«Marine … fóllate a tu padre». Avenue Daumesnil..? 15 junio 2024. Foto JPQ.
Antisemitismo de extrema izquierda y extrema derecha, violencias antisemitas, violencia verbal / electoral, tensiones que atizan el miedo…
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… miedo social, cultural, político, diplomático, nacional y europeo, ante las llamaradas de racismo antisemita y el riesgo de una degradación histórica de Francia, víctima de la irresponsabilidad y los extremismos, está provocando un cierto «recentraje» de todas las fuerzas políticas.
El miércoles, la Comisión europea propuso abrir contra Francia un «procedimiento contra el deficit excesivo». Dicho de manera menos elíptica. Macron ha situado la deuda y los déficits públicos a un nivel insostenible para la credibilidad nacional. Y los programas económicos de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha) y Nuevo Frente Popular (NFP, unión electoral de izquierdas, dominada por la extrema izquierda) causan pavor en los mercados.
El jueves, Gabriel Attal, primer ministro, se apresuró a declarar: «Nuestro gobierno está comprometido a no subir los impuestos y reequilibrar las cuentas del Estado». Promesa piadosa, tras varios años de gastos excesivos, cuando el Movimiento de las empresas de Francia (Medef), patronal mayoritaria, insistía: «Los programas económicos de Le Pen y las izquierdas son peligrosos para la economía nacional».
El martes, Jordan Bardella, líder del partido de Le Pen, declaraba: «Necesito una mayoría absoluta. No quiero ser un lacayo de Macron». Advertencia alarmista de inestabilidad institucional, tras la inevitable cohabitación entre el presidente y un partido que puede tener mayoría absoluta o relativa.
El jueves, Marine Le Pen se apresuró a corregir al líder de su propio partido, declarando: «No nos prohibimos nada. Llegado el caso, estamos dispuestos a formar un gobierno con personalidades exteriores a nuestro partido». Traducido al lenguaje coloquial: Le Pen está dispuesta a «olvidar» su propia «marca», política y familiar, para gobernar con personalidades independientes que permitan enterrar (¿?) la etiqueta familiar de extrema derecha.
Ante la actualidad diplomática y militar, en Ucrania, Israel y Gaza, AN, el partido de Le Pen, y La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), el partido líder del NFP, se han visto doblemente «acosados» en direcciones antagónicas.
Consecuencia de las relaciones privilegiadas que ha tenido la familia Le Pen con Putin, el AN ha sido presentado como un partido poco menos que «amigo» de Putin. Jordan Bardella se ha apresurado a declarar: «Ucrania debe poder defenderse». El candidato a primer ministro, por el contrario, está en los antípodas de Macron: «Francia no debe enviar soldados a Ucrania ni proporcionar misiles de largo alcance».
Desde que Hamás lanzó la guerra contra Israel, con la matanza del 7 de octubre del año pasado, LFI ha denunciado el «genocidio» de Israel «justificando» las posiciones de Hamás. Esa posición no ha cambiado. Pero LFI debe «cohabitar», en el seno del NFP, con personalidades socialistas, como el ex presidente François Hollande, que tienen posiciones diametralmente opuestas.
La guerra Israel / Hamás ha coincidido con un incremento espectacular de los delitos y crímenes racistas, antisemitas, que han crecido en un 300 % durante el primer trimestre del año, con con respecto al año pasado. En ese horizonte, la persecución, violación y asesinato de una niña judía, de 12 años, el sábado pasado, día 15, en Courbevoie, en la periferia norte de París, ha provocado profundas reacciones nacionales de todo el arco iris político.
Durante una ceremonia de despedida de la niña asesinada y solidaridad con su familia, la dirigente ecologista Sandrine Rousseau fue abucheada, a gritos, pidiéndole que se marchara por estas razones: «¡Nos dais vergüenza, soy los cómplices del anti semitismo de la extrema izquierda». A la extrema derecha, Jean-Philippe Tanguy, portavoz de AN, denuncia el crimen vigorosamente, pero reconoce «un antisemitismo residual» en su propio partido.
Algunos dirigentes históricos del judaísmo francés, como Serge Klarsfeld, legendario «cazador» de nazis, han anunciado que «prefieren» votar a Le Pen «antes» que a los antisemitas que apoyan a Hamás desde la extrema izquierda.
Ese arco iris, del gris oscuro al negro azabache, que se cierne sobre el horizonte inmediato de Francia, alimenta un miedo profundo al caos político y diplomático que puede aislar y recortar el peso de Francia en la escena europea e internacional.
La desastrosa deriva presupuestaria, iniciada por Macron, puede agravarse tras las elecciones anticipadas: mal augurio para el conjunto de la zona euro. Las diferencias diplomáticas y militares, en la cúspide del Estado, entre un presidente y un jefe de Gobierno con posiciones enfrentadas, es un negro augurio para la seguridad Europea y la Alianza Atlántica, con la guerra de Ucrania al fondo. ABC, Le Pen y la coalición de izquierdas moderan sus programas para calmar a una patronal en pánico + PDF.
Francia en crisis … Macron abre la puerta a los populismos, de Le Pen al NFP.
Francia en crisis … entre Macron, Le Pen y el NFP, la gran patronal teme una catástrofe económica.
Le Pen y el Nuevo Frente Popular tienen programas económicos muy parecidos.
Educados en la Francia que coquetea con las extremas derechas y los populismos.
Jose says
La guerra de todos contra todos cada día más cerca.Las soluciones que encontró Hobbes contractualista cada vez más lejos nadie puede renunciar a su libertad a cambio de su vida la sociedad no es un mecano. Como creyó la señora inglesa el actor americano y el papá polaco es algo más complejo que nadie puede cambiar a su gusto a no ser que se desmonte todo. Qué podemos esperar si los contratos no funcionan las piezas del mecano no encajan y nada encuentra su lugar . Ni la democracia que desemboca en el libertinaje ni la monarquía que llega a una dictadura del rey absoluto. Nada es lo que parecía ser. El rey quantico no habla ni actúa y si lo hace nadie lo ve ahora bien todo lo que se hace se ve. Unos defienden lo que antes odiaban y los otros no defienden aquello que defendían. Gato vivo o gato muerto que más da si solo es un gato. Todos todas convertidos en cosas que votan cada cuatro o cinco años en elecciones sin garantías divinas. Una teología política sin dios ni polis votos que flotan en la Nada más Absoluta.
JP Quiñonero says
José,
Estamos en la era de los populismos … que comenzaron el Brexit y Trump … Milei y Le Pen están en esa estela…
Q.-
Irene says
Estamos también en tiempos groseros del pensamiento político 0, la pancarta del muchacho frentepopulista es elocuente por su convicción de ser impune
JP Quiñonero says
Irene,
Amén.
Pensamiento sucio, me atreveria a decir,
Q,.