En el terreno de la filosofía de la historia, la gran polémica internacional del momento es la fragmentación del pensamiento neo conservador americano. Cuando los europeos cainitas de la más diversa especie apenas han digerido los orígenes, alcances y perspectivas del pensamiento neo con. americano ─a pesar de la existencia de excelentes introducciones─, Francis Fukuyama lanza un ataque sibilino, denunciando la intervención americana en Irak, consecuencia de un “formidable error conceptual”, que quizá impida “establecer la paz y la democracia”.
Fukuyama fue, durante varias décadas, un pensador a sueldo de la Rand Corporation, eminentísimo think tank conservador, durante la Guerra fría. Y alguno de sus libros ejercieron una influencia cierta en la primera administración Bush (jr.). Su nuevo libro, Alter the Neocons. America at the crossroads (Profile) marca un “recentraje” conservador: la historia hace una trágica reintroducción en la Historia, a la luz sombría de las guerras civiles que se superponen en Bagdad. Y Fukuyama hace una disección interesada del pensamiento neo con. más ligado a los círculos diplomáticos y militares.
Más allá de la charleta de café (cainita) sobre Irak, y sin poner los pies en las decisiones militares que competen a militares y diplomáticos, la fragmentación del pensamiento neo con. americano quizá también deje al descubierto el oceánico vacío europeo en el terreno siempre trágico de la filosofía de la historia.
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Sobre el mismo tema, desde otras ópticas, ver Európolis: Aislamiento sonámbulo y “Los generales americanos deberían contemplar los desastres de la Guerra para saber lo que les espera”.
Gregorio Luri says
Gracias. Pero el libro ha pasado con mucha más pena que gloria. Esa es la realidad. Pena, por ejemplo, porque mis amigos progres se niegan a creer, ni tan siquiera como hipótesis, que en los Estados Unidos pueda existir algo semejante a un pensamiento político. En este campo mi capacidad dialéctica ha sido menos que nula.
Fukuyama me interesa mucho. El tío es listo (así, «tout curt»). No es, ni mucho menos, un pensador profundo u original, pero las ve venir antes que nadie. Vio venir antes que nadie la inevitabilidad de la unión de las dos alemanias, cuando nadie en los Estados Unidos trabajaba con esa hipótesis. Ha visto venir el desastre de Irak antres que ningún otro neoconservador y ha apuntado certeramente a la razón última: la relevancia de la legitimidad si quieres ser apreciado cuando te inmiscuyes en una casa ajena. Ha visto, sobre todo, que la hegemonis conservadora en el congreso de los EEUU no está, ni mucho menos, asegurada. Y ha sabido distanciarse a tiempo de las derivas, a mi modo de ver, peligrosamente paranoicas de los más forofos neoconservadores: Krauthhamer, especialmente -un tío peligroso cuyo nombre no conviene olvidar. Hay que estar atento a lo que dice.
Robert says
Fukuyama me confunda. Dice que sera el «fin de la historia» el gobierno participativo. La democracia representativa sera el punto inevitable al final de la frase de Hegel. Pero antes de la guerra, Fukuyama he recomendado derrocar a Sadam. ¿ Si sea inevitable el gobierno participativo, porque se necesita la guerra ? ( …ahora Fukuyama esta contra el aventurerismo militar… )
JP Quiñonero says
Gregorio, Robert,
La verdad sea dicha: tampoco yo tengo una simpatía particular por Fukuyana. Dar noticia de su libro y debate me parece una forma de aportar materiales de trabajo y reflexión: que cada cual utilice e interprete como lo considere oportuno. Sin olvidar que… también me parece sensato recordar, más a menudo, hasta que punto el pensamiento y la filosfía de la historia o la política tienen un papel eminente en la cosa americana..
Q.-
Wallenstein77 says
Hola a todos:
Hace unos meses lei una reseña de un libro de Fukuyama donde criticaba a Bush y se desmarcaba de sus antiguos correligionarios. Parece que ahora los antiguos amigos de Francis no hacen mas que atizarle con todo lo que tienen a mano para descalificar su obra y a el mismo, porque ha cambiado el duscurso. Por cierto, desde que Fukuyama dijo que era eel «fin de la Historia» me cae mal.
Saludos a todos.
JP Quiñonero says
Wally,
En esas estamos: la historia devora las profecías de Fukuyama, que cambia de rumbo personal, abriendo una brecha en el debate filosófico neo con. Sin restarle importancia, pero oscilando hacia un terreno empírico/realpolitik muy alejado de la teoría y la filosofía de la historia, donde, por otra parte, él fue un pedagogo eficaz pero de modesta altura y rumbo cambiante a cada libro..
Q.-
Dick Turpin says
Un ejemplo de los palos que le dan a Fukuyama desde el bando neconservador en este enlace:
http://www.gees.org/articulo/2420/ (un comentario de Rafael Bardají, uno de los pocos que se denomina sin complejos neoconservador, del libro en cuestion).
Es cierto que Fukuyama no cae bien. A casi nadie. A mi tampoco. SUpongo que el aspecto que luce en muchas fotos, en plan malo malísimo de película en las que sólo le falta el bigotillo a lo Fu-Manchu, no ayudan. Bueno, ahora en serio, la cuestión es si en realidad Fukuyama es un neoconservador o no.
Los miembros «pata negra» del grupo dicen que no. Los comentarios que hacen sobre Fukuyama, aquí ya allá, parecen dibujar más a un arribista que a «uno de los nuestros». Los neocons ya no son tan «neos», desde Vietnam están por ahi -al principio concentrados en asuntos de política interna de EE.UU. y más adelante se fueron pasando a la política exterior- y nunca han sido muchos y digamos que entre ellos casi son una «familia» (el núcleo familiar es importante en su consideración de la política y de la sociedad), por lo que la sensanción general es la de que Fukuyama -y muchos más- se acercó al grupo cuando estaban en la cresta de la ola y los neocons alcanzaron sus mayores cotas de poder y parecía que sus proyectos para el «Gran Oriente Medio» iban a fructificar. Digamos que Fukuyama se apostó a caballo ganador… luego la deriva de los aconteciemintos le ha hecho ver que quizá se equivocó en su apuesta y ha cambiado su rumbo (y efectivamente como el tipo es listo ha sido de los primeros).
La ausencia de un pensamiento ortodoxo en el neoconservadurismo permite estas cosas; por un lado está bien porque nadie se siente constriñido por el «Dogma neocon» pero por otro lado se hace difícil establecer los límites y perfiles del neoconservadurismo.
Hay una serie de puntos comunes que, más o menos, todo el mundo podría señalar pero no hay una afán de formar escuela (Max Boot no acepta la denominación de neocon, Daniel Pipes se siente cómodo con ella); alrededor de los neocons hay mucha gente (en fin, Armitage está bien lejos de ser neocon y en su día firmó documentos del PNAC y demás) que se acerca o se aleja en función cómo se orquesta la «política de pasillos» en Washington o por mera coyuntura.
Por cierto, sr. Luri estoy muy interesado en su libro, del que tenía noticia por JPQ, ¿alguna posibilidad de encontrarlo en Madrid?.
JP Quiñonero says
Hola, Dick,
Hablas con tanto calor que me enrolas en un debate que va un poco más allá de donde yo hubiese deseado. Pero bueno.. Avanti!!..
Siento horror de las generalizaciones y las opiniones. Lo mío es el detalle y las ideas. Sobre los neocons…
1.- Se suele confundir la acción política, militar y diplomática con las ideas de los abuelos, profesores y discípulos de eminentes personalidades. Cometiendo un doble error: comentar de lejos acción, mal recurriendo a las ideas de unos señores que, con frecuencia, ya estaban muertos antes siquiera que sus discípulos coparan el poder en Washington.
2.- Se confunde groseramente las ideas de esta o aquella capilla neoconservadora (que son bastantes y no siempre bien avenidas entre ellas) con la misma acción política, militar o diplomática. Groseramente: es confundir los culos con las témporas.
3.- A partir de ahí, la confusión es extrema y suicida, intelectualmente.
4.- Este último libro de Fukuyama tiene la virtud de replantear el problema neocon, en el marco de la gestión histórica de la diplomacia norteamericana. De ahí que, desde esa óptica, el pensamiento neocon se “evapore”, suplantado por la discusión con las tres grandes líneas clásicas: realista conservadora (Kissinger), nacionalista/jacksoniana (algunos neocons hostiles a la intervención en Irak), e idealista (neocon o demócrata). En la práctica, supongo que las tres líneas pueden confundirse en muchos momentos, por razones prácticas: Condy, por ejemplo, comenzó siendo realista antes de pasarse al bando neocon militarista. Entre neocons intervencionistas y militaristas hay matices y matices.
5.- En ese terreno práctico, las críticas contra la intervención en Irak han evolucionado desde muchos flancos: hubo neocons hostiles a la intervención, desde el principio; y ahora hay neocons que la critican la falta de eficacia; mientras que realistas poco neocons (como Kissinger) apoyan ahora la intervención. Si uno no es capaz de seguir tales sutilezas, mejor abandonar el debate.
6.- A título personal, me siento incapaz de entrar en un debate militar: doctores tiene la Iglesia. Pero, por favor, que los militaristas se abstentan de intervenir en el debate de ideas: por las mismas razones deontológicas.
7.- Lo mío son las ideas. Y lo de intentar embarcar a Leo Strauss y Alain Bloom en la intervención en Irak me parece un horror de la peor especie. He leído media docena de libros de Strauss: tiene una estatura intelectual de Muy Primer Orden; y no veo por ninguna parte de donde salen las interpretaciones que lo embarcan en la aventura neocon en Irak. Es algo absurdo, trivial e ignorante. Quienes lo utilizan ponen de manifiesto que No Tienen Ni Idea: ni de filosofía, ni de neocons, ni de Irak. Idem. con respecto al Maestro Bloom, cuyo libro sobre la decadencia de las humanidades en las universidades USA me sigue pareciendo un texto canónico al respecto sobre el desarme moral y espiritual de EE.UU. Enrolarlo postmortem en batallas neocons relacionadas con Irak es una bajeza intelectual muy propia de ignorantes.
8.- Last but not least: utilizar a los neocons para justificar el cerrilismo carpetovetónico me parece una miseria propia de la zafiedad cainita.
No sé mi me explico…
Q.-
Robert says
Fukuyama vio venir antes que nadie la inevitabilidad de la unión de las dos alemanias. La reunion de Alemania tuvo quizá una clase de inevitabilidad. Despues de los ataques terroristas de 11 septiembre 2001, los neoconservadores se quejaron de la tendencia a abandonar de prisa y extraer los soldados estadounidenses de los pequeños conflitos militares. Somalia ( de Clinton ) y Líbano ( de Reagan ) son dos ejemplos. Esta tendencia «capitularde» ( mot fr. ) a hacer como un hombre de negocios ha vigorizado la gente como Ben Laden. Si se daría cuenta de esta percepcion americana, y pues se vea la destrucción de las Torres Gemelas, un gran conflicto entre EEUU y sus enemigos, y el redeseño militar de esta region, serían probables sino que inevitables.
Dick Turpin says
Hola Q.,
es un placer tratar los asuntos como los planteas.
Es cierto que la confusión, creo que interesada a este lado del Atlántico, reina entorno a los neocons. En EE.UU. obviamente sus perfiles están más definidos, permitiendo una distinción más clarificadora de quién es quién en el neoconservadurismo; que exista una revista como Weekly Standard ayuda en este sentido-.
Estoy de acuerdo: ni Leo Strauss -es increible como ha sido utilizado a favor y en contra de la invasión- ni Bloom ni Morgenthau «están» en el debate de Iraq, aunque algunos les han hecho participar y han sido usados de manera grosera. Pero esa es uan muestra de ciertas debilidades y miserias del pensamiento occidental actual. Necesita de paternidades explícitas. Nadie -especialmente si sale del mundo académico/universitario- se atreve a presentar sus ideas, en el meritorio caso de tenerlas, sino es envolviéndolas en referencias a otros; no critico esa sabiduría con poso de Historia y lecturas; al contrario, pero en muchos casos las «autoridades» son empleadas como escudos. Además escudos agradecidos porque los «clásicos» tienden a estar muertos, por lo tanto no se quejan ni acusan a nadie de plagio o de ser un imbécil.
Tras este excursus, retomo a los neocons.
De nuevo insisto en que hay que diferenciarlos bien; hubo una primera generación I. Kristol, G.Himmelfarb, D. Kagan, que son universitarios y que desarrollan su actividad en ese terreno, más reflexivo.
Luego está al segunda generación, W. Kristol y R. Kagan, por ponerle cara, que ya no estaba interesada en la universidad sino en los medios de comunicación y que se han dedicado «a crear opinión». Son buenos polemistas y así han conseguido gran eco para su sideas. Al mismo tiempo, hay también unos que son políticos en activo y que no están tanto por el debate intelectual sino por la praxis.
En medio está Richard Perle, «el principe de las tinieblas», hacedor de opinión y político a partes iguales. ÉL es que representa la dualidad del grupo.
Viene a cuento, para decir que toda la teórica neocon está mezclada de práctica; desde Perle los neocons se ocupan tanto en la búsqueda del poder como la elaboración del discurso neocon. Y es esa segunda generación la que tiene visibilidad y la que ha concentrado la crítica y el debate, en una mixtura de ideas y hechos, que obligan a andar con mucho cuidado. Además el trazo grueso tiende a uniformizar las visiones, identificando a toda la administración Bush como neocon; quizá Bush es neocon, quizá Cheney ¿alguien más? No lo parece, porque Rumsfeld decididamente no. pocos más. Y se escapan así las tensiones internas del gabinete y de las relaciones entre familias políticas alrededor del poder.
No he mencionado a Condi antes porque ella es ambigua; tiene una retórica neocon impecable pero realiza una gestión del departamento de estado bastante típica de un realista militarista.
Desde luego coincido en que en filosofía de la historia y este tipo de debates España está muerta -o casi- y que dentro de 10 o 15 años, algún espabilado se hará eco por estos lares de estos debates que se tienen hoy en EE.UU. (llegamos tarde, como ya nos paso con el propio Fukuyama y el fin de la Historia).
Una de las características de los neocons como apunta Robert, es que la cuestión de la voluntad; la voluntad de usar el poder que EE.UU. tiene y de asumir las cargas -y lógicamente los beneficios-.
Buffff… estoy espeso y no sé si aclaro lo que quiero decir o lo embrollo todo más.
JP Quiñonero says
Hola, Dick,
Muy Puesto te veo en tales menesteres.
A título puramente personal, y sin ir más lejos: cuando el pensamiento “desciende” a la acción la cosa se Complica Mucho. Y, en el terreno militar, los hombres de “acción” suelen ser Temibles. Aron decía admirar al joven profesor Henry Kissinger, pero le costaba trabajo “comprender” al hombre de “acción” capaz de ordenar el bombardeo masivo de Vietnam. Como historiador y analista, Kissinger suele ser muy bueno: como hombre de acción, era un señor de Armas Tomar.
En ese terreno, el editor de Commentary, Norman Podhorez, escribió El Libro de referencia contando como fue la elite progresista demócrata (la banda Kennedy and Co.) quien embarco a los EE.UU. en la guerra del Vietnam. Kubrick y Coppola contaron la historia desde otro ángulo.
En el terreno de la chismografía, El Libro a descubrir otro mundo es el Ravelstein de Saul Bellow, que es una “biografía” oficiosa de Alain Bloom y un libro divertido y muy melancólico.
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Robert,
Me siento incapaz de entrar en temas que controlo Francamente Mal.
Sobre Alemania.. hombre Fuku y Mucha Gente Más. Salvo Mitterrand: que intentó oponerse..
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Saludos,
Q.-
maty says
@ Dick
Has sido abducido por mis lectores de sumarios: http://neoconservador.blogspot.com/atom.xml
Robert says
Mitterand… no me sorprende el oscurantismo frances. Los soldados frances han torturado algunos algerianos durante la guerra de independencia algeriana. Ahora los guardaespaldas islamistas de Ben Laden son un equipo de algerianos. Lo que se siembra se cosecha.
JP Quiñonero says
Hombre, Robert, en Francia hay gente de algo ilustrada, también. Y en Argelia.. hay hasta bereberes laicos..
Q.-
Dick Turpin says
Hola Q.
gracias; me apunto los libros que citas para ese momento futuro en el que haya tiempo.
Tienes razón en lo de Aron-Kissinger; la dualidad del ex-secretario de Estado es tan brutal que hace muy difícil la visión equilibrada del sujeto. En su valoración, creo que Aron no se dio una cuenta de una cosa, Kissinger siempre quiso ejercer el Poder y los méritos académicos se le quedaban pequeños.
Una representación de los acedémicos-asesores durante la Guerra Fría con mucha miga era la que hizo Walter Matthau en Fail-safe, de Sidney Lumet.
Yo, si algo le critico a Kissinger, el teórico, es su visión simplista de la DIplomacia de los siglos modernos; muy tópica su explicación de la pugna Monarquía Hispánica-Francia en el siglo XVII; ese Richelieu abierto a la «realpolitik» en función de los intereses de Estado frente a los cerriles meapilas ultracatólicos Habsburgo movidos sólo por el catolicismo, abrazando cruzadas absurdas… demasiado simple, demasiado tópico.
Ah, muchas gracias Maty, es un placer
DT
JP Quiñonero says
Dick,
Bueno.. el punto que me parece esencial es de la vidriosa relación Ideas / Poder. El Kissinger analista me merece un gran respeto. El Kissinger hombre de Poder me Inspira un Miedo Grande. De hecho, Desconfío de Todos los Hombres de Poder: lo mío es estar frente o contra ellos. Neo conservadores incluidos, claro.
Saludos,
Q.-
Robert says
Si, si. Mitterand estaba erudito, no cabe duda. Pero ha opuesto la disolución de Alemania del este y la unificación del pais. Es la exceptionalidad politica francesa que critico. Durante la guerra Petain estaba aliado con Hitler pero la Francia ha recibido una zona administrativa en Alemania antes de la guerra. ¿ Qué ? La Francia quiere condujar la Unión Europea pero no quiere abandonar sus subvenciónes agrícolas. Beurck ! Recuerdo también que la Francia estaba una parte de la OTAN, una alianza militar, pero no participó militaramente en esta alianza militar. ¿ Es possible… ? Tenía las armas atómicas, supe, sin embargo oficialmente no los apuntaba contra la Unión Soviética… y entonces, ¿ contra quiénes estaban apuntados los misiles mohosos de la Francia durante la guerra fria ? …te lo pregunto con un sentido del humor.
JP Quiñonero says
Robert,
Hombre… Francia es algo más complejo que sus presidentes/demagogos (Mitterrand, Chirac), pero bueno.
De Gaulle estaba con Washington durante la crisis de los misiles rusos en Cuba.
Y la colaboración policial París/Washington es excelente incluso ahora. Mitterrand se entendía bien con Reagan y con Mrs. Teatcher, a la que apoyó durante la guerra de las Malvinas. Cuando la batalla de los euromisiles (1983) Mitterrand pronunció en el Bundestag su célebre frase: «Los pacifistas están al Oeste y los misiles al Este«.
El parque de artillería nuclear francés siempre ha tenido los mismos objetivos estratégicos que la OTAN.
Saludos,
Q.-
Robert says
«…más complejo que sus presidentes/demagogos…» Es verdad. Casi siempre estan mirando los toros desde la barrera.
DicK Turpin says
Q.,
estar frente a los hombres de Poder es una buena posición para situarse; luego ciertas situaciones nos hacen preferir unas opciones sobre otras. ¿El mal menor? Algo así, supongo.
Ah, Q., muchas gracias por la visita.