Temo que las chicas, jóvenes y menos jóvenes, señoras y señoritas, descubran con cierta reserva el cartel de los amigos de Emmanuel Macron:
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De izquierda a derecha, François Bayrou (de origen demócrata cristiano), Édoudard Philippe (de origen conservador tradicional), Gabriel Attal (primer ministro gay de la historia de la V República), Stéphane Séjourné (ministro de AE, ha sido pareja de hecho de Attal).
Las mujeres, detrás, aplaudiendo, «coro» anónimo de figurantas sin personalidad propia.
Tras el error histórico de su vida, convocando elecciones generales anticipadas, precipitando a Francia en un tobogán caótico, Macron y / o sus amigos, cometen otro error significativo, con este cartel, de la peor propaganda, cuando esa alianza tiene menos intenciones de voto que la extrema derecha de Le Pen y coalición heteróclita del Nuevo Frente Popular (NFP).
Basta con ir a un mitin de Le Pen o a una manifa del NFP para advertir la importancia excepcional de la presencia y el compromiso femenino con las batallas políticas en curso.
De las señoras bien a las madres solteras con recursos precarios o muy precarios, de las empleadas de hogar a las tecnócratas moderadas de la moderación, las mujeres tienen una personalidad y reivindicaciones, bien reales, históricas, justificadas, que, en esta ocasión, han escapado al director o directores de campaña del bando macroniano.
El sexo, los sexos, en verdad, también son cosa política, ayer, hoy y mañana.
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