Rue du Faubourg-Saint-Antoine, 16 julio 2023. Foto JPQ.
La crisis política más grave desde la fundación del régimen, la V República, entre 1958 y 1962, coincide con un incremento espectacular de la violencia criminal: en Francia se cometen cada día tres asesinatos, 600 robos con violencia, 330 atracos con armas de fuego, 700 robos de automóviles.
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Según la última Nota de coyuntura del servicio de seguridad interior del ministerio del Interior, filtrada al matutino conservador Le Figaro y otros medios parisinos, 2024 ha confirmado un incremento muy llamativo de la violencia criminal.
Según el profesor Alain Bauer, catedrático de criminología en el Conservatoire national des arts et métiers (Cnam), «las estadísticas oficiales son alarmantes, pero, al mismo tiempo, son un reflejo relativamente «pálido» de la realidad… muchos crímenes y atracos a mano armada no son contabilizados porque no llegan a consumarse, como consecuencia de la inexperiencia de los criminales y asesinos… las pulsiones criminales reales son muy profundas». «Asistimos a un incremento de la violencia que tiene muchas dimensiones», comenta Bauer, agregando: «La criminalidad se inscribe en una crisis social y política igualmente grave».
En Francia (68 millones habitantes) se cometieron el año pasado 1.186 homicidios. Un incremento del 28 % en los últimos doce meses. Se trata de homicidios «solitarios», de hombres o mujeres que matan por razones «personales». Las víctimas de golpes, heridas y violencias físicas han crecido en 55 %… se trata de la consecuencia más alarmante de la propagación de las «peleas», «enfrentamientos» y «tensiones» suburbanas, entre individuos y bandas, pluriculturales, con frecuencia.
Las violencias de carácter sexual crecieron el año pasado en un 137 %. Se trata de un «indicador» de una tendencia que tiene varios «frentes»: mujeres más solas e indefensas, víctimas de amigos, compañeros, parejas o esposos violentos. Durante la última década, una francesa fue asesinada cada quince días, de media.
La violencia física creciente coincide con otros índices de criminalidad. Las estafas relacionada con el uso de distintos medios de pago han crecido en un 65 %. «Se trata de una delincuencia de nuevo cuño, a la alza», comenta un experto del Banco de Francia. El tráfico de estupefacientes ha crecido en un 49,51 % el último año.
¿Existe alguna relación, directa o indirecta entre la gran crisis política nacional y el incremento espectacular de la violencia…?
Historiadores y politólogos coinciden en las tendencias de fondo. El uso de estupefacientes creció el año pasado en un 53 %… al margen del consumo «placentero» quizá quede en evidencia una suerte de pérdida de referencias morales de fondo… pérdida de referencias morales que coincide con la descomposición del paisaje político nacional. Hace meses causó cierto escándalo el descubrimiento que varios diputados consumían «chocolate» en la Asamblea Nacional (AN), primera cámara del Parlamento Nacional. Se trataba de una novedad sin precedentes, que coincide con una evidencia aritmética: Francia tiene hoy la Asamblea Nacional más dividida e irreconciliable de la historia de la V República. La descomposición política coincide con la pérdida de referencias básicas, la descomposición moral. ABC, El incremento de la violencia sacude una Francia en crisis política.
l Jose says
En los años ochenta todo cambió se liberalizó el mundo se monetizo y las diferentes formas de vida se uniformaron a nivel global. Un encuentro de política y religión en occidente sin ideologías solo una economía política para todos los individuos. Un solo ejército policía global expropiador de todo aquello que pudiese albergar comunidades díscolas. De estados del bienestar con bienes comunes a individuos contra los estados y el triunfo de los mercados y las corporaciones. Unas relaciones contractuales como éticas más o menos respetadas por el convencimiento de fuerzas institucionalizadas. Cuando estás normas van perdiendo las sanciones dejan de servir y los individuos como lo único existente deciden sus propias leyes sus grupos de poder y las ciudades carcelarias se convierten en junglas donde el oportunismo individual se impone con una capacidad destructiva nunca antes imaginada. En cualquier garaje puede encontrarse nuevos artefactos que el poco estado que queda no se ve con ánimos de controlar. Vivimos en las ciudades del riesgo con desigualdades y de necesidades de las que nadie se responsabiliza. Los conflictos sin ninguna lógica común con la que puedan comunicarse solo nos les queda la violencia por ahora guerra civil de baja intensidad.
Fina says
¡ Cómo está el patio!
¿Cómo vivir con tanto riesgo y violencia?
¡Sálvese quien pueda!