
Pont des Arts, 25 marzo 2017. Foto JPQ.
Blaise Cendrars y Walter Benjamin lo cuentan con mucha precisión. Azorín aporta un matiz…
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En «Bourlinguer» (1948), Cendrars escribe: «La Seine est la seule ville du monde où coule un fleuve encadré par deux rangées de livres».
Un río que transcurre entre hileras de libros, hummmm … quizá no pueda decirse lo mismo del Hudson, el Támesis, el Spree, el Tíber, el Nevá.
En sus anotaciones sobre paisajes urbanos, llamadas a integrarse en su monumental París, capital del siglo XIX, Walter Benjamin escribe ca. 1938 / 39: «Aucune ville n’est liée aussi intimement au livre que Paris. Si […] l’homme a le plus haut sentiment de liberté en flânant le long d’un fleuve, le flânerie la plus achevée, par conséquent la plus heureuse, conduit ici encore vers le livre, et dans le livre. Car depuis des siècles le lierre des feuilles savantes s’est attaché sur les quais de la Seine : Paris est la grande salle de lecture d’une bibliothèque que traverse la Seine…».
Descubrimiento de la libertad vagabundeando a lo largo de las orillas de un río, para descubrir el libro, los libros, acostados a los muelles del Sena desde hace siglos… París, la más grande sala de lectura de una biblioteca, junto a su río…
En el caso de Azorín, los vagabundeos por los muelles del Sena se confunden con el descubrimiento de una mujer, una librera.
París en color … El Sena / La Seine … Azorín recuerda a una mujer.
Bonita, bonita hisroria.
Carole,
Ilusión, tus palabras, yeahhh+
Q.-