Paris Murcia, 14 diciembre 1879.
En la trágica historia de las inundaciones en el Levante español, de Valencia a Murcia, París ocupa un puesto privilegiado a través de los comentarios solidarios de Víctor Hugo y Marcel Proust:
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París y Murcia, unidas por Victor Hugo.
Quiño,
Gracias por estos bellos y solidarios comentarios
Cuánta impotencia y tragedias cuando se desatan las fuerzas de la Naturaleza.
Fina,
Sí, es tremendo y muy duro lo que está pasando… de ahí, me diejo, el valor profundo de esas miradas solidarias…
Q.-
En el siglo diecinueve el volcán Krakatoa entro en erupción y acabo con prácticamente toda la isla. En Lisboa otro terremoto acabó con la ciudad y más. Siempre o casi siempre pensamos que pisamos tierra segura y no es así. Los elementos dan vida pero también esconden fuerzas destructoras. Evitamos hablar de las fuerzas destructivas naturales pero están ahí. No solo no hablamos tampoco nos preparamos lo suficiente para cuando se presentan. Al lado de la destrucción natural como si quisiésemos competir hemos construido las nuestras que algunas ya superan a las naturales. De estas tampoco nos gusta hablar para no vernos como la verdadera locura destructiva del futuro presente. Para mí solo Empedocles supo presentar el problema en su trágica dimensión de ayudar a la naturaleza con todas nuestras fuerzas para evitar las órdenes de los dioses y los reyes. Lo hicieron dios y tuvo que demostrar que era humano arrojándose al volcán volcán que escupe una de sus sandalias. Mirando hacia atrás y hacia delante lo único que nos queda es la sandalia de Empedocles.
José,
Pues vaya usted a saber…
Ante la tragedia en curso… quizá se trate de un «anuncio» o «preludio» de las tragedias por venir, en el Mediterráneo, que está en primera línea, me temo, de catástrofes ecológicas o como se diga.
Me gustaría equivocarme, ay,
Q.-