Marine Le Pen y JL Mélenchon, L’Express & Liberation, 20 enero 2011.
Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), el partido de Marine Le Pen, y La Francia insumisa (LFI, extrema izquierda), el partido de Jean-Luc Mélenchon, son las fuerzas políticas dominantes en el nuevo paisaje político francés y tienen programas con muchos puntos en común.
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Panfleto distribuido por militantes de Le Pen durante las campañas de las elecciones presidenciales de 2017 y 2022
El partido de la familia Le Pen, Frente Nacional (FN), ayer, Agrupación Nacional (AN), hoy, es el primer partido obrero desde hace unos treinta años.
Hacia 1995, el partido de Le Pen padre contaba con el voto del 35 % de los obreros. En las elecciones anticipadas del mes de julio pasado, más del 50 % de los obreros y agricultores pobres votaron al partido de Marine Le Pen.
El partido de Jean-Luc Mélenchon, nieto de una familia de emigrantes murcianos al norte de África, es el partido muy mayoritario en la «banlieue», los suburbios, la periferia suburbana de París y las grandes ciudades, con una población francesa de raza negra y religión musulmana muy mayoritaria.
Se trata de dos electorados antagónicos: el voto obrero francés es un voto contra la inmigración y contra los franceses hijos o nietos de inmigrantes. El voto «multicultural» de la «banlieue» es un voto étnico y religioso, con frecuencia, en defensa de su «identidad cultural propia».
Para continuar creciendo, Le Pen y Mélenchon tienen programas populistas muy semejantes en lo esencial. Defienden la jubilación a los 60 años, el salario mínimo de 1.600 euros y el «alejamiento» de la zona euro… Marine Le Pen y su partido han creciendo presentándose como los «únicos defensores del pueblo». Mélenchon y su partido han creciendo presentándose como los únicos defensores de una Francia «plural» (multi o pluricultural).
Ante la Unión Europea (UE) y la zona euro, en particular, Le Pen y Mélenchon coinciden en lo esencial, justificando sus posiciones bastante comunes con retórica populista.
En 1995, la familia Le Pen defendía el Frexit: la salida de Francia de la UE. El 2022, Marine abandonó formalmente ese proyecto, para sugerir un «alejamiento» en «defensa de los intereses nacionales». Desde hace meses, Le Pen propone una «renegociación» y distanciamiento profundamente «euroexcéptico».
Desde el 2017, Mélenchon propone una renegociación de los tratados de la UE y las relaciones de Francia con la zona euro que tienen mucho de «frexit» inconfesable, tras una retórica nacional populista.
Esa matriz populista común contrasta con diferencias antagónicas en el terreno de la política exterior.
Marine Le Pen ha hecho campaña a favor de Benjamín Netanyahu, en Gaza y el Líbano. Y defiende una «solución negociada», en Ucrania, perfectamente compatible con la «diplomacia» de Vladimir Putin, cuyos banqueros han financiado varias campañas electorales de la familia Le Pen.
Mélenchon y su partido, por el contrario, son los primeros defensores, en Francia y quizá en Europa, de las tesis de Hamás e Hizbolá. En todas las manifestaciones de protesta de LFI participan grupos de «palestinos» y presuntos palestinos que enarbolan las banderas de las organizaciones islamistas.
Ese crecimiento paralelo y espectacular, con muchos puntos en común, entre el partido de Le Pen y el partido de Mélenchon, ha coincidido con el hundimiento histórico del PS, el PCF y Los Republicanos (LR, el partido de la derecha histórica).
En las elecciones legislativas del 2022 y en las elecciones anticipadas del mes de junio pasado, el partido de Le Pen y el partido de Mélenchon continuaron ganando posiciones, cuando las izquierdas y derechas históricas, que han continuado perdiendo terreno de manera muy llamativa.
Para intentar comprender mejor esa metamorfosis profunda del paisaje político francés, en España, quizá sea muy pedagógico imaginar un nuevo paisaje político español, con Vox y Sumar / Podemos como fuerzas mayoritarias, relegados el PSOE y el PP a posiciones minoritarias. Sin duda, Vox y el partido de Le Pen pueden ser diferentes. Y las izquierdas españolas quizá no siempre coincidan completamente con Mélenchon. Queda la imagen, muy gráfica. Y esa es la nueva realidad realidad francesa.
Jean-Marie Le Pen fundó su partido con organizaciones neonazis y militares que intentaron asesinar al general de Gaulle. Su hija pasó del Frexit a la «soberanía nacional», con un programa económico de «izquierdas». Esa evolución coincide con el hundimiento del partido de de Gaulle, Chirac, Sarkozy.
La izquierda de Jean-Jaurés y Mitterrand se ha hundido, cuando crece una izquierda, la de Mélenchon y sus amigos, en cuyas manifestaciones hay muchas mujeres musulmanas con sábanas y velos islámicos.
El éxito de Le Pen es un magnífico argumento electoral para Mélenchon, cuyos electores permiten a Le Pen defender la «soberanía nacional» contra quieren arruinar la «Francia eterna». ABC, Coincidencias a diestra y siniestra: los extremos se tocan en la política francesa.
Realidad dominante en el nuevo paisaje político francés: Francia perpetúa su crisis política, víctima de divisiones sin precedentes + PDF.
Francia, hombre enfermo de Europa.
Mélenchon / Le Pen mismo combate apoyado por la extrema derecha racista y antisemita.
Francia en crisis … aparición de un racismo antisemita de extrema izquierda.
El gobierno de Francia se tambalea.
Los franceses están muy inquietos por el futuro de Francia.
Jose says
El presidente el último rey solo con sus oligarcas dueños de la riqueza del país con sus corporaciones . Un nuevo rey y una nueva nobleza que han hecho funcionar una democracia apartheid sin igualdad de oportunidades y menos de propiedades y riquezas concentradas en el uno por ciento de la población los amigos del nuevo rey.. Qué pasa con el noventa y nueve por ciento de la población según algunos en manos de dirigentes populistas. Puede que estemos en las puertas de nuevas revoluciones o una vez sin estado fuerte entremos en un nuevo social darwinismo continuador de los apartheid anteriores pero diferente. Una sociedad compleja como casi todas si se colapsa con los niveles de desarrollo tecnológico actuales hacia donde pueden ir. Este es uno de los problemas principales el otro es que tipo de anomia se avecina en sociedades multiculturales o mejor a culturales tecnificadas sin castas ni clases sociales donde el malestar es común incluso para el uno por cien que se cree el dueño de casi todo. Un nuevo caos que no se soluciona con nuevas guillotinas cortando cabezas esto queda atrás y en la actualidad política no tiene futuro. En la actual mezcla de individuos sobre todo urbanos todos viven en las mismas ciudades y si la ciudad deja de funcionar todos salen tocados. Todos vamos en el mismo autobús si se para nos paramos todos los extremos se tocan y el chofer el que conduce si se para es uno más dentro del bus. Veremos que ocurre con el bus parado.
Quiño muy bueno el seguimiento de la realidad francesa que llevas a cabo. A continuar mientras se pueda….
JP Quiñonero says
Gracias, José, graciassssssss
… es una miqueta cansado… pero debo confesar que me agrada… cosas sadomasoquistas, o algo así..¡¡!!!
Graciasssss
Q.-