Boulevard Saint-Germain, 27 septiembre 2024. Foto JPQ.
Los primeros presupuestos del Estado del gobierno de cohabitación entre Emmanuel Macron, presidente, y Michel Barnier, primer ministro de un gobierno de centro-derecha, confirman que Francia seguirá endeudándose, pagando con nuevos impuestos el crecimiento excepcional de sus deudas, que la UE considera amenazantes para la zona euro.
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Según el proyecto de presupuestos del Estado para el 2025, que el gobierno de Barnier deberá presentar ante la Asamblea Nacional (AN), primera cámara del Parlamento nacional, Francia tiene previsto gastar 518.800 millones de euros, con unos ingresos de 378.200 millones de euros y un incremento del déficit público de 142.100 millones de euros.
Los primeros presupuestos del gobierno de centro-derecha tienen previsto incrementar en 13.600 millones de euros los impuestos que pagan las empresas. Los particulares «más privilegiados» tendrán que pagar 5.700 millones de nuevos impuestos.
Los presupuestos oficiales para el 2025 anuncian 21.500 millones de recortes del gasto público: menos ayudas a las empresas, «reequilibrio» de las ayudas ecológicas y menos «políticas de empleo». Están previstos, igualmente otros 14.800 millones de recortes del gasto social (menos gasto en sanidad pública, freno incremento pensiones, entre otras partidas).
Según las estadísticas gubernamentales, el déficit público ascenderá esta año al 6,1 % del PIB, para «caer» al 5 % del año que viene. La deuda pública ascenderá este año a los 112.900 millones de euros, para continuar creciendo el año que viene hasta los 114.700 millones de euros. El gasto público será este año equivalente al 42,8 % del PIB y crecerá hasta el 43,6 % el año que viene.
A juicio del Tribunal de Cuentas, esas cuestas oficiales son «muy optimistas», temiendo que sean «insuficientes» para sanear las cuentas del Estado, tal como reclama, en vano, la Comisión europea. Las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas, son mucho más pesimistas, recordando que las deudas del Estado francés crecieron en 9 billones de euros durante los siete años de la presidencia de Emmanuel Macron, elegido por vez primera el 2017 y reelegido el 2024, gracias al apoyo de las izquierdas para eliminar a su enemiga política tradicional, Marine Le Pen, que tiene en sus manos la estabilidad o censura del gobierno.
Michel Barnier ha prometido el «saneamiento» de los presupuestos del Estado. Pero, de entrada, los recortes han sido mucho más modestos y «suaves» de los esperado, cuando han continuado creciendo los impuestos.
Los presupuestos nacionales del 2025 corren el riesgo de crear nuevas tensiones políticas y sociales de fondo.
Las empresas reciben mal o muy mal el incremento de la fiscalidad. Los franceses «más favorecidos» que pagarán más impuestos son una categoría social relativamente «difusa», cuando la fiscalidad local y municipal ha continuado, igualmente.
El Nuevo Frente Popular (NFP), que reúne a todas las izquierdas (extrema, socialista, comunista y ecologistas) y la extrema derecha de Marine Le Pen han puesto el grito en el cielo, denunciando unos presupuestos que, según esas facciones parlamentarias muy mayoritarias, «son una traición a lo que votaron los franceses el mes de julio pasado».
En el seno de la frágil coalición gubernamental, conservadores históricos, como Gérald Darmanin, ex ministro del Interior, y centristas con muchas aspiraciones, como Gabriel Attal, ex primer ministro, critican con severidad las subidas de impuestos anunciadas.
Michel Barnier podrá recurrir a un decretazo del artículo 49.3 de la Constitución, que permite aprobar sus presupuestos del Estado sin voto parlamentario. Pero esa decisión no resolverá las diferencias de fondo, políticas y sociales. Macron ya utilizó sin mucho éxito ese «método de gobierno» que terminó por precipitar la gran crisis que culminó con la convocatoria de elecciones anticipadas la primavera pasada, hace apenas cinco meses. ABC, El primer ministro francés propone un ajuste de 60.000 millones entre recortes de gasto y más impuestos + PDF.
Macron, siete años de presidente, 9 billones de nuevas deudas.
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