Tsountsou (Mayotte), 26 diciembre 2024. Foto Patrick Meinhardt/AFP.
Francia llama Departamentos, regiones y colectividades de ultramar (DROM-COM) a los «confetis» de su antiguo Imperio: los territorios, islas y archipiélagos dispersos en el mar Caribe, los océanos Índico, Pacífico y Atlántico, del más diverso origen étnico, religioso, cultural. El paso devastador del ciclón Chido por el más pobre de esos territorios, las islas de Mayotte, ha iluminado una pavorosa tragedia histórica.
[ .. ]
Entre los trece DROM-COM, los más importantes, como la Guadalupe, la Martinica, la Guayana, la Reunión, son territorios modestos, alejados de la metrópoli, pero bastante «integrados» en la Francia histórica, europea, a través de relaciones muy profundas.
Entre los antiguos territorios del Imperio, construido a primeros del siglo XIX, desaparecido definitivamente a mediados del siglo XX, las islas Mayotte (320.000 habitantes), en el Índico, al norte del Canal de Mozambique, ocupan un puesto único, que los estragos de Chido han recordado con una crueldad trágica.
Entre el 9 y el 17 de este mismo mes de diciembre, el ciclón dejó a su paso un rastro de inmensas destrucciones de pueblos, caminos, carreteras, instalaciones, familias… Antes siquiera que comenzasen los trabajos de la más inmediata urgencia, con la movilización de soldados, gendarmes, bomberos, drones y aviones especiales, quedó en evidencia la primera y más profunda de las tragedias: sería imposible conocer la cifra exacta de muertes, hombres y mujeres desaparecidos, entre montañas de escombros y tumbas improvisadas.
El 95 % de la población de las Mayotte es musulmana. Los católicos, cristianos, son muy minoritarios. En la tradición musulmana local, con rasgos religiosos propios, más cercanos al islam africano que al islam de Europa u Oriente Medio, los muertos deben enterrarse antes de las veinticuatro o cuarenta y ocho horas después de su fallecimiento.Tras el paso arrollador de Chido, las autoridades locales, representantes del Estado, repitieron hasta la saciedad la incertidumbre sobre el número de muertos… ¿Decenas? ¿Centenares? ¿Millares? Soledad abismal de las familias y sus desaparecidos en un océano de desolación e incertidumbre.
Queda el espectáculo trágico de hombres, mujeres, padres, madres, niños, ancianos, rezando, haciendo genuflexiones religiosas, ante montañas de escombros que grúas y excavadoras debían «limpiar», sin poder saber ni «contabilizar» la existencia de muertos entre las toneladas de basura que era urgente «recoger» y destruir para evitar la propagación de enfermedades.
La religión, musulmana, solo es uno de los «rasgos diferenciales» que separan los franceses de las Mayotte y a sus compatriotas administrativos de la Francia metropolitana. Desde principios del siglo XIX, el mayotés es muy mayoritariamente de origen étnico africano. En la población del archipiélago también está muy presente la población árabe y la inmigración del más diverso origen. Ese origen étnico plural, muy alejado del francés metropolitano, tienen otra componente cultural. El francés es la lengua oficial del archipiélago; pero los jóvenes prefieren hablar su lengua propia, el mahorés (de origen africano), o una lengua malgache, el bushi, la lengua vernácula en varias regiones del archipiélago. El shimaore es otra variante de lengua local de uso cotidiano importante. Antes que Francia impusiera su lengua, los primeros colonizadores de las Mayotte fueron africanos de origen Niger-Congo, que impusieron su propia lengua,
Ante esa riqueza étnica, religiosa, lingüística y cultural, los trabajos de salvamento y socorro han encontrado problemas de comunicación inmediatos, complejos, de difícil solución urgente.
El tifón Chido ha recordado que una demografía galopante y una pobreza muy angustiosa, acompañadas de una inmigración multiétnica, «complicarán» el futuro inmediato de las Mayotte, que es el departamento más pobre de Francia y uno de los territorios más pobres del mundo, con una población que ha nacido y vivido en chabolas de la más humilde condición durante generaciones.
El 75 % de los habitantes de las islas solo hablan el mahorés, el 48 % de los adolescentes de 16 y 18 años son analfabetos, el 64 % de los alfabetizados pasan con dificultad sus exámenes de francés en la escuela media o primaria. Ese «déficit» cultural básico, esencial, agrava todos los indicadores de pobreza comparativa: el 84 % de la población vive por debajo de los umbrales de la pobreza absoluta o relativa.
Durante el último medio siglo, sucesivos gobiernos franceses han intentado incrementar los servicios públicos en materia de sanidad, educación, necesidades básicas. Con un éxito relativo. Una inmigración todavía más pobre crea «nichos» de enfrentamientos entre poblaciones víctimas de las mismas lacras. Se han mejorado los índices y tasas de mortalidad. Pero el tifón Chido ha recordado la precariedad pavorosa de esos «índices» mal adaptados a unas islas con una demografía igualmente única y excepcional.
Según los estudios oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas Económicas (INEE), la población de las Mayotte podría duplicarse en los próximos diez o quince años. De 320.000 habitantes, hoy, el archipiélago podría pasar a 500.000 incluso 750.000 habitantes, el 2035 o 2040.
El archipiélago tiene un crecimiento demográfico del 3,8 % anual. La media aritmética de la mujer mahoresana es tener 4,68 hijos. Entre 9.500 y 10.000 nacimientos por año. Una bendición, desde el punto de vista amoroso, familiar… Y un problema de inmenso calado. El índice de analfabetismo de la mahoresana es muy alto. Y su pobreza desesperante, acompañada de una paternidad aleatoria, crea situaciones personales de difícil solución, para las madres y para el Estado, en París.
No todos los DROM-COM tienen orígenes y situación tan trágica como las Mayotte, sin duda. Pero la diversidad étnica, cultural, religiosa del archipiélago plantea angustiosos problemas de fondo relativamente comunes.
Primitiva colonia africana, antigua colonia francesa, departamento / región administrativamente francesa, el archipiélago no tiene recursos propios para aspirar a la «independencia». Impensable. Un turismo modesto, una agricultura y un comercio forzosamente modestos, solo pueden ayudar, en incierta medida, a la supervivencia y deseable bienestar de los mahoreses, cuya fertilidad amorosa tiene dos dimensiones. Los habitantes del archipiélago se aman. Ese amor quizá sea un «capital humano» único y excepcional, cómo dudarlo. Queda en suspenso la creación de condiciones de vida aceptables y deseables, para intentar evitar que esa población joven y muy joven no se deje arrastrar por la angustia y la desesperación social, como se ha temido y se teme tras las tormentas huracanadas del tifón Chido. ABC, La catástrofe de las Mayotte muestra la tragedia de la Francia de ultramar + PDF.
Francesas de ultramar indignadas contra la metrópoli.
Stevenson et la culture polynésienne.
Deja una respuesta