Le Dôme de Paris / Palais des Sports, 2 junio 2024. Mitin Le Pen / Bardella. Foto JPQ.
A tres días cortos de la segunda y decisiva vuelta electoral, el domingo, Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), el partido de Marine Le Pen, está perdiendo fuelle: sigue cotizándose como partido ganador, pero sin mayoría absoluta.
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Se trata de un posible cambio de cierto calado, anunciándose el riesgo de una Asamblea Nacional (AN), dividida en tres bloques antagónicos, en una Francia muy difícil de gobernar.
A media mañana del jueves, los sondeos de RTL y BFMTV, la primera cadena de radio y la primera cadena de tv, fueron los primeros en anunciar un cambio de tendencia. El último sondeo del matutino conservador Le Figaro, la tarde del jueves, confirmaba la imprevisible evolución, anunciando que el partido de Le Pen podría conseguir entre 210 y 240 escaños. Bastante lejos de la mayoría absoluta.
La Asamblea Nacional tiene 577 escaños. Y son necesarios 289 diputados para tener mayoría absoluta. Con 210 / 240 escaños, el partido de Le Pen sería el primer partido y la primera fuerza política francesa, con mayoría simple y muchos problemas para gobernar, con un presidente, Emmanuel Macron, y unas oposiciones de izquierda y centro-derecha, totalmente opuestas.
Según el sondeo de Le Figaro, el Nuevo Frente Popular (NFP), que agrupa electoralmente a todas las izquierdas, extrema, socialista, comunista y ecologista, puede aspirar a 170 y 200 escaños. Oposición muy importante, pero insuficiente y muy dividida. La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), el PS, PCF y los Verdes, tienen posiciones muy distintas en cuestiones esenciales. El NFP puede ser el segundo gran bloque parlamentario. Pero todas las izquierdas, juntas, tienen menos intenciones de voto que la extrema derecha, y siguen siendo una fuerza «secundaria».
El partido y los amigos de Emmanuel Macron pueden contar con 95 y 125 escaños. Un desastre personal muy duro para el presidente: su partido retrocede, sus amigos políticos se dividen y no podrían gobernar con nadie.
Los Republicanos (LR, derecha tradicional), el partido de Nicolas Sarkozy, podría tener entre 25 y 45 escaños: la presencia parlamentaria más modesta de la historia del conservadurismo tradicional. Algunos diputados conservadores tienen la «tentación» de apoyar a Le Pen. Con Macron, LR no aportarían gran cosa. Con Le Pen se convertirían en una caricatura grotesca de los que fueron.
En el retroceso relativo del partido de Le Pen que anuncian los sondeos están influyendo varios factores de cierto calado inflamable.
Durante los últimos cinco días se han multiplicado los incidentes de violencia racista, y una docena de candidatos de AN han tomado posiciones de la extrema derecha más radical. La publicación de una lista de abogados a «eliminar», profesionalmente, publicada por un grupo extremista, causó la tarde del jueves una profunda «incomodidad» en el seno de AN.
Ante esa realidad esperpéntica, las líneas políticas de Marine Le Pen y Jordan Bardella, candidato a primer ministro, se están «confundiendo». Bardella y Le Pen condenan esos comportamientos. Pero los antecedentes de muchos candidatos dan una imagen bastante negativa.
En la recta final de la campaña, Le Pen defiende verbalmente una línea «dura» y «enérgica» contra Emmanuel Macron. Bardella, por el contrario, utiliza un lenguaje más «ecuménico» y moderado. Confusión relativa que puede «despistar» a bastantes electores, cuando el programa económico e institucional de AN provoca inquietudes de muy diversa índole.
La jubilación a los 60 años que comenzó a prometer Bardella ha entrado en crisis antes de llegar a gobernar, víctima de críticas devastadoras. Fue una reforma de la unión de la izquierda socialista y comunista en 1981: y fracasó. Toda la prensa financiera de referencia, Financial Times y The Economist, la han criticado con severidad. El matutino conservador Le Figaro ha escrito: «Los proyectos económicos de la extrema derecha y la extrema izquierda son incompatibles con el euro, la moneda única». Los agricultores franceses no pueden olvidar que, durante décadas, más del 60 % de sus ingresos eran subvenciones europeas.
Le Figaro insiste en otro punto sensible para muchos electores conservadores: los proyectos europeos de Le Pen están llamados a «chocar» con rapidez con Alemania, el primer y más influyente de los aliados europeos.
En el terreno internacional, la decisión de Vladimir Putin de apoyar directamente a Le Pen, desde la embajada de Rusia en París, ha introducido otro factor de inquietud y confusión entre los electorados moderados y conservadores tradicionales. ABC, El partido de Le Pen se aleja de la mayoría absoluta + PDF.
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