En Belgrado y Budapest, Xi apoya expresamente a los mejores aliados de Moscú contra Europa occidental, esperando recibir al presidente ruso próximamente, en Pekín, como aliado privilegiado. ABC, La visita de Xi a Francia deja buenas palabras y profundos desacuerdos + PDF.
Macron recibe a Xi Jinping, entre Mao y Stalin.
Rebiya Kadeer, en el corazón de la revuelta uigur contra la tiranía china.
China, Francia, Airbus, comercio, grandeur y … 3.
Siempre escuché decir que: «El pez grande se come al pequeño…».
Veremos…
Fina,
Amén … con frecuencia, los «peces grandes» pueden tener una voracidad temible, ay,
Q.-