Me impresiona por su dramatismo frío, trágico, un reportaje de Chris Kutschera, publicado en el Magazine de Le Monde [28 octubre 2006], titulado L’Exode des chrétiens d’Irak.

El drama descrito por Kutschera recuerda la superposición de conflictos dramáticos, en Irak:

● Una guerra civil religiosa entre sunníes y chiíes.

● Una persecución religiosa contra la minoría cristiana, dividida, a su vez, en milenarias capillas diferentes.

● Un éxodo trágico de los cristianos, refugiándose en territorio del pueblo kurdo: a su vez dividido y sin Estado, errante entre varios Estados hostiles a ninguna entidad estatal kurda o cristiana.

● Durante mucho tiempo, la minoría cristiana pudo sentirse provisionalmente “protegida” por la tiranía de Saldan Hussein.

Sin olvidar la importancia pavorosa de las mafias, la corrupción, la resistencia civil, el tribalismo, las diferencias étnicas, etc., quizá sea ingenuo y trágico pensar que un cuerpo de ejército puede poner “orden” en ese ensangrentado hormiguero de creyentes, utilizando a Dios (sunní, chií, etc.) como arma mesiánica absoluta.

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La mosaïque des Chrétiens d’Irak, por Gérard-François Dumont, profesor en París Sorbonne.