Entre los pueblos sin Estado de la cuenca mediterránea, el pueblo amazig / berebere quizá uno si no el más antiguos: ya vivía en el Norte de África hace unos 10.000 años, con una lengua y cultura propias, que han sobrevivido a sucesivas invasiones y colonizaciones romanas, musulmanas, etc., con una consecuencia práctica de imprevisibles ramificaciones políticas: los bereberes marroquíes, argelinos y tunecinos denuncian la “edad de oro andaluza”, que pudo coincidir con la historia de al Andalus, como una época de intolerancia, opresión y guerras civiles, entre musulmanes de distinta obediencia religiosa.

Quizá sea sintomático que Melilla sea un foco modesto pero real de difusión independiente de la cultura amazig / berebere. Los bereberes perciben las relaciones entre Estados (España, Marruecos, Argelia, etc.) como una triple opresión y desprecio: son víctimas de la opresión estatal norteafricana, la persecución religiosa islámica y el desprecio ignorante de los españoles de muy distinta sensibilidad cultural.