En un ataque de vanidad, copio y pego este artículo de La Vanguardia de hoy:
Sólido e implacable homenaje a Camilo José Cela, a la luz de la España cainita de la Guerra Civil y el ambiente literario de la posguerra.
LA MARIPOSA ERÓTICA
J.A. MASOLIVER RÓDENAS
Uno de los temas que domina de forma abrumadora en la narrativa actual es el de la Guerra Civil y la posguerra, con sus escritores y sus protagonistas, en un intento de replantear la esquemática división entre malos y buenos, vencedores y vencidos, sin que ello represente una condena de los principios democráticos sobre los que se sustentó la II República, sino más bien la fragilidad de dichos principios. En algunos narradores los dos temas van estrechamente unidos. Ya vimos como en Mala gente que camina, de Benjamín Prado, una escritura ficticia se apoyaba en el ambiente literario de la posguerra española, con Carmen Laforet como presencia dominante. De forma mucho más arriesgada y convincente, Juan Pedro Quiñonero, nacido en 1949, en Totana (Murcia), pero residente en París desde hace tiempo, recrea en La locura de Lázaro la vida de Camilo José Cela…
…Lo que podría convertirse en una novela descabellada es un sólido edificio narrativo agitado por historias y desplazamientos pero construido con una rigurosa unidad.
Las múltiples licencias no lo quitan fuerza y veracidad al relato. El aspecto más arriesgado y original es, naturalmente, el hecho de que Cela se convierte aquí en Celia Jiruña Carón. Quiñonero a diferencia de todos los carroñeros que se han lanzado sobre el cadáver de Cela, empezando por Francisco Umbral, ha sabido hacer una lectura moderna y al mismo tiempo fiel a sus raíces. La locura de Lázaro tiene mucho de Valle-Inclán porque se identifica con la lectura que Cela ha hecho de uno de los talentos más excepcionales con los que cuenta nuestra literatura en prosa. Lo que hace Quiñonero es ofrecer una biografía que tiene mucho de comedia bárbara ambientada en el espacio rural en el que nació Celia y asimismo recrear el ambiente literario madrileño de la posguerra con la sombra de la Guerra Civil. Al delirio rural de Valle-Inclán se une su no menos delirante mundo de la madrileña corte de los milagros.
Especialmente útil para entender lo que de verdad y de verdadero tiene esta novela de Quiñonero, el lector debería acudir a su Retrato del artista en el destierro, publicado en el 2004, donde se hacen múltiples referencias a Valle-Inclán, al esperpento y a “La lámpara maravillosa que debería descubrirme, llegado el momento, las palabras que abrirían la gruta donde me aguardaba el tesoro debido y prometido”; al verso de Dámaso Alonso “Madrid es una ciudad de un millón de cadáveres”, que en La locura de Lázaro será un motivo recurrente; o a la audaz denuncia a la actitud de Jorge Semprún cuando estuvo en el campo de concentración de Buchenwald. En la novela, los personajes más atractivos literariamente, que no humanamente, son el ya mencionado Francisco Umbral, aquí Francisco Umbría (“un joven barbilampiño, miope, felino de compañía traicionera, cruel con los indefensos”), César González Ruano (un viejo sátiro que “chochea como una vieja viciosa y cursi”), Picasso, Tadeo Stabowitz y sus dos hijas, fácilmente identificables con las hermanas Koplowitz, o Íñiogo del Pozo “un locutor de radio que había colado los micrófonos para consagrarse a la explotación comercial de una marca registrada”, que no es otra que C.J.C., con quien ha contraído matrimonio. Hay, además, obvios homenajes a Delibes, a Ana María Matute, a las hermanas Brontë y sobre todo a Nabokov en la figura de Dolores del Bosque, Lolita, y en el motivo recurrente de la mariposa. Y aparece también un Juan Pedro Quiñonero junto a Mariano Antolín Rato y Eduardo Haro Ibars, “que habían llegado a respetar, con admiración, muchos libros de Celia”, especialmente (traduzco sus títulos) La familia de Pascual Duarte, Viaje a la Alcarria, La colmena, Mrs. Caldwell habla con su hijo, Enciclopedia del erotismo, Oficio de tinieblas 5, San Camilo 1936, Mazurca para dos muertos y Madera de boj. Muchos de ellos inspirados en uno de los motivos centrales del libro, la España cainita en la que Celia / Cela ocupa un puesto central, figura que atrae y repele por su desmedida ambición, en su decadencia física y en sus patéticas debilidades. La locura de Lázaro es un inteligente homenaje a uno de nuestros más discutidos e indiscutibles escritores y un retrato tan fiel que roza la crueldad.
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La Vanguardia, 16 agosto 2006. Cultura (s).
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maty says
Esa es una de mis lecturas pendientes, en cuanto termine otra lecturas -incluyendo la relectura minuciosa de «De la inexistencia de España», libro que intuyo releeré numerosas veces, por capítulos o íntegramente.
Como comenté ayer en mi bitácora, Anabel me comentó la reciente adquisición de «El caballero, la muñeca y el tesoro : (Juan, I, 14)», el penúltimo de tus libros, por su propia iniciativa.
Entonces le comenté la reciente publicación de «La locura de Lázaro», y su presencia en buen lugar en las librerías, tal como comentaste, así que pronto «caerá».
También procuraré agenciarme «Memorial de un fracaso».
Pero antes, lo primordial, es escribir las once anotaciones que restan para comentar los once capítulos http://delainexistencia.nireblog.com/post/2006/07/24/indice-de-capitulos-de-la-obra
maty says
http://maty.galeon.com/index.htm#UHU-UHU-NENA-BLOG&ROLL-STAR
maty says
La imagen con los cuatro libros de Quiñonero en la Biblioteca Pública de Tarragona: http://maty.galeon.com/jpq/BPT-libros-quinyo-100.png
maty says
Me colé. En tamaño grande: http://maty.galeon.com/jpq/BPT-libros-quinyo.png
JP Quiñonero says
Madre del Señor, Maty, como sigas así nos van a correr a librazos.. Que una señora o señorita compre por sí sola un libro (mío) me parece cosa de otro mundo..
Saludos fuertes,
Q.-