Le Monde, 2 diciembre 2004.
Los 21 países de la Bretaña francesa
La Vanguardia presenta su sondeo (12 febrero 05) con este titular: España no cree que Catalunya sea nación. Y escribe: Un 77 % de los españoles están convencidos de que Catalunya es una región como otra cualquiera de España, mientras que sólo un 13 % cree que el Principat merece un tratamiento especial por su carácter diferenciado y únicamente un 9 % lo percibe como una nación.
Para tener una visión “global” sería prudente manejar sondeos fiables en torno a las mismas cuestiones, realizados en Euskadi y Galicia.
Sin olvidar que el concepto de “nación” de Cervantes y Gracián acentúa tan secular debate sobre la naturaleza histórica de España, tales diferencias de criterio vuelven a subrayar la evidencia: NO hay para España solución definitiva meramente política. Los modelos electorales aceptados tras la muerte del general Franco pueden preservar indefinidamente una fragmentación cultural incómoda, problemática, cuando no trágica; cuyas raíces últimas se pierden, en el caso catalán, con la cultura cuyos rasgos originales comenzaron a dibujarse con la obra escrita de Ramon Llull.
El mero recuerdo del distinto acento que personajes a quienes estimo, como Lluis Llach y Antonio Fraguas, Forges, ponen en la misma palabra, país, bien subraya hasta que punto contemplamos la realidad desde ópticas distintas, cuando no enfrentadas.
Cuando Llach dice El meu país es tan petit / que quan el sol se’n va a dormir / no està mai prou segur d’haver-lo vist, no tengo totalmente claro que esté hablando de Cataluña. Y me inclino a pensar que «solo» está hablando de Verges y el Baix-Ampurdà. En el paso de Pla, se trata de una evidencia palmaria: En su boca, Aquest país habla con reserva incluso hacia Barcelona.
Por el contrario, cuando el Blasillo de Forges todavía afirmaba: Que país… estaba haciendo una reflexión trágica, una confesión amarga sobre el estado cainita de la España crucificada de Larra.
Basta con recurrir a la misma palabra, en francés, pays, para poner en evidencia que el mismo vocablo puede nombrar realidades a geometría variable, que cada cual percibe de muy distinta manera.
En Francia, pays es -entre otras cosas- una identidad política y administrativa, introducida oficialmente en 1995 por Charles Pasqua -conservador muy ultra- en la nueva ordenación nacional del territorio. Cuatro años más tarde, Dominique Voynet -ecologista- dio a tal espacio administrativo, entre el departamento y el cantón, una evidente capacidad de acción política, económica, social y administrativa. Hoy, Francia está dividida en más de doscientos países (¡!). Basta que viajar en coche desde Barcelona a Toulouse, para descubrir en la autopista, con una señal oficial, cuando se entra en País Cátaro. Productores de vino hacen publicidad glosando las virtudes de los productos de los Países del Loira. Y los Países Bretones son una palmaria realidad política, cultural y económica.
¿Sería posible imaginar en Madrid una “federación” de Países Catalanes del norte y el sur de los Pirineos?
Javier says
Como bien es sabido, las palabras van más allá de su mero significado. Según la RAE, país significa: «nación, región, provincia o territorio.»
Son pues los usuarios del lenguaje los que llenan de contenido esa palabra y, a la vez, son esclavos de ellas. Puede que no haya palabras para describir nuestros sentimientos o deseos, sin embargo nos vemos obligados a utilizar el lenguaje si queremos trasmitirlos.
De esta forma, país tendrá tantas acepciones como alineaciones España, casi una por ciudadano. Otra cosa bien distinta es que entiende el Estado por país. Ese concepto queda muy claro en nuestra CE, esa novia guapa a la que quisimos todos y a la que ahora queremos meter mano.
Anonymous says
Tomo nota de lo de «esclavos de ellas»… que dice lo que dice,
fj
Anonymous says
Hola, Javier,
¡Cuantos y que distintos son los interesados novios de la UE!!
JPQ
Carles says
Puestos a citar, citemos Josep Pla, práctica entre los catalanes es casi un deporte de competición (traduzco):
«Yo soy de los que creen -y mi experiencia europea me permite afirmarlo- que las tierras de lengua catalana (la Cataluña Vieja, la Nueva, Mallorca, Valencia y el Rosellón) forman uno de los conjuntos europeos más unificados. Los hombres y las mujeres de estas tierras estamos unidos, no por razones superficales, anecdóticas o folklóricas: estamos unidos por una misma concepción de la vida, por la idéntica significación que tienen nuestras palabras cuando se trata de las cosas básicas. Estamos unidos por un idéntico derecho, por un sistema jurídico, por la idea de que nuestra relación con los hombres se basa en un pacto. Esta es nuestra característica general unitaria.»
(Del prólogo a un libro titulado «El meu poble», que va de lo que el título indica: su pueblo, Palafrugell; el libro está contenido en el volumen 7 de su Obra Completa, titulado «El meu país».)
Anonymous says
JP queda bien incluso traducido con tanta pulcritud al castellano… La cita de Carles es MUY de agradecer, para salir al paso de la EXPLOTACIÓN POLITICOIDE de la que Pla ha sido víctima, con una malevolencia no siempre ignorante,
Ramón
Yo says
Por mucho que escriba el Josep Pla ese, los valencianos NUNCA, repito, NUNCA hemos tenido absolútamente nada que ver.
Y socialmente así lo tenemos, solo hay que venir a Valencia a hablar a alguien de cataluña y paisos catalanes y verás tú.
STOP CATALAN IMPERIALISM!
valenciafreedom says
El termino paisos catalans, es una aberración que ofende a valencianos, aragoneses y mallorquines y que no tiene ninguna aceptación social ni cultural en estos territorios con sus señas de identidad mas vivas que nunca, gracias precisamente al imperialismo catalanista. En la Comunidad Valenciana (denominación oficial o Regne de Valencia, denominación historica) jamás aceptaremos una imposición como esta, y quien quiera ofendernos con su mierda imperialista nos encontrara. Su odio, jamás matara nuestra libertad. STOP CATALAN IMPERIALISM!! PAREMOS EL ODIO CATALANISTA. SOM VALENCIANS I SOM ESPANYOLS.
un catalá says
aixi us va amb Zaplana (Saplana) Oliva y Camps, aquest ultim per fi es de la terra, «sarna con gusto no pica»