Quai de Montebello, 25 octubre 2024. Foto JPQ.
A 45 días de su reapertura oficial, tras el histórico incendio del 15 / 16 diciembre del 2019, el gobierno francés estudia, con el arzobispado, el posible cobro a los turistas de la entrada a la catedral de Notre-Dame, uno de los grandes monumentos de nuestra civilización «para contribuir al mantenimiento del patrimonio cultural y religioso amenazado».
[ .. ]
La reapertura oficial de Notre-Dame está prevista el próximo 8 de diciembre, con una misa cantada y grandes ceremonias no solo religiosas.
Los trabajos de reconstrucción no habrán acabado, ni mucho menos. Quedará por terminar la nueva instalación eléctrica, la instalación de varias de las campanas, parte del nuevo mobiliario. Las donaciones nacionales e internacionales, por un montante de 846 millones de euros, han permitido realizar casi todos los trabajos de restauración. Incluso quedan otros 140 millones de euros para pagar los trabajos pendientes.
Ante la inminencia de la reapertura, Rachida Dati, ministra de cultura, hija de inmigrantes magrebíes, musulmanes piadosos, antigua ministra de justicia de Nicolas Sarkozy, ha anunciado un proyecto presupuestario sencillo y ambicioso: hacer pagar a los turistas por entrar a Notre-Dame, con el fin de conseguir dinero para ayudar a salvar un patrimonio cultural y religioso amenazado.
Tratándose de una catedral que tiene dimensiones religiosas y simbólicas muy importantes, el proyecto del ministerio de cultura ha sido sometido al episcopado, muy reticente, con el fin de estudiar una solución que respete la opinión del Vaticano, claro está.
No es un secreto que Italia, España, Alemania y el Reino Unido tienen políticas muy distintas en ese terreno, entre lo civil / monumental y lo religioso. En ocasiones se acepta el pago / cobro, por entrar en recintos religiosos. Y en otras ocasiones se rechaza.
Argumento prosaico igualmente grave. En Francia, con 34.800 municipios, hay 50.000 edificios religiosos. Entre 3.000 y 5.000 iglesias, según las fuentes, están amenazadas de ruina.
40.000 de los edificios religiosos franceses se encuentran en pequeñas o muy pequeñas localidades de menos de 10.000 habitantes. Esos pequeños municipios no tienen recursos suficientes para poder atender la conservación y restauración, en muchos casos, de sus venerables iglesias de la Francia más profunda.
Desde el 2017, el presupuesto de la cultura ha aumentado en unos 1.000 millones de euros. Pero buena parte de ese dinero está consagrado a «promover», «defender» y financiar, con ayudas, proyectos cinematográficos, restauración de museos, promoción teatral. El patrimonio cultural / religioso no parece ser una prioridad excepcional.
En unas declaraciones muy optimistas al matutino conservador Le Figaro, Rachida Dati, ministra de cultura, reconoce que «el patrimonio cultural francés está muy degradado, necesita que se tomen decisiones graves e importantes». La restauración de edificios es una entre otras prioridades, como «el valor universal de las orillas del Sena» o sitios históricos como el barrio de Montmatre, «víctima del turismo de masas».
A juicio de Dati, cobrando solo 5 euros por visitante a la catedral de Notre-Dame podrían conseguirse entre 75 y 100 millones de euros anuales. Se trata de una cifra relativamente muy modesta. Pero significativa, estima la ministra, que podría servir para ayudar pequeñas iglesias y edificios religiosos con problemas de conservación y restauración. Vaya usted a saber. ABC, Francia estudia cobrar entrada a la catedral de Notre-Dame.
España, Francia, patrimonio histórico / religioso amenazado.
Deja una respuesta