Rue d’Aligre, 9 junio 2024. Foto JPQ.
De entrada, Le Figaro de hoy: Européennes, une suprématie territoriale totale et sans précédent dans l’histoire électorale française.
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Luego…
Según los primeros sondeos y estimaciones oficiosas, Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), el partido de Marine Le Pen, podría «rozar», incluso ganar y tener mayoría absoluta en las elecciones anticipadas convocadas por Emmanuel Macron, el 30 de junio y el 7 de julio próximos.
Según un sondeo online publicado por el matutino conservador Le Figaro, un 81 / 82 % de los 100.000 lectores participantes consideran «posible» o «muy posible» la derrota de Macron y la victoria de Le Pen.
Según otro sondeo confidencial, realizado por cuenta de Los Republicanos (LR, derecha tradicional), el partido del general de Gaulle, Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy, AN podría llegar a conseguir hasta 270 / 280 diputados, cuando la mayoría absoluta es de 289 escaños en una AN de 577. Proyección sin precedentes en la historia de la V República, creada entre 1958 y 1962. Históricamente, el Frente Nacional (FN) de Jean-Marie Le Pen, que su hija Marine transformó en AN, solo tuvo una representación parlamentaria modesta y «simbólica» en pocas ocasiones.
Hace dos años, por vez primera, el partido de la familia Le Pen se convirtió en la primera fuerza de oposición parlamentaria, con 89 diputados. Fue un gran acontecimiento histórico. Tras su triunfo en las elecciones europeas, el partido de la familia Le Pen aspira a aumentar su presencia parlamentaria, diciéndose «dispuesto a gobernar» Francia.
Los primeros sondeos pueden estar equivocados o muy equivocados. Pero no dejan de ser un «indicador de tendencia», bastante significativo
Nadie duda que Francia se ha convertido en un campo de minas políticas donde las principales fuerzas juegan un arriesgado póquer descubierto.
Tomando esas decisiones, Emmanuel Macron, presidente y jefe del Estado, se instala él solo en primera línea de crisis.
Si su partido, Renacimiento, y los grupúsculos de su mayoría parlamentaria, simple y relativa, consiguieran ganar las elecciones anticipadas, Macron se encontraría con una oposición más dura y amenazante. Si Marine Le Pen ganase las próximas elecciones, Francia daría un vuelco histórico, y Macron tendría dos alternativas: dimitir o someterse a una mayoría parlamentaria de extrema derecha.
Gabriel Attal, primer ministro, intentó disuadir al presidente, la noche del domingo, estimando que las elecciones anticipadas son un «riesgo inquietante», que Macron ha decidido correr. A última hora de la tarde del lunes, el presidente recibió en el Elíseo Édouard Philippe, ex primer ministro, para intentar convencerlo de ponerse al frente de las tropas macronianas en la inminente batalla electoral. Otros ministros, como Bruno Le Maire (Economía) y Gérald Darmanin (Interior), parecen llamados a jugar un papel eminente en la campaña.
Si Agrupación Nacional (ex FN, extrema derecha), ganase las elecciones, Marine Le Pen tendría que afrontar dos problemas graves: 1. Ella y su padre, Jean-Marie, deben ser juzgados, en septiembre, del presunto delito de extorsión de fondos públicos europeos. 2. El posible primer ministro de su partido, Jordan Bardella (29 años), no ha trabajado nunca, y abandonó los estudios de abogacía, sin tener ningún diploma universitario.
Le Pen y Bardella se reunieron la tarde del lunes con Marion Marechal Le Pen, cabeza de lista en Reconquista, el partido ultraderechista de Éric Zemmour, en las elecciones europeas, consiguiendo un muy modesto resultado del 5 % de los votos. Pudieran tratarse de un intento de «recomposición» de las extremas derechas.
Los Republicanos (LR, derecha tradicional) vive la crisis más grave de la historia del conservadurismo tradicional, heredero del general de Gaulle, Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy, condenado judicialmente en varias ocasiones. Esa derecha está dividida entre partidarios y adversarios de entenderse con Macron.
Con Sarkozy esperando nuevos juicios, y sin líder nacional claro y con empuje, LR se encuentran en una encrucijada: en solitario están al borde de un precipicio; unidos a Macron podrían desaparecer o contribuir a construir una «nueva derecha» (¿?).
Las izquierdas, minoritarias, están divididas en dos grandes familias, europeísta y poco o nada europeísta.
La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda populista), el PCF, los Verdes y el PS iniciaron la tarde del lunes una primera ronda de conversaciones para intentar construir o reconstruir una «coalición de izquierda», algo parecido a un «frente popular».
A la espera del resultado de esas conversaciones, las diversas izquierdas coquetean con la decadencia.
LFI es el partido mayoritario entre las izquierdas: pero su defensa de Hamás, su búsqueda del electorado franco-musulmán, su hostilidad a la UE, lo alejan del socialismo europeísta.
En el PS cohabitan dos familias enfrentadas. Los socialistas poco europeístas son partidarios de formar parte de un Frente Popular contra Le Pen. Pero los socialistas europeístas defienden «un socialismo de gobierno», que nadie sabe con quién podría gobernar.
Los ecologistas, por su parte, han vuelto a convertirse en un grupúsculo radical y minoritario, con modestas perspectivas de recuperación, cuando el PCF no sale de su gueto histórico y defiende la creación de un Frente Popular, caído en una crisis sin posible retorno.
Ante tal paisaje de ruinas políticas, Emmanuel Macron y Marine Le Pen vuelven a repetir su duelo personal de las presidenciales y legislativas del 2022, cuando comenzó la gran crisis e inconclusa recomposición histórica del paisaje político nacional.
Hoy como ayer, se trata de dos visiones de Francia, Europa y la Alianza Atlántica, sencillamente antagónicas.
Macron su partido y aliados se presentan como defensores de la disciplina de la zona euro, la política europea contra la inmigración, la solidaridad con Ucrania contra la Rusia de Putin y la comunidad de defensa de la OTAN.
Hace apenas cinco años, Marine Le Pen era partidaria del Frexit (sacar a Francia de la Unión Europea, UE) y abandonar el puesto de Francia en el mando militar de la OTAN. Durante los dos últimos dos años, ha modificado esas posiciones, sin abandonarlas completamente: desea «renegociar» la política migratoria europea, crear una «doble frontera» contra la inmigración, afirmar la «soberanía nacional» en el seno de la Alianza Atlántica, limitar las ayudas a Ucrania, sin abandonar nunca su simpatía personal e histórica por Donald Trump, que Emmanuel Macron y la gran mayoría de los gobiernos europeos consideran como una amenaza para el futuro de la seguridad y la construcción política de Europa, amenazada por las ambiciones militares de Vladimir Putin. ABC, Francia ve a Le Pen vencedora en los comicios adelantados por Macron + PDF.
Macron desea crear un frente europeo contra extremas derechas y ultra derechas anti europeas.
Jose says
Estamos en una guerra de élites que no tardará mucho en hacer bajar a sus seguidores a las pocas calles que aún quedan en las ciudades occidentales. La Europa africana se extiende hasta llegar a las puertas de la Europa asiática. Las ultimas elecciones y sus repeticiones nos pueden llevar a su abstención global con apenas algunos votos de las élites y sus servidores. Puede que entremos en una tecnocracia apolítica sin ideologías de ningún tipo con el único objetivo de impedir el final del capital y del mercado base fundamental de las élites del comprar y vender las religiosas están en el mundo trascendente de sus cielos e infiernos protegidas de todos los acontecimientos mundanos. Los césares son de los dioses hasta ahora no así los programas que dirigen las sociedades actuales que son de las élites mundanas por poco tiempo no de los creyentes protectores de dioses eternos. Elecciones rezos fiestas propagandas como distracción de las masas multitudes ex ciudadanos o el caos y la muerte de los excedentes de población o el control total de las inteligencias artificiales diseñadoras de los nuevos mundos que ya son posibles. Los últimos dirigentes ya no distraen y sus sustitutos tampoco. La libertad de los humanos ya no será la lucha la pataleta contra la imposición de otra libertad ahora en la libertad de los programas tecnológicos el hombre se vuelve obsoleto y se disuelve hasta quedarse sin identidad como un cosa más ni protesta ni se rebela ya no puede.
JP Quiñonero says
José.
«Virgencita, virgencita..»
Q.-