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Rue des Canettes vista desde la rue du Four. Foto Charles Marville, ca 1853 – 1870.
Baudelaire y Nadar, entre otros colegas, visitaban a su amigo Henry Murger, escritor célebre por sus crónicas de la vida bohemia de su tiempo, en el Hotel Merciol, a la izquierda, donde trabaja desde hace pocos años un sastre que corta chaquetas y trajes a mi gusto.
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Rue des Canettes desde la Rue du Four, 22 mayo 2024. Foto JPQ.
Muchos años más tarde, Céleste Albaret se compró un piso muy modesto metros más lejos, gracias a un regalo de Marcel Proust.
Robert Doisneau inmortalizó la calle en una foto que me ha hecho soñar en muchas ocasiones:
Robert Doisneau, Charles Marville, rue du Four, rue des Canettes, una tarde de primavera.
El París de Baudelaire … tan próximo al de Sade, Buñuel, Azorín, CJC.
Baudelaire, París, spleen y gloria del corazón de las ciudades.
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Ilustración de Scènes de la vie de bohème (1851) de Henry Murger, amigo de Baudelaire.
Muchas gracias, Quiño!!!
Sabes que me encantan las historias que nos cuentas de tu París y comparar las imágenes que tú haces en la actualidad con las de un pasado glorioso …
A través tuyo pude conocer las fotos de Robert Doisneau. ¡Qué maravilla! Son entrañables y realmente te hacen soñar…
Es admirable como consigue inmortalizar instantes de gloria…
A seguir eternizando……..!!!!!!!
Palanteeeeee……….!!!!!!!!!!!!!!!!
Fina,
Doisneau, ah, sí, que maravilla…
Gracias, siempre, por tu amistosa geneerosidad.
Palanteeee
Q.-
Baudelaire me viene por las noches, no es ánima que aterre ni traiga maldiciones; desde que tú la convocaste, acude cada día, susurra evanescente pero firme, cuando ya me aproximo a esa horizontal reposada del polvo en que, con tanta frecuencia, se acurruca el añoso, cual hizo el jabalí herido del poeta que acudía a la fraga a la espera de la muerte. Surge y refulge Baudelaire, trae esa inspiración que es el azote de los vagos, me apremia y me regaña, tiene razones objetivas para hacerlo: son mis jornadas no lo bastante solidarias, crean solo nonatos, abortos de las letras; por eso nada saben ni atienden lo de aquí. Gracias renuevo a tus fotos y a tus textos, son de este siglo, este año y este día, rayo que alumbra y no se apaga, siempre le aportas combustible.
Ricardo,
Como siempre, maravillado me / nos dejas… con la gracia intacta de tus bellas y generosas palabras… qué bien…
Q.-