Foto AndreRau. The CUT, 18 octubre 2017. A Look Back: Catherine Deneuve and Yves Saint Laurent in Morocco.
La vida y la obra de Catherine Deneuve (París, 23 octubre 1943) comienzan a confundirse en la tierra estrellada de las leyendas.
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Nacida en el seno de una familia de actores, comenzó a crecer en el pecho de su madre, Renée Simonot, en un camerino del parisino Teatro del Odeón, a poco más de un kilómetro de su última residencia, tan próxima a la Plaza de Saint-Sulpice, donde fueron bautizados el Marqués de Sade y Baudelaire. Su padre, Maurice Dorléac, fue actor y director de doblaje de la filial francesa de Paramount Pictures, donde Catherine consiguió sus primeros trabajos como actriz, poco después de cumplir los tres años.
Mel Ferrer descubrió los trabajos de la niña y adolescente Catherine, estimando que tenía un cierto parecido con su esposa, Audrey Hepburn. La prometedora adolescente parisina comenzó así su carrera internacional a los diecisiete años, con “L’Homme à femmes” (1960), dirigida porJacques-Gérard Cornu, con Ferrer como estrella.
Siguieron entre 150 y 200 películas, dirigidas, entre otros, por Luis Buñuel, Raoul Ruiz, Roman Polanski, François Tuffraut, Jean-Pierre Melville, Robert Aldrich, Tonny Scott, Marco Ferreri, y un larguísimo etcétera. No es fácil separar la vida y la carrera de Catherine Deneuve.
Su primer compañero sentimental, y padre de su hijo Christian, fue Roger Vadim, que era un director famoso, cuando la carrera de Deneuve estaba comenzando y todavía era percibida como una mujer de mundo.
Su matrimonio con el fotógrafo David Bailey, en Londres, apenas duró dos años. Los testigos del divorcio fueron su hermana Francóise Dorleac, y Mick Jagger. “Coincidencia” que también ilumina otro rostro importante de la actriz: su presencia esencial en la historia del musical francés.
En la filmografía de Deneuve, “Les Parapluies de Cherbourg” (1962), realizada por Jacques Demy, tiene una importancia capital. Su revelación como actriz / cantante es una página mayor del cine musical europeo. Gingers Rogers y Eleanor Powell, fueron bailarinas excepcionales. Esa carrera eclipsó su carrera de actrices. Catherine Deneuve comenzó cantando y bailando, con su hermana, repitió esa experiencia musical en otras ocasiones. Pero su carrera de actriz fue mucho más excepcional, con otra dimensión que solo tienen las grandes figuras: Catherine Deneuve era capaz de imponer sus criterios artísticos a directores excepcionales, como Buñuel, Polansky, o Raoul Ruiz.
Deneuve aceptó el guión de “Repulsión” de Polanski. Pero, ojo, impuso sus criterios en el terreno esencial de un personaje complejo y problemático.
Cuando Luis Buñuel le presentó a Deneuve el guión de “Belle du jour”, la actriz aceptó encantada. A sabiendas que el proyecto de Buñuel no coincidía exactamente son su visión de la obra y su personaje. Buñuel había imaginado varias escenas de un erotismo “tórrido”, con bastantes desnudos en un lecho amoroso. A la hora de filmar esas escenas, Deneuve se negó, en rotundo. Y exigió una revisión, “imponiendo” a Buñuel la intimidad de un personaje de una manera más elíptica.
Buñuel quedó satisfecho. Y volvió a pensar en Deneuve para realizar su adaptación de una novela del canon literario español, “Tristana”, realizada en 1967. La actriz parisina muy “radical chic” pudo dar al personaje de Galdós una doble dimensión castellana y cosmopolita.
Raoul Ruiz tuvo un problema semejante, cuando ofreció a Deneuve el papel de Odette de Crezy, la amante trepadora más legendaria de la historia literaria francesa, uno de los grandes personajes de la “Recherche” de Marcel Proust. Cuando el personaje de Charles Swann encuentra a Odette, la gran trepadora oficiaba como “cocotte” con señores elegantes. “Cocotte”: señora que se gana la vida cobrando por sus prestaciones sexuales. La Odette de Deneuve no oculta tal condición, pero la cubre con el manto de armiño de una elegancia exquisita.
Al mismo tiempo, Deneuve era capaz de dejarse llevar y arrastrar hasta oscuros abismos pasionales, cuando así lo exigía un guión. “Les predateurs” (1983), dirigida por Tony Scott, cuenta una oscura historia de lesbianas y bajas pasiones. Su interpretación le valió a la actriz convertirse en heroina en icono gay y trans.
Esa instalación en el “olimpo” de un mundo muy alejado de todas las instituciones y valores tradicionales coincidió con la conversión de Deneuve en icono institucional francés: en 1985, la actriz fue elegida para encarnar “Marianne”, símbolo de la República francesa. Su rostro, y su busto fueron utilizados para encarnar la Nación en todos los edificios públicos.
Deneuve entraba en la leyenda cuando su vida sentimental con Marcelo Mastronianni, padre de su hija Chiara (París, 1972) se había serenado definitivamente. Vivían “separados” a dos kilómetros de distancia. Ella, Place Saint-Sulpice. Él, Rue de Seine, a dos puertas del domicilio de la hija de Jacques Chirac y su esposa Bernadette, cuya “biografía” cinematográfica es una de las últimas interpretaciones de Deneuve. Alguna película de François Truffaut, “Le Dernier Métro”, consigue reunir, en escena, a dos monstruos sagrados del cine francés, Deneuve y Gérard Depardieue. Siempre caritativa y gran señora, la actriz nunca abandonó a Polanski ni ha abandonado a Depardieu a la triste suerte de los ídolos caídos en el infierno de los hombres perseguidos por mujeres justicieras contra los delitos y agresiones sexuales. ABC, Catherine Deneuve, la leyenda de las más altas pasiones + PDF.
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Cine.
Personajes.
Ricardo Lanza says
Guy je t’aime, ne me quitte pas… Y ahora me traes a Catherine, estimado, e interfiero ese Cherburgo lluvioso y fronterizo, casi pontón de un no man’s land, con los cálidos y amorosos veranos azules en que jamás el sol se oscurecía, no había nubes en el cielo, era la playa larga alicantina un desfile continuo de cuerpos voluptuosos, los más de las turistas extranjeras, paraíso en que el infierno de la culpa del pecado quedaba muy atrás: sucedió en el pretérito que -como dijo Borges, algo así- es la estación en que las muertes se producen, no acaecen ahora, tendidos en la arena, viendo y ensoñando en maravillas de las formas que te cercan; porque el verano tiempo en que había absolución, ya presentías su llegada en esa jornadas de febrero en que el refrán afirma: “busca la sombra el perro”; era anticipo en garantía durante la Semana Santa… Después… ya se trataba de elegir, que todo te acudía en el estío, no más el duermevela, era la realidad tu compañera, y llegaba cargada de tesoros: abrir un hoyo y el premio lo tenías. Pero eran los tiempos del colegio, creías en la magia, y hasta te confesabas, pensando, claro, en el perdón; no lo traía ese Dios de la Biblia al que tanto temiste y mencionabas; tampoco el Cristo de la Cruz, los clavos y la lanza; te lo daba una virgen rubia, de esas que ves en algunas catedrales de Castilla, y sales del portal enamorado, haces literatura del encuentro. Así era Catherine: se despliega al igual en Cherburgo y Almería, cruza La Mancha, atraviesa el hondón de Gibraltar.
JP Quiñonero says
Ricardo,
Te levo y vuelvo a leer, encantado, descubriendo nuevos mundos que siempre iluminas con tus palabras.
Graciasssss
Q.-
Ramiro says
Deneuve, Legrand y Demy (no sé por qué orden) son la nostalgia infinita en Los paraguas… y Deneuve, su malograda hermana Françoise, Legrand y Demy, la alegría de vivir (bailando) infinita en Las señoritas… (Maravillosa versión de Bill Evans de una de sus baladas (título en inglés, You must believe in spring). Ambas son películas que nunca me canso de ver, como alguna otra de Demy. Es lo que más me inspira de ella, aunque también es la única Odette posible de la única adaptación probable de la Recherche.
JP Quiñonero says
Ramiro,
Amén… si… Demy quiza necesite un rescate, revision en profundidad, claro.
En cuanto a Odette, ahhhh …
Las obras de Volker Schlöndorff y Raoul Ruiz me inspiran mucho respeto, a sabiendas que la Recherche … ¿cómo filmarla? Viscontí soñó con ese proyecto, nunca realizado, ah…
Q.-
Jose says
Con veinticuatro fotogramas por segundo y se produce el milagro del cine. El espacio se convierte en tiempo y aparece el movimiento. Algunos recomendaban a los físicos que podían hacer una física sin tiempo bueno como los años luz cuyo resultado son kms. Ahora viene el tiempo artístico la música con el cine video…un arte positivo que consigue un espacio que se mueve pero no cambia un disco una pelicula se puede repetir hasta la sociedad del espectador oyente hasta que decida cambiar de disco o película.
Con el disco y la película cambia por completo nuestro mundo perceptivo mágico. Veridiana de Galdós con Catherine se transforma una novela larga que te tienes que imaginar a los personajes a verlos moviéndose y alimentando los sueños con los artistas del cine y no con la pintura escultura literatura. Y hay tantas imágenes que parece que estemos dentro de la pelicula y con los artistas nuestros sueños se convierten en orgias oníricas. Nos alimentamos con imágenes visuales que se mezclan con las imágenes de nuestra realidad cotidiana cada vez más reducida tal como aumentan en progresión geométrica las visuales.. Esperemos que las imágenes mentales de las que hablaba Leonardo para alimentar nuestra imaginación artística no sean sustituidas por las imagenes visuales.
JP Quiñonero says
José,
Bueno… Godard decía que Hitchcock era un creador de formas visuales tan grande como Picasso.
… Los grandes maestros, de Visconti a Wajda, pasando por Buñuel, Billy Wilder, Fritz Lang y un larguísimo etcétera son creadores de genio entre los creadores de genio del resto de las artes…
Q.-
Fina says
Siempre he sentido una gran admiración por Catherine Deneuve, no sé si es por su belleza, elegancia o inteligencia, pero ha sido todo un referente e ídolo en mi vida.
Gracias por traerla, Quiño.
JP Quiñonero says
Fina,
Sí.
Gran señora… una muy muy libre, con mucho carácter, gran trabajadora, además.
Palanteeee…
Q.