Financial Times, 7 octubre 2024. The year that changed Israel.
«Recibir a un antisemita como Mahmud Abbas en Madrid ha sido un grave error de Pedro Sánchez».
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El nuevo libro de Bernard-Henri Lévy, “La soledad de Israel” (La Esfera de los libros), abre un debate histórico para el futuro de Occidente, las democracias occidentales, analizando los orígenes de la guerra en curso, en Israel, Gaza, Palestina, el Líbano, poniendo en perspectiva la actualidad más dramática, a la luz de la historia política y cultural.
“La soledad de Israel” parte del inicio de la ensangrentada crisis, local, regional, ¿universal? para recodar y plantear, con claridad, los orígenes profundos y olvidados, con frecuencia, de una guerra cuyo “fin” puede ser determinante para Oriente Medio, el Mediterráneo y, cómo no, para el destino mismo de Europa.
–7 octubre 2023. fecha histórica-bisagra en la escena internacional. Un año después, la tragedia original ¿puede desembocar en una gran guerra “regional” con muchas implicaciones mundiales?
-De entrada, recordemos la tragedia original… lo que ocurrió aquel día, jamás había sucedido antes. Sí, fue un linchamiento como los vividos anteriormente, solo que multiplicado por mil. Un secuestro de rehenes sin parangón desde que tuviera lugar el rapto de las sabinas por parte de los romanos de Rómulo. Un ataque con motos, camionetas y parapentes, arrasando con todo a su paso y perpetrado por sorpresa mientras se difundía en tiempo real a través de las redes sociales en las que se exaltaba la caza de judíos como si fueran ganado. Esto nunca había ocurrido…La prolongada y cacería atroz perpetrada por los escuadrones de la muerte de Hamás. Muchos nos preguntamos cómo el Mosad pudo ser burlado de esa manera y no vio venir nada de lo que sería la peor masacre de judíos desde la Shoah… a partir de ahí, conocemos lo ocurrido y la respuesta de Israel… ¿Una gran guerra regional o mundial? Hay que preguntarle a Irán. En el origen de la matanza del 7 de octubre estaba anunciado el proyecto de los ayatolás y sus bandas de yihadistas: la destrucción de Israel. Ese proyecto iraní, ese proyecto de Hamás y Hezbolá, está siempre en pié. Y es amenazante.
–¿Cree usted en la astrología?
-No. ¿Porqué esa pregunta?
–Por una “coincidencia” o “azar objetivo” como decían los surrealistas… El 7 de octubre de 1571, la flota de la Liga Santa, formada por las flotas del Imperio español, los Estados Pontificios, la República de Venecia, la Orden de Malta, la República de Génova y el Ducado de Saboya, bajo el mando del almirante don Juan de Austria, libraron y ganaron la batalla de Lepanto. Estaba en juego el control del Mediterráneo, objetivo estratégico capital para la seguridad de Europa, que algún parecido tiene con la guerra actual, en Gaza y el Líbano…
-No estamos asistiendo a una guerra de Occidente contra las naciones musulmanas. Hay países musulmanes, como Marruecos, los Emiratos, entre otros, que condenaron la agresión yihadista del 7 de octubre. Otra diferencia: cuando Irán bombardea Israel, los misiles son detenidos por Israel, los EE. UU., Inglaterra y Jordania, que es un país musulmán.
–La guerra en curso quizá sea indisociable de otras ofensivas de distinta naturaleza, de Rusia, China, Irán, Turquía y los aspirantes a califas yihadistas, como usted llama a Hamás y Hezbolá… Europa parece incapaz de defenderse por sí sola.
-Quizá por vez primera estemos asistiendo a una victoria de Occidente, gracias a Israel. Más allá de Gaza, el Líbano, lo que está ocurriendo es que el crecimiento de las autocracias, las tiranías, ha sufrido un “frenazo”. Algo así. Lo que Irán, Hamás y Hezbolá deseaban y desean es la destrucción de Israel. Defendiéndose, Israel también está luchando por el resto de las democracias.
–Pero, me parece evidente que Occidente es víctima de su impotencia y divisiones, incluso en su apoyo activo o relativo a Israel.
-Quizá. Pero lo que está en juego es el triunfo o la victoria de Irán, Hamás y Hezbolá. Su victoria sería una tragedia para todo Occidente. No le digo que Israel ganará la guerra. Lo que le digo es que, por vez primera, desde hace años, alguien resiste a ese crecimiento amenazante de las amenazas islamistas, no solo contra Israel. Su guerra también es una guerra contra las dictaduras musulmanas.
–En su libro reconstruye los orígenes del “fascioislamismo”, que tiene muchos antecedentes y establece un paralelismo entre Hitler y los ayatolás.
-Mucho antes de la guerra en curso, el fascismo, el nazismo árabe, era una realidad bien conocida… ese nazismo árabe lo encontramos en el nacimiento de los Hermanos Musulmanes. Hassan al-Banna, cofundador de la hermandad, se preguntaba: “¿No es el nazismo la gran novedad ideológica de nuestra época? ¿No es una respuesta firme y fuerte a la crisis del modelo liberal, cada vez más decadente, que vemos por todas partes? ¿Por qué la nación árabe iba a privarse de los beneficios que le aportaría una versión regional del modelo nazi?”. Creó la Hermandad con esos pensamientos. Pensaba en el nazismo cuando, en un editorial de 1938, exaltó el ideal de una “industria de la muerte” árabe. Esto es lo que presenciaron las calles de Egipto cuando, a finales de los años treinta, sus Hermanos Musulmanes, con sus 200.000 miembros, repartieron versiones en árabe de “Mein Kampf” y de “Los protocolos de los sabios de Sion”. Y es lo que el mundo entero pudo constatar cuando vio a los Hermanos participar, con camisas marrones, en las violentas manifestaciones estudiantiles de 1938 al grito de “¡abajo los judíos!” y “¡judíos fuera de Egipto y de Palestina!”. El fascioislamismo de los yihadistas tiene muchos otros antecedentes.
–El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha recibido oficialmente, en Madrid, al presidente de la Autoridad Nacional Palestinas, presentándolo como presidente del Estado de Palestina, Mahmud Abbas, que no dudado en afirmar en varias ocasiones que Hitler no era antisemita… ¿qué le parece?
-Pienso que es un error muy grande recibir a ese hombre. Y recibirlo en este momento. Un error grave.
–A la luz de su apasionamiento ante tales cuestiones, me parece una respuesta muy comedida.
-Quizá.
–El presidente español no está solo. En algunas universidades americanas y en Europa, comenzando por Francia, también es muy elocuente el silencio, incluso la complicidad, en defensa de las ideas y ambiciones de Hamás y de Hezbolá. En París, los estudiantes de Sciences Po., gran institución universitaria, están en campaña permanente contra Israel y a favor de Hamás y Hezbolá. Más… un líder político como Jean-Luc Mélenchon invita a los estudiantes a multiplicar sus acciones.
-Es cierto. Hay en Europa una gran tradición de “apaciguamiento”. Recuerde los acuerdos de Munich, de 1938, intentando “evitar la guerra”. Comportamiento de las democracias que hizo el juego de Hitler. En el gobierno español hay gente que conoce los ataques de misiles balísticos de Irán, que conocieron la matanza del 7 de octubre, pero que dicen, bueno, “no hay que exagerar, Israel debe aceptar… es un precio a pagar para calmar a los ayatolás iraníes…” ese fue el apaciguamiento que permitió a Hitler acelerar la guerra nazi contra las democracias. Cuando se dice que Hamás o Hezbolá son movimientos de resistencia se está adoptado un comportamiento semejante.
–En su libro afirma que “no hay lugar en el mundo donde los judíos estén seguros”… ¿cómo explica usted el crecimiento espectacular del antisemitismo, en Francia, en particular, los últimos doce meses?
-Creo que el antisemitismo siempre estuvo ahí. Y el 7 de octubre lo liberó de manera inquietante. Es algo paradójico y muy duro de comprender. Hubiese sido de esperar un gran movimiento de solidaridad con los judíos, con Israel. Paradójicamente, se ha producido una liberación del antisemitismo. En el caso de Francia, creo que es urgente no dejar nuestro país en manos de los antisemitas. No podemos dejar Francia en manos de una banda de cretinos fascistas. Tampoco debemos olvidar la influencia de la propaganda rusa, la propaganda de Putin, intentando desestabilizar las democracias. De ahí la necesidad de una victoria total de Israel en la guerra en curso.
–Al final de su libro, recuerda a Benjamín Netanyahu sin citarlo… pero muchos judíos y no judíos estiman que Netanyahu ayudó a Hamás a crecer en Gaza, para debilitar a la Autoridad Nacional Palestina. A título personal, temo que la paz sea imposible con Netanyahu en el poder. ¿No teme que Netanyahu y sus amigos alimentan una división fratricida, muy profunda, que puede terminar destruyendo a Israel?
-De entrada, le recuerdo que la división es el alma de las democracias. Israel es una democracia. En lo esencial, Israel no está dividido. Ante las amenazas de Hamás o Hezbolá, ante las amenazas de Irán, pueden existir diferencias de gestión de la guerra. Pero la unión es muy grande en la defensa de los objetivos esenciales de la guerra. ABC, Bernard-Henri-Lévy: «Recibir a un antisemita como Mahmud Abbás en Madrid es un grave error de Pedro Sánchez» + PDF.
Irán.
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