La chair est triste, hélas ! et j’ai lu tous les livres, escribe Mallarmé en algún momento. Sin embargo, ese triste convencimiento personal no coincide completamente con lo que sabemos de la vida íntima de escritores y escritoras de todo tipo de sexos, en el París finisecular. Ni Victor Hugo, ni Maupassant, ni Rimbaud ni Verlaine, entre muchos otros, hubiesen escrito tan sentencia, creo.
Gisèle d’Estoc, seudónimo de Marie-Paule Alice Courbe, escritora, periodista, escultora, feminista, libertina, lesbiana, andrógina, amante de Maupassant, enviaba a sus amigos fotografías personales, al desnudo.
Foto de Gisèle d’Estoc dirigida a Maupassant, pidiéndole una cita. Catálogo Étude Renaud & Giquello, venta, 21 marzo 07, fotos de Barbey d’Aurevilly, Baudelaire, Bloy, Cros, Daudet, Dostoievski, Dumas, Flaubert, Gautier, Gorka, Hugo, Huysmans, Mallarmé, Maupassant, Mistral, Nerval, Sand, Tinan, Tolstoi, Verlaine, Vigny..
Y tenemos a nuestro alcance buena parte de la correspondencia entre Maupassant y Gisèle d’Estoc. ¿Añaden gran cosa tales testimonios a nuestro conocimiento de la obra literaria? En el caso de Hugo, sus amantes hablan de su frondosa personalidad. En el caso de Baudelaire, el tormento amoroso es indisociable del tormento de la escritura. Las escenas sadomasoquistas de la Recherche remiten a capítulos importantes de la vida proustiana.
Por el contrario, conocemos mal la intimidad más oscura de los hombres y mujeres que hicieron nuestras culturas españolas. Los diarios íntimos de Moratín son un largo rosario de relaciones prostibularias. Las intimidades de Bécquer, doña Emilia Pardo Bazán o don Pío dejarían al descubierto insondables misterios, apenas entrevistos. Están relativamente repertoriadas las mujeres de la vida de Pla. Las tribulaciones sentimentales de Cernuda podrían ser motivo de una tragedia shakesperiana. ¿Qué decir de los grandes amores fallidos de don Antonio Machado? Cubro con un tupido silencio las escabrosas y más recientes historias carnales entre escritoras y escritores españoles de tres mundos. ¡Qué inmensa oscuridad iluminada de misteriosas estrellas fugaces..!
maty says
¿Y qué contarán de tí en el futuro? Tal vez aquellas dos jóvenes de Granada… tus años locos de la adolescencia cual bala perdida, tus primeros años en aquel viejo Madrid… y el París de tu soltería…
Algo dejas entrever en tu libro «Retrato del artista en el entierro».
JP Quiñonero says
Maty,
¡Nunca he vivido ni conocido a nadie en Granada..!
¿Años «locos»? Años de una pobreza desesperante: pobres pobres, acusados de estar locos.
Maty, Maty…
Q.
maty says
El libro está en la Biblioteca Pública de Tarragona. La semana que viene intentaré volver a agenciármelo y preguntaré por «Lázaro». ¡Tiembla!
No serían de Granada, pero eran.
maty says
Y tus juergas flamencas en aquel Madrid ya ido.