Jardín Chérifa, 3 noviembre 2024. Foto JPQ.
¿Fábula, parábola, crónica y continuidad de las «metamorfosis» de París..?
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Chérifa, seudónimo de Ouardia Bouchemlal (1926 – 2014), una leyenda de la música y la canción cabilia, en una Argelia donde la cultura cabilia ha estado perseguida con mucha frecuencia. Autora / compositora de decenas / centenas de canciones, a lo largo de una frondosa carrera que no siempre tuvo el reconocimiento «comercial» indispensable que las circunstancias históricas hacían muy difícil y problemático.
La alcaldía de París decidió el 2021 dar su nombre a «un espacio verde situado en el número 126 de la rue Raymond Losserand». Ese «espacio verde», denominación poco amable para un modesto jardín público, se había llamado, desde su apertura ¿en 1980?, Square Alésia-Ridder, en recuerdo de la rue de Alésia y de un antiguo propietario de una minúscula calleja próxima, está hoy frecuentado por lugareños de modesta condición, descendientes, con frecuencia, de inmigrantes magrebíes y africanos que un «periódico» nacional-antisemita describía con manifiesta maldad, a finales del siglo XIX de este modo:
«…nulle part mieux que là, on peut distinguer, par le vêtement, les inégalités sociales […] Les uns, mal peignés, de loques vêtues, aux pieds des souliers aspirant, par de béantes blessures, la poussière et le pluie […] sur le dos une veste informe ; quelque fois rien. Et la culotte ! Oh ! Ces culottes, retenues tant bien que mal par un unique bout de ficelle fixée devant et derrière à un unique bouton. Pieds nus souvent dans leurs chaussures. Près d’eux fringants, passent les plus fortunés, soignés, pommadés, bichonnés […] Mais ce qui est navrant, c’est qu’il y en a qui sont nu pieds, littéralement nu pieds, comme les gitans et les nègres…».
En el barrio actual, cohabitan sin problema parisinos de muy diverso origen local y nacional, africano, asiático o magrebí, aportando cada cual colores y sabores de muy distinto origen.
Francia multicultural, París Mestizo … Quiñonero y Yann Arthus-Bertrand.
El asesinato del país parisino de Georges Brassens, Léo Malet y Nestor Burma, una tarde de invierno.
Porte de Vanves… joven corredora.
Niños musulmanes en la escuelas católicas francesas.
Católicos a la salida de la misa dominical, en París.
Metamorfosis del París popular de Georges Brassens y Léo Malet.
París siempre ha sido una ciudad cosmopolita algo diferente será cuando sea una ciudad multicultural algo novedoso de los dos últimos siglos moda que viene del otro lado del Atlántico. Que los individuos incluso las familias vayan de un lado a otro del planeta es algo natural pero que los pueblos abandonen sus territorios para formar mega ciudades es otro cantar. Cuando millones de individuos de todas partes se reunan en grandes ciudades muchas veces con más habitantes que algunas naciones esto no sabemos a dónde nos puede conducir es algo muy novedoso. París con su historia cosmopolita esperemos que no deje de serlo para convertirse en una megalópolis multicultural moderna sin saber a dónde va.
José.
Bueno … a mi modo de ver, Barcelona o Londres conocen el mismo proceso desde hace muuuuuucho tiempo. En Londres está bien documentado. En Barcelona, por el contrario, nadie habla de los nuevos catalanes de muy diverso origen…
Adolescentes catalanes de nuevo cuño, de padres asiáticos y africanos.
Q.-
Me pregunto qué es más fácil, si cohabitar sin problemas en una megalopolis multicultural o en un pueblo donde todos se conocen…
No lo sé, es tan difícil la convivencia y tan grande la imperfección del género humano. ¿Aprenderemos a no querer imponer lo nuestro y a respetar y valorar las diferencias?
Sueño con un Paraíso perdido… sin odios, guerras, enfermedades, catástrofes, dolor…
¿Existirá un mundo feliz, más avanzado y perfecto en todo el Universo?
¡Quién sabe!
Muy sabia pregunta, Fina…
Sospecho que, en efecto, en la gran ciudad es más fácil aislarse… en los pueblos donde todo el mundo se conoce la vida puede ser muy agradable, y temible, por moomentos, si se atreves a no seguir la corriente…
Q.-