Hace ¿cuantos años? un vecino de Caldetes me decía en la piscina: “Eso del País Vasco, lo arreglaba yo; muy fácil…” Agregando: “El ejército. Y se suspende la autonomía, todo el tiempo que haga falta”.
[ .. ]
Intentando calmar mi espanto, el portero me intentó tranquilizar: “No haga caso. El sr. B* es un facha”. Han pasado ¿quince? años. Esta noche, A*, desde Madrid, por teléfono, me dice que Alfonso Guerra propone suspender la autonomía de Euskadi si Ibarretxe… etc, aplicando el artículo 155 de la Constitución de 1978.
En el siglo XIX algunos militares consideraban indispensable bombardear Barcelona, cada cincuenta años, para poder gobernar España: Cataluña, la siembra y el mercado del Odio.
maty says
Supongo que se refiere a una suspensión temporal, porque, de firmarse el decreto de convocatoria del referéndum, todo el gobierno vasco sería delincuente. Y al ser un delito flagrante y de extrema gravedad, se debiera proceder a su detención inmediata, estando en prisión preventiva a la espera de juicio.
Mientras tanto, sin gobierno, y en una situación excepcional, las competencias serías asumidas temporalmente por el Estado (¿Consejo de Estado tal vez?), mientras no se celebrasen nuevas elecciones autonómicas.
Es lo que sucede con los ayuntamientos vascos en los que no fue posible formar un gobierno municipal. En ese caso, la Diputación provincial asume el control.
Es simple aplicación de las normas que rigen el Estado de Derecho, ni más ni menos.
Está claro que esa situación de excepcionalidad no conviene a nadie, de ahí la gravedad de la propuesta de Ibarretxe, al poner en peligro la convivencia pacífica, al anteponer sus intereses partidistas al bien común de la sociedad. Te recuerdo que los políticos también pueden ser golpistas, incruentos, pero golpistas, y como tales deben ser tratados. Porque si yo decido no pagar impuestos, la ley caerá sobre mí ¿por qué un representante político ha de tener bula? Y menos para violentar la Constitución Española aprobada en referéndum democrático.
Así que, Quiño, precisemos, y empleemos las palabras que sean necesarias para explicarlo debidamente, pues ya están otros que simplifican al máximo, provocando más alarmismo del conveniente. Si las cosas se explican detenidamente a la población, ésta entenderá y responderá como adultos, máxime sabiendo lo que está en juego, y con el recuerdo colectivo del fracaso colectivo de la II República y la guerra civil posterior. No Quiño, no, quienes juegan a aprendices de brujo en estos temas han de ser señalados públicamente y, en lo posible, apartados de la función pública.
Jeremías says
Juan, el artículo 155 lo permite. Si no gusta la ley puede cambiarse, pero mientras tanto deberá aplicarse, digo yo. Se llama Estado de Derecho. Un día te lo explicaré, pero fue un invento de los franceses a finales del XVIII. Va del rollo de que la ley está por encima de todos y cosas parecidas. ¿O acaso insinúas que no debe aplicarse una ley para no molestar?
Uy, uy, uy… eso de estar por encima de la ley «por nuestro bien» me recuerda a otros tiempos…
JP Quiñonero says
Subal, Maty, Jeremías…
Respondo a trío, por este hilo, sin saber muy bien qué debo decir:
Subal… Confieso que No sé de qué va. El peso de los escritores murcianos en Cataluña es francamente modesto. Y en París menos.
Maty… haces unos comentarios tan prolijos que corres el riesgo de perderte tu solo en una argumentación teórica muy alejada de la modesta realidad de mis cuatro líneas…
Jeremías… no insinúo nada: que cada cual piense lo que quiera al respecto. Si confieso una malévola intención comparativa,
Q.-
PS. Lo de dar consejos matamoros no es de recibo en este Infierno.
subal says
También yo le contesto en este hilo. En un apunte del sábado pasado, usted se preguntaba en voz alta aver cuántos escritores catalanes firmaban el manifiesto en solidaridad con la escritora Cristina Peri Rossi. En el apunte anterior a éste, Jeremías comentaba a Maty una noticia que no ha saltado a la prensa de manera tan pirotécnica como la de la escritora; que un testigo de un asesinato en Berga no podía declarar en catalán ante el juez porque los señores asesinos no entendían ni una palabra de catalán. Y nada, me hubiera gustado alguna reacción suya al comentario de jeremías, por mantener un poco de ecuanimidad ante ambos casos. Pero si usted me confiesa que no sabe de qué voy, pues nada, hombre, nada, olvídelo.
saludos cordiales.
maty says
Mi posición, que es el del Estado de Derecho, es muy fácil de entender con un ejemplo reciente.
Tiempo atrás, la Autonomía de Andalucía se vio obligada a suspender temporalmente al Ayuntamiento de Marbella, por los innumerables delitos cometidos por la corporación. La Diputación provincial de Málaga nombró un equipo gestor y se hizo cargo del día a día, a la espera de la convocatoria de nuevas elecciones municipales. Como éstas últimas sólo las fija el gobierno del Estado para toda España, tuvieron que esperar hasta entonces.
Pues eso mismo, en equivalencia, es lo que tendría que hacerse con la Autonomía Vasca. Cuando se reuniesen las condiciones, el organismo supervisor convocaría elecciones autonómicas, recuperándose la normalidad institucional. Mientras tanto, si un partido da apoyo a los golpistas (PNV, EA…), se debiera proceder a su ilegalización y a la detención de sus cúpulas directivas, por rebelión.
Así, sin más, aplicando el Estado de Derecho, desde la legitimidad que otorga la democracia y una Constitución aprobada mayoritariamente en referéndum por el conjunto del pueblo español (que es quien ostenta la soberanía). Ni más ni menos.
Por cierto, también se destituyó al Jefe de la Policía de Marbella, y así con todo aquel funcionario que no respetase las órdenes emitidas por la Junta Gestora.
JP Quiñonero says
Subal…
Tu información confirma mi ignorancia: NI IDEA… sobre los problemas que tiene la colaboradora de una emisora de radio, tengo una vaga idea: yo mismo he sido durante muchos años asalariado de sucesivas cadenas de radio: guardo de todas ellas un negro recuerdo. En materia de jueces y criminales, siempre he tenido tendencia a desconfiar de los primeros, como don Pío. De ahí a embarcarme en la nave de la locura de opinar sobre todo lo divino y lo humano hay una distancia que se me antoja suicida para quienes la cruzan. Si, comble des malheurs, hay un tema en lengua catalana de por medio, no quiero ni pensar en la retahíla de estacazos que pudiera merecer. Nobody’s perfect,
Q.-
Luis Rivera says
Tengo «entendido» que los tribunales están obligados a disponer de un traductor en el caso de que lo reclame una de las partes. Como no conozco la historia en si ni se nada de la juez, no puedo opinar, pero dado el carácter de los tipejos que se sentaban en el banquillo y de aquellos que fueron realmente perjudicados (las víctimas y sus amigos), me atrevo a aventurar que lo que puede realmente desencajar la relación normal de convivencia son las personas, y en este caso no se si es una cuestión personal de la juez.
En cuanto al tema de la escritora en la radio, una de las cuestiones que me llama poderosamente la atención es el hecho de que ninguna emisora de radio refleje la realidad del país. Quiero decir que las emisoras que podemos llamar de siempre, racional, Barcelona, etc., por reflejo histórico tienen una relación basada mayoritariamente en el uso del castellano. Son emisoras que han hecho parte de su historia en ese idioma por razones obvias y eso ha creado, aún cuando tuvieran fragmentos de programación en catalán, un reflejo idiomático de uso.
Para establecer una compensación se han creado las emisoras que usan solamente el catalán y son emisoras en catalán.
No se si existe alguna emisora en que el idioma sea el de la calle, es decir, la mezcla de bilinguismo que se produce en la sociedad catalana y sobre todo en la barcelonesa.
A mi me parece que el tema de la escritora es realmente dañino porque debería haberse evitado estableciendo antes los ejes sobre los que la programación iba a hacerse. YO no entro en los temas, como dice Q, prolijos, que se convierten en ovillos enredados, y nunca se sabe por donde van a acabar. LO que creo es que deben evitarse los conflictos estableciendo antes el acuerdo de relación, que no es tan complicado. Cataluña es un lugar bilingüe, por razones cuando menos de convivencia y lo que en la calle no es objetable o lo es en mínima escala, no debe ser llevado a los medios que tienen audiencia.
La voluntad de convivencia linguística ha sido, por lo menos hasta hace bien poco, el mejor acervo cultural de Cataluña. Y he escrito voluntad de convivencia linguística, porque nunca, salvo ocasiones o individuos, ha sido entre personas. Radicalizar posturas personales es romper los cauces de entendimiento que han habido. La enorme riqueza catalana de hpy se basa en tener a un Sales y a un Marsé, gigantescos autores en dos idiomas reflejando una sociedad. No son mundos aparte, sino dos partes de una misma complejidad. Es responsabilidad de cada uno de nosotros mantener la figura y la compostura defendiendo nuestros derechos ante aquellos representantes de los poderes que actúan con prejuicios. Y al mismo tiempo mantener la figura y la compostura frente a nosotros mismos y a nuestros vecinos.
Hay, en el mundo catalán una tendencia a culpar a España y a Madrid de todos sus males y probablemente crea alguno que uno de esos males es la convivencia. Yo creo que no, que la convivencia no es un mal. Y sin embargo percibo siempre que se crea un debate, un terrible tono peyorativo que alcanza la intención de injuria. Madrid y España no pueden sonar más despectivamente en los oídos de quienes posiblemente no tengan esa visión histórica o no. Nacionalismo e independentismo lo mismo. No se trata de insultar a un enemigo recreado desde la animadversión, sino el odio, sino de mirarlo y entenderlo. Porque dejando la historia a un lado, que no es sino el componente que nos ha traído aquí y que es además objetable y manipulable, el presente es el que es y es el que tiene que evoilucionar en convivencia como sucede en la suma aritmética en que los signos + y – (por contrarios) se complementan para llegar a un endentimiento en la acción cotidiana, que eso es la democracia.
Madrid no es más enemiga (por usar la palabra) de los independentistas catalanes, que lo es la enorme parte de población catalana que no lo es. Para alcanzar algún día la independencia, a quien se ha de convencer es por lo menos al 70 u 80 % de los propiops vecinos y luego se verá con el resto de españoles.
Y lo mismo sucede con los que se empeñan en utilizar el término «nacionalismo excluyente» que suena peyorativo a los oídos no solamente de los excluyentes, que los hay y a lo mejor les alegra, sino de los que no lo son. Y, he hecho mi pequeña encuesta porque a fin de cuentas hace 63 años que soy catalán, hijo de catalanes, para entendernos y vinculado, viviendo en Segovia, a Cataluña en el día a día, familia, hijos, amigos, etc. Como no soy «separatista», y si catalán, está de más que discuta las razones de Subal o de Bostezo aunque trate de mostrar mi desacuerdo ante la interpretación de textos o de ralidades. Y, para entendernos, como no soy «españolista» pero si español, tres cuartos de lo mismo. Y que se entienda bien que cuando uso esos adjetivos es para que quede bien clara mi postura que abomina de todo de las etiquetas patrias.
En estos debates me pregunto si algo sirve para algo. No es quien más escribe quien más grita, sino quien con más atención lee al otro. La política es, por necesidad, un ámbito de intereses donde los actores se sienten obligados a actuar mezquinamente por sus intereses, aprovecxhando cualquier ocasión de restar territorio dialéctico al contrario. Los ciudadanos estamos obligados a dar un ejemplo de valores morales a nuestros políticos, que a fin de cuentas somos nosotros elegidos democráticamente. Los políticos y los medios de comunicación parten de la verdad, para ellos objetiva, de que lideran la sociedad creando opinión. Los ciudadanos tenemos la obligación ética de no dejarlñes ese territorio y demostrarles (yo creo que así está sucediendo en España) que convivir no es un acto teatral sino una realidad cotidiana.
¡Que griten ellos!
Mr Bostezo says
Luis Rivera, absolutamente de acuerdo contigo. De todos modos, aunque creo que en todas partes cuecen habas, piensa que desde Cataluña sólo se tiene una visión negativa de España cuando hay una agresión. Es una especie de autodefensa totalmente lícita, bajo mi punto de vista, que se ve continuamente, ya que no olvidemos que las agresiones no son pocas y se dan de forma constante (boicot a productos y empresas catalanas, al Estatut catalán, negación de la historia particular catalana y de la plurinacionalidad española, negativa constante a hacer públicas las balanzas fiscales como pasa en todos los países, demagogia con el tema de las lenguas, reaccionismo anticatalán con la opa a Endesa, prohibición de partidos de la selección catalana cuando no coinciden ni pertorban los de la española, incumplimiento de leyes como la devolución de los llamados «papeles de Salamanca», desprecio hacia los hechos diferenciales catalanes desde altos cargos públicos, y un largo etcétera). Esa catalanofobia – que los un poco cultos conocen que viene de antaño, ya desde los tiempos de Quevedo – es algo tristemente constante y perjudica enormemente lo que tu llamas convivencia. Dos no se entienden si uno no quiere ¿verdad? Evidentemente Cataluña no es la tierra prometida y nacer catalán no es ningún chollo, pero oye, los catalanes no han hecho nada por el estilo en sentido contrario, y menos como agresión, aunque tampoco podrían. De hecho ¿qué puede hacer una simple autonomía, sin ningún poder fuera de sus fronteras y con poder limitado dentro de ellas, ante este descalabrio? Lo mínimo es reaccionar, porque la gente no es tonta, pero la reacción más adversa para la España agresiva es el independentismo creciente que se vive en Cataluña y eso no es comparable (ni por concepto, ni por magnitud) al movimiento anticatalán (no se me ocurre otro apelativo) de España hacia Cataluña. Tampoco es equitativo el peso de los medios de visión catalana en comparación con los de visión españolista en el conjunto de España, de hecho una clara minoría, y de los pocos que hay, muchos son herederos de esa sociedad autonómica catalana que para conservar sus puestos de poder han debido seguir las directrices de esa España que busca «el bien común» (su bien, claro).
Dicho eso, que creo que es muy importante y cualquier analista debería tener en consideración, estoy al 100% de acuerdo contigo. Desde Cataluña no debería verse negativamente ni España ni Madrid. Lo que pasa es que es humanamente comprensible que un colectivo incordiado por otro tenga una mala imagen de este otro. Supongo que coincidirás conmigo en esto. Para mi España perdió su tren hace muchos años, cuando, tras la caída de las últimas colonias, se centró en acabar de castellanizar España (la que llamaban asimilada aún antes de serlo) y en imponer a pueblos antiquísimos con una cultura muy arraigada (como la catalana) unas ideas de país, políticas, culturales y económicas, que no han podido cuajar. Las diferentes dictaduras no les fueron mal a estos españoles, ya que aprovecharon para derribar los pilares de unas sociedades bien avanzadas, como la catalana entonces, que estaban a un nivel muy alto, cultural, social y económicamente. Valga decir que sin nobleza terrateniente ni cultura de la subvención. Con Franco se acabó de perder el tren (sino ahora estaríamos en el G8) y su heredero, el Rey Juan Carlos, aunque convocó elecciones (¿que más podía hacer en 1975, en Europa y con la Revolución de los Claveles al lado?) e hizo algunos buenos intentos para lavar su imagen (Tejero, que vive en una cácer-hotel de lujo), no ha conseguido cuajar una idea de España que no se refleja en la realidad. En Cataluña sabemos bien donde vive el Rey, donde está la Moncloa, donde se han repartido el pastel con la liberalización de Aznar, donde van a parar las inversiones del Estado, qué promociona el Estado, etc. Eso no tendría que ser motivo de mala convivencia si el respeto a los demás fuera la norma y se actuara con igualdad para todos. Pero mezclar eso con una falta de respeto constante, una chulería barriobajera y una unidireccionalidad en todo, nos devuelve a esa España a la que Joan Maragall, el pobre iluso que, como su nieto, al dialogar con los intelectuales castellanos se encontró una enorme pared, acabó diciendo «adéu». Y es lo que nos pasa a muchos independentistas, no tenemos prejuicios contra España, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, pero no es nuestro país y se lo ha ganado a pulso. De hecho no somos ni nacionalistas, ya que no nos importa la idea de nación, somos simplemente independentistas, que creemos en el derecho de los pueblos a escoger democráticamente su forma de gobierno. Pero realmente el gobierno español no nos deja espacio democrático y es agresivo con nosotros a todos los niveles: social, económico y político. ¿Deberíamos estarles agradecidos? Yo no odio España por sistema, y la mayoría de catalanes tampoco, pero no toleramos que se nos maltrate sistemáticamente. Ante eso hay reacción. Yo no lo llamaría convivencia, lo llamaría guerra, ya que hay una lucha entre agresores y agredidos. Dejo al análisis de cada uno quien es quien, aunque creo que está bastante claro.
maty says
Luis, nacionalismo excluyente está muy bien empleado hoy en día por mí. Son excluyentes en cuanto quieren el monolingüismo, imponiéndolo desde las Administraciones Públicas, es decir, con dinero público de todos.
Un nacionalista «a secas», respetaría la pluralidad, la diversidad. De esos, bien poquitos quedan o, al menos no se hacen oir. Por tanto, querer alterar las condiciones de convivencia social que tradicionalmente han imperado en Cataluña por mor de su ideología excluyente, implica exclusión.
Exclusión que cada vez camina más en la senda de los antiguos totalitarismos. Además de las multas por rotular en castellano, te recuerdo que hace no más de dos años, desde la Conselleria de Sanitat se ordenó comprobar/vigilar en qué lengua se comunicaban los médicos y los pacientes, para las oportunas sanciones futuras. Fueron más lejos y subcontrataron tal labor con una empresa privada, con lo que la confidencialidad de los expedientes médicos quedó rota.
Por tanto, por por su fanatismo sectario, no dudan en violentar el secreto médico de las relaciones entre paciente y doctor. Hubo condenas a los hospitales que facilitaron tales expedientes, al violar una ley de rango superior que protege los datos.
Eso, se mire como se mire, es caminar la senda de las ideologías totalitarias, al anteponer el fin último de la «Nación catalana» a los derechos fundamentales, constitucionales y de privacidad de los ciudadanos españoles. En un país serio, los responsables políticos habrían sido deshauciados de la vida pública, pero en Cataluña no, se pone la sordina cuando toca y el megáfono también.
Mr Bostezo says
Maty, si no recuerdo mal se trataba de una encuesta que hacía la Generalitat sobre los usos lingüísticos en los hospitales catalanes, y el problema vendría por la política de confidencialidad de los médicos que podía quedar dañada. Eso fue un error de los funcionarios que no conocían dicha ley, pero de ahí a decir que la Generalitat camina por la senda de las ideologías totalitarias… pues me hace pensar que quizás se cruzan un día contigo en la frondosa senda de Lerroux.
Luis Rivera says
Maty: totalitarismo es otra cosa, muy bien estudiada por Hanna Arendt en su libro «Los orígenes del totalitarismo». Las palabras, Maty, y lo digo al nuestro Bostezo, suelen ser culpables y si son excluyentes, porque en cuanto están pronunciadas ahí quedan y es la visión del otro el que las toma como agresión. No se trata de usar el diccionario de una manera estricta y decir que tal cosa es como es o que uno ya lo está diciendo y hacer catastrofismo.
Se trata de saber lo que es totalitarismo, Maty, porque si en Cataluña se estuviera practicando, las condiciones de vida serían otras. Ni totalitarismo ni dictadura: los poderes que le otorga al Gobierno de la Generalitat los resultados electoras y una política de pactos, con la que se puede estar en desacuerdo, pero esas son las reglas del juego.
Todo cuanto sucede está sacado de contexto y llevado al terriutorio del escándalo, al de ceder el liderazgo de la opinión al catastrofismo, al de aceptar que este pais se hune en el caos. Bien, yo no lo acepto, y además no lo hago por fe copntraria, sino porque no lo veo.
Si por casualidad nos sentáramos Q, Lola, Subal, Bostezo y yo, en una mesa a charlar, relajadamente, en una de esas hermosas masias convertidas en restaurantes aunque si os apetece os propongo mi casa del bosque en Segovia, antes de empezar a hablar tendríamos que estar de acuerdo en las palabras. Y tendríamos que sellar un acuerdo para los oidos, para escuchar, para tratar de entender. Si quien se sienta se aprecia, si la comida es relaja y el ambiente hermoso y nuestra presencia el anuncio de un buien rato, el comproimiso es escuchar en alto y hablar en voz baja.
Caemos en la trampa de los medios, de los demagogos, de los paranoicos, de los victimistas y de los victimarios. Por eso me vine al bosque, no al de Segovia, sino al bosque interior en que me encerré harto de que todos quisieran que estuviera de acuerdo con ellos.
Mi Cataluña es hermosa, abierta, generosa, brillante y vital, vigorosa, y en esta discusión del ser, tan larga, pierde su vitalidad. Pensemos que ante la denuncia de Ortega de la invertebración de España, hoy es Cataluña la no solamente invertebrada sino descoyuntada.
Subal: te agradezco que me des la razón en principio, no se que luego escribas un memorial de agravios, y yo comprendo que busques en la historia las causas, que ahí están ciertamente, del desencuentro. Las comparto, puede que no todas, pero amigo como soy de leer la historia desilusionadamente, entiendo que no es la mejor maestra. Pero también entiendo que al no haber vivido yo en la época de Felipe V, por concretar, ni ganas de haberlo hecho, porque me perdería el placer de estar hoy aquí, no quiero ser prisionero de una historia que ni unos ni otros supieron. Si somos nosotros los herederos de los fracasos de todos los que antes estuvieron, tal vez nos convenga renunciar a la herencia y mirar a esa mesa que propongo, humorísticamente, aunque no teneis más que acercaros por aquí o irnos todos juntos a París al territorio del anfitrión. Nosotros somo el presente de Cataluña y mi pregunta es, ¿porque no lo enfocamos como una refundación del presente?
Somos tan simples todos, Bostezo, yo el primero, que cuando leemos a Maragall nos centramos en aquel «Adeu Espanya» y no tenemos en cuenta, seguramente, que le pilló cabreado ese momento. Transcendemos las cosas solamente porque nos interesan, porque en ellas encontramos argumentos. Aquí, como no hay Dios, no hay profetas.
Y ahora, como no soy sacerdote ni predicador ni misionero, me voy a tomar un café con un poquito de Ron negro y a disfrutar del último sol. A rreveure, xicots
Luis Rivera says
Perdón, Bostezo, pero la segunda parte de mi comentario iba dirigida a ti, y no a Subal aunque espero que no lo tome por descortesía. Lo que sicede es que en este blog no puedo retirar mi comentario y cambiar el error, o no sé hacerlo.
maty says
Luis, yo no escrito que sea un régimen totalitario, sino que camina en la senda que siguieron los totalitarismos, que no es lo mismo. Es lo mismo que nacionalismo excluyente. Yo no me responsabilizo de palabras de otros, que utilizan términos como nazis o naZionalistas, con los que discrepo (en Criterio, alguna que otra vez).
Pero que caminan tal senda, sin duda, algunos acaban de iniciarla, y otros están bastante más avanzados como ERC y ahora el CUP.
Chávez y Venezuela es un buen ejemplo. Desde el voto y las mayorías, está aplicando algunas políticas propias de totalitarios, sin duda alguna. Las mayorías no autorizan a violentar derechos fundamentales, cada vez más cuestionados en Venezuela.
Un gobierno catalán, monocolor de ERC, no me cabe duda alguna que iniciaría un proceso similar, entre otros motivos, por tener en su actual dirección a antiguos terroristas -dirigentes e ideólogos- de Terra Lliure. Terroristas que nunca llegaron a arrepentirse, e incluso, días atrás, uno de ellos, Xavier Vendrell justificó a Terra Lliure. Y siguen ahí, en la dirección, anclados.
No, Luis, con terroristas que no se arrepienten y no piden perdón por su pasado, mi confianza en ERC es nula, pues choca frontalmente con mi código de valores éticos/morales. Te recuerdo que Terra Lliure surgió en plena democracia, un agravante adicional.
Mi Cataluña es una Cataluña que me obliga a permanecer en el anonimato, manteniendo el uso de un apodo que debía ser transitorio. Pero por precaución, por mí y mi entorno, he de seguir utilizándolo, puesto es bien sabido que quien se señala en la denuncia contra el nacionalismo excluyente catalán es señalado, con lo que eso significa, entre otras cosas, Luis, amenazas de muerte. Amenazas como las recibidas, hace pocos meses, por Francisco Caja, a quien Mr. Bostezo trata de catalanófobo en otro hilo de comentarios (ahora responderé, a pesar del molesto resfriado).
maty says
Otro ejemplo de voluntad totalitarista:
Nauscopio Totalitarismo en la enseñanza catalana: propuesta liberticida de ERC, socio del PSC-PSOE de Montilla y Zapatero
A ver ¿qué término mejor que totalitario para definir tal propuesta?
Nauscopio El ‘totalitarismo’ de los nacionalismos excluyentes
Y éstos de regalo:
Antiguo Nauscopio Soy un inadaptado, eso dicen el director de El Punt y otros
Antiguo Nauscopio ¡ESOS NO SON CATALANES! Ignasi Guardans (CiU) dixit
Luis Rivera says
Maty, para que se den las condiciones de totalitarismo deben reunirse varios integrantes:
– una misión histórica en función de la cuel se inicia un camino que es irreversible y al margen de consideraciones de tipo moral: para el comunismo de los soviets, un compromiso de la historia a través del materialismo; para los nazis la voluntad racial de conquistar el territorio necesario.
– la existencia de un enemigo histórico (las clases, los judios, etc.)
– la existencia organizada de un sector de la población determinado a poner en práctica una política totalitaria
– la ausencia de democracia
– el uso del terror como componente político adoctrinador
– la existencias de campos de internamiento
Nada de esto, ni de lejos, se da en Cataluña. Lo que allí se da es la aplicación de una política basada en pactos constituídos legítimamente.
La posibilidad de que un sistema democrático se convierta hoy en totalitario es remota.
Conviene además no confundir totalitarismo con dictadura. El regimen de Franco, totalitario en sus inicios, se convirtió en dictadura a partir del desarrollismo. Se pasó de la misión histórica (España es una unidad de destino universal o por el imperio hacia Dios, a el Seiscientos y las vacaciones)
Nada impide estar en contra de la política de ERC, de IU o del PSC, CiU, etc. Tu confundes totalitarismo con la política que practican tus adversarios. No digo con ello que esa política sea o no censurable por quienes estén o no de acuerdo con ello, pero no es totalitarismo ni tiende a serlo.
Mr Bostezo says
Hola Luis, yo tampoco creo que debamos centrar el debate en la historia, a no ser que consideres el hoy, el ayer o los últimos 5 años, historia. Sólo he comentado que hay orígenes históricos que refuerzan la idea de que España nunca ha aceptado Cataluña tal y como es. Y ahí añadiría que solo la usa para unos beneficios concretos (otra vez el «bien común» de ellos) que no repercuten nunca a los catalanes y que crean ciertos déficits graves en nuestro territorio. Así pues las agresiones de las que hablo no son las de la época de Felipe V, sino de la misma era Zapatero, Aznar o González. Te repito los que he escrito a modo de ejemplo:
Esto en menos de 3 años y hablo de memoria (se me olvidan un montón), pero es que antes ha habido muchos más, y no hace falta hablar del déficit en infraestructuras grave que sufre Cataluña (trenes, autopistas, aeropuerto, etc.), la apelación al ejército de Boadella & Co., el asesinato cada año de catalanistas en fiestas señaladas por parte de españolistas (cosa que no pasa a la inversa), sin olvidar los insultos continuos que recibimos algunos ciudadanos catalanes por el mero hecho de serlo o de hablar nuestra lengua, que es de curso legal en nuestro país.
De hecho esto no es algo pasajero de épocas pasadas, sino que ha ido expandiéndose desde la creación de España como estado hasta ahora. Tiene incluso nombre de patología: catalanofobia. Pero que sepas que yo no me lavanto cada mañana con estas ideas en la cabeza. Me suele molestar cuando me entero de ciertas noticias (según el nivel, claro) y luego se me pasa. Hay otras veces que incluso me lo tomo a risa, o paso, llanamente. Pero lo peor es que vuelves a ver la actualidad al día siguiente y otra vez lo mismo. Es como el cuento de nunca acabar.
Yo sinceramente creo que no hay otra solución que la libertad con todas las letras, es decir poder convocar referendums de autodeterminación, como ya hacen en el Quebec (Canadá). De esa manera no habría un principio de imposición, sino de libertad y todos estaríamos más cómodos y sin tantos recelos mutuos. De hecho siempre he pensado que a la larga a España no le sale a cuenta mantener de esta manera a Cataluña en su mismo estado, ya que salen a la luz los problemas y esto acaba en onda expansiva en otras áreas de España que tampoco están contentas con el trato dispensado por Madrid.
Sea como sea yo respeto a todo el mundo que tenga respeto por los demás. Con el que no lo tiene, de buenas a primeras yo intento siempre dialogar. En realidad soy un poco testarudo en esto, ya que sé de muchas personas de carácter excéntrico que, aunque al principio sacan una fuerte vena irracional, pueden llegar a entrar en una conversación a dos con un poco de paciencia. Pero eso no es lo normal, lo lógico es que si entras en una conversación ya de manera irrespetuosa, tus interlocutores no quieran saber nada de ti. Esto es un poco lo que pasa en las relaciones España-Cataluña, pero cuando digo España me refiero a la España que ellos dicen que son, la nación española, no la real, que para mi es un paisaje ibérico diverso lleno de culturas distintas, con predominancia de la castellana y sobretodo con todo el poder en todas sus vertientes en la ciudad de Madrid, que es casi un estado en sí mismo.
Me encantaría no encontrarme con esa patología de la catalanofobia cada dos por tres, así que probablemente por eso y por razones económicas (déficit en inversiones y trabas en el libre mercado) votaría independencia en un referendum. Pero si Cataluña fuera un estado, quizás mejorarían las relaciones con España, no sé.
Mr Bostezo says
Luis, ahora releo lo que he escrito y suena a victimista. Lo siento, no lo pretendía. Creo, por eso, que sí hay razones por las que no estar contento con España, pero no juzgo a las personas por ser de un sitio o de otro. Espero ser suficientemente claro en este punto. De hecho estoy un poco cansado y saturado de estos temas, quizás el empeño de Maty por decir las cosas de manera que parezcan lo que no son, me ha llevado demasiado adentro de temas políticos que, por obvios, me acaban aborreciendo. Espero no sonar siempre a memorial de agravios y poder decir cosas positivas, que también las hay.
maty says
Luis, no me lees. Hablo de senda totalitaria. Algunas políticas lo son.
Te pierde tu pasado de izquierdas, ningún pacto político es legítimo si atenta contra los derechos fundamentales y, por tanto, no es democrático. Que no Luis, la democracia no es sólo el juego de mayorías, como muchos españoles consideran, equivocadamente. En todo caso, democracia formal, de apariencia.
Wikipedia ES Democracia
Que no Luis y compañía, por ahí no me pillaréis 😛 Por cierto, la wikipedia está mal, los colectivos de personas no tienen derechos jurídicos, sólo las personas (al menos en España y en los Códigos en vigor). Se abusa mucho del término derecho en España, por culpa de tanto político iletrado, a pesar de que muchos han estudiado leyes. Otro tanto con los periodistas «profesionales» españoles. Y encima redactan muy mal las leyes, con buena intención, pero mal, sobre todo en esta etapa de gobierno socialista de Zapatero, chocando con los Códigos, tan chapuceros son, redactando textos legales cada vez más ilegibles, cual leguleyos. En fin, no estaría mal que expertos en derecho lo comentasen, tal vez ande yo equivocado (no tengo certeza).
Mis adversarios ideológicos son todos aquellos que vulneran los derechos fundamentales, ni más ni menos. Incluyo al PP de Aznar y su llamadita al Defensor del Pueblo (1998) para que no impugnase al día siguiente -como ya estaba decidido- la nueva ley de normalización lingüística de Cataluña, por mor de la gobernabilidad -léase chantaje nacionalista gracias a la ley electoral en vigor- cayendo ambos en prevaricación. No, Luis, no olvido, de ahí que el PPC, como el PSC-PSOE pueden esperar sentados a que les vote. Ambos partidos, a la hora de la verdad, no han dudado en traicionar sistemáticamente a los catalanes no nacionalistas.
maty says
Wikipedia ES Derechos colectivos
JP Quiñonero says
… Mirando muy hacia atrás, con ira contenida… entre a los escritores áureos españoles, solo recuerdo a Gracián manifestando su respeto contenido a la cultura catalana (nación, dice él). Ya en el siglo XX, está el caso monumental de Falla, poniendo música a la Atlantida verdagueriana ¡que habla de España en tanto que Atlántida que se desconoce así misma…! Detalle (el de Verdaguer) poco recordado por la crítica catalana. En otro plano, mucho más político, Azorín habla con entusiasmo de Prat de la Riba (¡en el ABC!) y Unamuno escribe su tantas veces citada correspondencia. Blasco Ibáñez era valenciano, pero no le recuerdo inclinaciones catalanistas particulares. Dámaso Alonso y Gerardo Diego citan en alguna ocasión a colegas catalanes. Eugeni d’Ors recibe palos por todas partes…
… durante el último medio siglo, hubo intentos de diálogo muy diversos, que ha estudiado Jordi Amat.
Sin duda, todo eso necesitaría infinitas matizaciones, hasta llegar a esta conclusión un poco abrupta: ¿cómo olvidar que la cultura española oficial ha ignorando durante siglos la existencia misma de una gran literatura catalana? Todavía hoy, de hoy mismo, la ignorancia hacia la cultura escrita catalana es sencillamente absoluta. Si yo fuese escritor catalán en catalán (soy algo peor; pero esa es otra historia) me sentiría humillado y condenado al ostracismo por un Estado que siempre me ha ignorado.
Sin duda, la canalla política de todas las partes ha intentado cubrir tales miserias con apaños entre mafias filantrópicas. Y la nueva Cataluña oficial se venga a su manera con acciones igualmente sectarias.
¿Qué decir? ¿Qué hacer?
Escribo esto con profunda amargura. Lo llevo repitiendo desde hace quizá unos treinta años. ¡Treinta años..! Se dice pronto. Y tal posición solo me ha servido para recibir estacazos de todas las partes, catalana incluida, ça va de soi. Y sigo en ello. ¡Qué estupidez la mía..!
Q.-
Jordi says
Interesante discusion, las de los regimenes totalitarios… pasando de largo del tema concreto catalan, que dejo a otros, queria dejar un par de notas/preguntas.
Maty, una dudilla muy rapida:
Quien identifica y define esos derechos, y siguiendo que proceso?
Y en general, lanzo esta pregunta delicada al aire:
Las matanzas salvajes del contrario por regimenes como el nazismo, el stalinismo… son intrinsecas e extrinsecas a un regimen totalitario?
Luis Rivera says
Jordi: en el régimen totalitario, según la Arendt y autores que la siguen, y yo personalmente creo que van por ahí los derroteros, la matanza o eliminbación del enemigo secular (de clase o judio) es parte de un conjunto de componentes que sumados nos dan el totalitarismo. Ahora bien, las matanzas se pueden dar en dicaduras, donde no existe un contenido de vocación histórica o en sistemas políticos no formados todavía dentro de un sistema valores constitucionales.
La matanza en sí no es otra cosa que la canalización de un odio: hutus y tutsis, servios y bosnios, por ejemplo. Lo que determina la matanza intrínsica del totalitarismo es la frialdad con que se promueve y ejecuta desde el poder y con la participación de una parte de la sociedad, que se vincula a ella en lo que llama, también la Arendt, la banalidad del mal, y Sciascia, la burocracia del mal.
En el totalitarismo, la víctima es el sujeto activo de la producción del terror o la pieza integrada en la clase a eliminar. En lo primero, la existencia de la víctima, que puede ser cualquier (en el estalinismo, por ejemplo) y no es obligatorio que el poder le considere enemigo: cualquier víctima vale, incluso el verdugo de ayer. esa inseguridad produce el terror. En cuanto a pieza de la clase a eliminar, es aquel que está señalado como «contrarevolucionario» o «enemigo del estado», «traidor al movimiento» o «judío» etc.
Lo que define al totalitarismo, para sintetizar y siento la extensión, es que se trata de un plan de dominio de la sociedad mediante el terror y la eliminación de un enemigo – símbolo, basando el derecho a la acción en una mística histórica de progreso o desde el pasado, estableciendo un sistema de eliminación física del adversario burocráticamente organizado. El asesino es simplemente el funcionario. Eso es lo banal.
maty says
Jordi, esa pregunta es tan elemental… el artículado de la DD.HH marca qué derechos son fundamentales de las personas. Luego están los constitucionales españoles (que incorpora los primeros) y después los que están recogidos en la Carta de Derechos de los ciudadanos europeos (uno de los Tratados Constituciones de la Unión Europea), siendo los tribunales de justicia quienes han de dictaminar al respecto de su violación.
Ahora bien, los derechos humanos están tan explícitamente definidos, que es fácilmente entendible para cualquier persona de bien, ecuánime y no cegada por sectarismo alguno, cuando son violentados.
Para considerarse un verdadero demócrata, se han de aceptar tales derechos intrínsecos a la persona y su inviolabilidad. Ahí es donde falla habitualmente la izquierda española, al considerar que es el Estado quien otorga los derechos, cuando es a la inversa, el Estado (de Derecho) se fundamenta sobre los derechos fundamentales de los ciudadanos. En el fondo, ese es el mal que tuvo el comunismo del socialismo real soviético y réplicas, al no tener en la cúspide a la persona/ciudadano, sino al Estado.
Y ese es el mismo error antropológico que cometió también el fascismo/nazismo, y ahora el integrismo islamista (que no islámico -los periodistas «profesionales· españoles utilizan mal el término habitualmente, ellos que dicen estar formados al respecto del buen uso del lenguaje). También los nacionalistas excluyentes caen en el mismo error, al anteponer el concepto de Nación a cualquier otra consideración, por lo que no tienen ningún reparo en violentar tales derechos básicos, al considerar, «tan demócratas ellos», que las mayorías en democracia les autorizan a ello. Pues no, las mayorías no legitiman para ello.
Por cierto, cuando el delito contra la privacidad de los informes médicos, el objetivo confeso de ERC era totalitario: querían que el médico sólo utilizase el catalán en su relación con los pacientes, sólo el catalán, lo que viola, aparte de los derechos fundamentales arriba mencionados, cualquier buena praxis médica. No hablo sólo de los informes, no, sino del trato del tú a tú.
Imaginad ahora con un gobierno de ERC y mayoría absoluta. Con los antecedentes, ¿tenéis dudas de qué políticas excluyentes aplicaría? Yo no.
***********************************************************************
Juan Pedro, tienes razón con los agravios pasados, ahora bien, desde 1978 vivimos en una nueva época de libertades, de duración y profundización inédita. Dejemos tanto de mirar en el pasado lejano y centrémonos en exigir el cumplimiento de la Carta Magna.
La estupidez y ceguera sectaria no tiene fronteras, pero en Madrid y en la mayor parte de España se respetan los derechos fundamentales, a diferencia de lo que sucede en Cataluña y en otras autonomías. Y eso es mucho más grave que las malas prácticas de las editoriales y los críticos literarios. Por eso es tan importante internet, porque permite obviarlos, pero claro, hay que apostar claramente por ella, generando contenidos, diálogos, espacios de discusión cultural… que serán siempre minoritarios, pero que alcanzará a más personas que a través de un periódico. Y el modelo de negocio otro tanto. Pero claro, si quienes están detrás, los responsables, son «gentes de letras», mayores, con fobia a la tecnología (e incluso presumen de ello), cosechan lo que siembran, hasta que un día, empresas anglos les robarán cuota del mercado, por su incapacidad de innovar y arriesgar, tan inmovilistas son. Ea, me he quedado a gusto.
subal says
Querido señor Rivera, no se preocupe por mencionarme cuando no toca, no me ha molestado en absoluto.
Yo, a diferencia del señor Bostezo, no me proclamo independentista, puesto que no lo soy. No soy ni nacionalista. O eso intento. Yo lo que soy es un iluso. Imagino que podriamos vivir todos tan tranquilamente con nuestras diferencias y con nuestras similitudes, respetándonos, acercándonos con extrema curiosidad hacia al otro, con buen humor. recuerde que, como el señor Bostezo, me siento más cómodo hablando de cultura que no de política o economía, y que la pela és la pela. Yo paso de las balanzas fiscales y esos rollos, aunque me huele a injusticia.
Hablaba de la paz utópica y del respeto utópico, bueno, pues llegar a este karma que tanto deseo o me parece harto imposible en esta sociedad. Me siento agredido por TODOS los flancos; me irrita que larguen a la señora de la radio porque no se expresa en catalán, me irrita que a la señora no le de la gana de hablar en catalán DESPUÉS DE 30 AÑOS, me irrita que no se preste igual atención al caso del tipo que no pudo expresarse en catalan ante un tribunal, me irrita que Arcadi Espada — hombre del todo irritante—no hable de este caso, me irrita la minuciosidad con la que se trata lo de Frankfurt AHORA y me irrita que ni el señor Quiñonero ni usted ni nadie hayan dicho ni mu sobre el dato que lanzamos sobre las ferias de Guadalajara y Frankfurt de antaño, cuando el país invitado fue España y se olvidaron de los escritores que escribían en catalán, que todo apunta a que pertenece a España. Me irrita que en frankfurt no vayan escritores que escriben en castellano y que quizás se sientan integrantes de la cultura catalana. Me irrita el catalán radicalizado tanto más que el fanático españolista que se cree humanista pero no es más que un humanista de sus propios derechos.
A veces creo que soy un sentimental y un blando, que me irrito por todo. Pero me irrito porque sé perfectamente que tipos como yo, como usted amigo Luis, como Quiñonero, como Bostezo, podríamos vivir BIEN y divertirnos y aprender los unos de los otros cantidades industriales de cosas, pero las putas interferencias nos distraen, nos distraen y nos subyugan, y creo que nuestra tarea es poner un bozal a los nuestros, a los que prostituyen nuestro pensamiento y modo pacífico de ver las cosas. Yo español me siento más bien poco tirando a nada (catalán un poco más, pero NO MUCHO MÁS, no se crea); pues mi tarea es ponerle el bozal a los inútiles que despiden a una mujer que no quiere expresarse en catalán. Usted creo que sí se siente español, señor Luís; pues su tarea es censurar al juez imbécil que niega el derecho de un testigo a hablar en catalán. pero los dos nos callamos en los temas que he expuesto. Y nos callamos porque el odio y la manipulación se nos van acercando y tarde o temprano tendremos que tomar partido por uno u otro Mal y por tanto nos distanciamos de nuestro bien común que es el Bien compartido. Y eso quiere decir que estamos bien jodidos. Estamos rodeados de dovermans, ¿no los ve señor Luís? claro que los ve, mejor que yo. ¿He hablado yo de la periodista? No. ¿Ha hablado usted del juez o de cuabdo Frankfurt invitó a españa? Tampoco.
Caina, maldita sea, somos todos, pero no por los motivos que solemos expresar aquí, aquí defendemos nuestras posiciones y somos transigentes con los que más o menos casan con nuestras ideas pero son unos jodidos pirómanos. Pues no, a mi me molestan los pirómanos, pero me molestan más mis pirñomanos. Los de su lado, si es que hay lado, se los dejo para usted. Por poner un ejemplo mal educado que no viene al caso porque el señor Luri no está por aquí, pero espero que el señor luri me lo perdonará; cuando un niñato imbécil va diciendo en su blog que la cultura catalana es lo que la lengua élfica es una lengua [1], se le ha de decir que es un soberano inútil que no tiene cabida en los foros civilizados. Pues no. El señor Luri le da un par de zoquetes amistosos y condescendientes. Y lo más jodido del caso es que yo quizás actúe del mismo modo con mis estúpidos. Y esto y nada más es Caina.
[1]
Tumbaíto dijo:
¿Mantienen una cultura viva? ¡jajajajajajajajaja!
Pero si «su cultura» es a la cultura, lo que «el élfico» a la lenguas.
[2]
Luri dijo:
Tumbaíto a veces merece un buen coscorrón. Si por mi fuera lo tendría un par de horas cada día con los brazos en cruz.
Mr Bostezo says
Este objetivo confeso ¿podrías decir de donde lo sacas? Es que entre los nazis excluyentes y las dictaduras totalitarias me he perdido. Gracias.
Mr Bostezo says
Yo estoy contigo Subal en que lo importante en la vida no son los símbolos colectivos de un bando o de otro, sino las cosas cotidianas, la persona que tienes al lado, la salud, la sensibilidad, la cultura… y, aunque me declare independentista, no soy para nada nacionalista de ninguna clase porque la nación creo que es un club privado con categorías y socios de diferentes rangos y además yo siempre me he sentido como Marx en este sentido (Groucho, no Karl). A mi también me preocupa la calidad humana de la gente, la falta de sensibilidad y – sobretodo hoy en día – de honestidad. Igualmente hay muchas cosas que valen la pena y eso es lo que más me gusta de la democracia. Aunque no te guste la situación, tienes derecho a vivir como quieras de la manera que tú creas. Ahí la política deja de ser condicionante. No obstante aunque a mi tampoco me gusta la política, ¿qué hacer ante los dobermans? Creo que Gandhi quedaría un poco descontextualizado ahí. A mi solo se me ocurre intentar dialogar, aunque el dialogo sea de besugos y nos aburra de manera infernal.
Luis Rivera says
Subal: su/tu comentario en que me aludes me interesa tanto que lo he leído dos veces y voy a empezar por la parte crítica al mismo, que es poco importante, pero lo dicho dicho está y no quiero dejarlo pasar como si no estuviera.
Vamos a hablar de cultura y de su difusión, que es lo que realmente sucede cuando se producen estos hechos concretos que trascienden de una realidad anecdótica a una toma de posición política, entendiendo por tal la convivcencia en la polis.
En un comentario anterior he escrito dos cosas:
que los tribunales deben tener, según creo, un traductor. A mi me ha impactado la conversación (que oí en televisión) del acusado con su madre y aunque solo fuera por ello y no por atenerse a lo legal, la persona del juez o jueza me produce in cierto «repelús». Pero insisto en que entiendo que en la legislación española el derecho a traductor donde oesxisten dos lenguas oficiales está vigente. A partir de ahí, huelga cualquier comentario adicional.
También he escrito que la emisora de radio que no acepta que un invitado o tertualiano no hable en castellano en su programación, da la espalda a la realidad social de Barcelona, concreto en Barcelona, donde el uso indistitnto de las lenguas, en grupo, es costumbre que muestra agilidad mental y una práctica envidiable. En ese mismo contexto expliqué que la programación en castellano de emisoras de radio, mayoritaria ciertamente, se debe a una práctica común que el régimen anterior aprovechó (Radio Nacional, por ejemplo, que en mis años juveniles tenía una programación cultural envidiable y era totalmente en castellano, como Radio Barcelona, Juventud, Popular y Miramar, que ese era el panorama de las radios entonces.
Critiqué veladamente el uso de las ondas como medio para practicar la inmersión en un idioma y ahora me explico mejor: entiendo que una emisora de radio puede utilizar un lenguaje vehicular para definir su elección cultural, sea castellano o catalán. Con ello está dando testimonio de dicha elección y canalizando la audiencia de su interés, pero negar el uso del otro idioma e incluso, como ha sucedido en TV3, (ahora no lo sé porque no la siguo por razones obvias)subtitular una respuesta en castellano en catalán, me parece una transformación de la realidad que la violenta.
Naturalmente que todo acto poúblico es un acto político y casi todo acto político trasciende a lo cultural. ¿Que es lo que está sucediendo con los casos a que nos venimos refiriendo? Creo que dos cosas:
– Cuando unn juez, una emisora de radio o una señora que seguramente vive en barcelona hace treinta años, como usted dice, realizan un acto público que emana a la audiencia, realizan un acto testimonial que es de inmediato político y que de inmediato se lee en el territorio de la cultura que se siente amenazada o de la cultura que se siente triunfante. Pero la cultura como tal, no es otra cosa que usted y yo, y todos los que nos rodean, así que cada uno de nosotros daremos una lectura política al acto para de inmediato colocarlo en el terreno de la cultura que le corresponda, no de la cultura catalana o castellana, sino de la cultura que a él le corresponda en mayor estima. Siendo así, y a eso me refería en el comentario en el que le equivoqué a usted con Bostezo, somos los ciudadanos los que tenemos una respuesta inmediata que debería ser reflexionada para dar de nuestra posición un testimonio ajustado y en lo posible no victimista. No lo tome en consideración si piensa que es una respuesta a usted, sino al reflejo que todos, en general, tenemos activo. Somos los ciudadanos los que hemos de negar a las emisoras de radio y a los jueces (no se si a Cristina Rosi Piero) el derecho a provocar con sus comportamientos debates que no hacen si no que provocar estos absurdos.
Escribí también que el gran acervo de Cataluña era ese bilinguismo que viene de antiguo y que el capital cultural de Cataluña estaba formado por Marsé y por Sales, por Espriu y por Gimferrer. ¿A que dinamitar todo eso en lugar de ir más allá? Si en el territorio político pueden existir confrontadas sensibilidades nacionalistas que van desde el Estatu a la independencia pasando por la federación o Confederación, en el cultural no existen posiciones diversas: el aprecio a la cultura catalana en catalán no es adversario del aprecio a la cultura catalana en castellano, a la cultura española (suma de culturas), o a la castellana. Unamuno y Maragall se entendían a la perfección y Azorín admiraba a Cataluña. Otros no, pero lo que cada uno ha escrito o dicho cultura es y ha quedado.
Mi negativa es pues, por princio ético que no siempre puedo cumplir, al debate apasionado que intenta poner los hechos históricos, las anécdotas, las posiciones personales y el chismorreo, en el mismo plano. En el terreno de la cultura no hay planos y con esto llego a Frankfurt.
Yo el tema lo conozco poco pero he leído el informe Bargalló que Mr. Bostezo nos ofreció amablemente. En el párrafo al que hago mención, y en todo el informe, se dice que en las ferias de Frankfurt la presencia española daba amplia cabida a la cultura catalana. Pues lo dice Bargalló no tengo porque dudarlo. Si udted me dice que no es verdad, buscaré información para cambiar de opinión, pero en principio si el propio informe que debe servir de prueba sobre lo que va a suceder en Frankfurth de parte de Bostezo me dice que por ese lado no hay crítica, lo creo y punto.
¿Que sucede con el tema Frankfurt? Que no es un tema cultural aunque la convocatoria como invitados de honor, cosa que nos debiera producir un repelús de satisfacción, sea a la cultura catalana. Yo sostengo que la cultura catalana, en el ámbito del estado español, es una cultura con dos vertientes: catalana y castellana, porque sostiene en cada caso una producción propia que está inmersa en la cultura ciudadana y propia del ámbito de Cataluña. Marsé es cultura catalana y sus novelas son barcelonesas. Yo no se si un Pérez Reverte escribiendo sobre el Capitán Alatriste y viviendo en Barcelona, sería cultura catalana o castellano, porque la universalidad sustrae parte de la identidad local. Como el flamenco en Cataluña (no hablemos del flamenco en catalán, por favor, no hoy por hoy) se ha hecho muy importante en locales en Barcelona por gitanos catalanes en castellano, y también por andaluces y murcianos no gitanos. Y el cine de Bigas Luna, al que el informe Bargalló define como cineasta catalán, con toda razón, empieza a tener resonancia con «jamón, Jamón» que es una película de páramo mesetario.
El informe Bargalló, casi todo lo que se sobre la Feria del Libro en Frankfurth, toma el partido de posicionarse en el ámbito de la cultura catalana de ámbito mediterráneo y en ese espacio da entrada a lugares que el llull define como de cultura catalana. No voy a criticar la selección de los lugares porque no me cabe la menor duda de que en ellos se produce una practica cultura catalana (en el caso valenciano unos dirán una cosa y otro la contraria pero es evidente que hay autores que escriben en catalán y otros con o sin diferencias léxicas o sintácticas en valenciano, además de otros muchos en castellano: y aquí aprovecho para dcir que la gente se expresa en lo que quiere y no en lo que marca la ley o las definciones geográficas). Claro, se dirá por pñarte de alguien que el llull no tiene porque hacer promoción de culturas afincadas en otros estados que pasan olímpicamente de ellas. Tal vez tengan razón, pero es esta la elección que tiene trascendencia política. No es ni buena ni mala, pero al ser una elección está sometida a crítica y al estar en el terreno político la crítica deberá ser política. No cultural. Frankfurt, Subal, no es evento cultural, es un evento comercial basado en el marketing de la literatura y el informe Bargalló dedica un tercio de sus 90 páginas a explicar cual es el peso de la industria editorial española en el mundo de habla hispánica, cual el de la industria catalana (considerable versus el resto del país) y cual el de la cultura catalana dentro de la industria allí. Eso es Frankfurt, lo tiene muy claro el Informe Bargalló y el llull hace una elección de orden político al amparar bajo el paraguas de cultura catalana a culturas, hermanas cons eguridad, que debieran estar amparadas o protegidas por otros estados: Francia e Italia, o por otros institutos, valencianos probablemente.
De aquí que la explosión del debate haya degenerado (y ciertamente ha degenerado) en política y por ende en convivencia.
Y ahora terminaré con un asunto personal al que usted alude muy amablemente: sobre que yo me siento más español que usted. No lo sabe, no puede precisarlo por lo que yo he escrito, no puede situarmne en una posición de patriota frente a la suya, por la simple razón de que no tenemos la suerte de conocernos más que por este intercambio de comentarios en casa del buen amigo Quiñonero. Pero le daré explicación de ello, porque creo que eso le permitirá, si es que ha llegado hasta aquí, entender un poco mejor mis comentarios anteriores. Porque llevado por el calor de tanta discusión, ha cometido una equivocación, y es asignarme lugar, situarme en una posición política.
Yo abomino del concepto patria, catalana o española. Mi patria son los paisajes de mi barcelona de la infancia, mis lecturas en ambas lenguas, mi descubrimiento de la literatura y del ensayo, mi ensanchamiento con la lectura en francés. Mi patria es mi cultura y vivo lo bastante retirado de cualquier ruido nacional, de cualquier algarada patriótica o de acualquier afección política. Cuando me rpeguntan, tu ¿que eres, catalán o español? contesto sin dudar: Luis Rivera. Uno, según creo, es uno mismo y lo que su vida ha construido dentro de él. Yo me construí en Cataluña y un día, en medio de ese debate me dije, harto, «que no quería vivir en una patria que exigiera tanto de su gente, cada día». No tengo patria política, soy ciudadano de un estado: vivo en Segovia, nací en Barcelona en familia barcelonesa nita de la emigración. Más de la mitad de mi vida ha transcurrido allí, el resto entre Madrid y en el bosque segoviano. Creo que la mejor situación de un individuo que quiere ser libre para pensar es considerarse siempore extranjero, porque quien te ofrece una patria te pide algo emocional a cambio. El estado me pide contribución y esfuerzo, eso es la polis, pero la emoción no la doy a nadie porque no se la merecen. Habito las palabras, los textos, los recuerdos y trato de habitar la razón y el discurso dialéctico y didáctico. El totum revolutum me enciende, apasiona y finalmente me hace sentir verguenza por haber caído una vez más en la trampa de la sinrazón. Hago constar a menudo un hecho muy significativo en mi vida: puesto que tengo 63 años cumplidos y el 5 de enero haré 64, creo que me quedan de vida unos 12 ó 13 si cumplo la estadística. Me importa nada lo que sea de Cataluña o de España más allá de ese límite temporal: no tengo afán de trascendencia.
No tengo más que escribir y de hecho no me apetece. Le contesto con tanta largueza de texto porque creo que el tema lo merece, y no solamente usted, que se ha expresado con tanta sinceridad, como todos los contertulios que han animado esta «comedura de coco», ojalá sirviera esto para reflexionar un poco sobre el enorme derroche de energia que hacemos no escuchando. Reciba un cordial abrazo.
subal says
Amigo señor Luis, sí, tiene usted toda la razón; me expresé mal con lo que si usted se siente más español o no… me lié.
Hoy no puedo escribir demasiado, así que no lo haré, simplemente escribo para expresarle mi respeto a su comentario y para enmendar un poco mi comentario respecto si usted se siente más o menos español… de hecho, no tenía importancia. Yo respeto por igual a uno que se siente español o catalán, etc. no era ese el punto de mi comentario.
hay cosas brillantes en su comentario; yo también creo que se necesita sentirse uno extrangero para abrir la mirada y descubrir las propias verguenzas, y las ajenas.
Un abrazo. Una abraçada.
Jordi says
Querido Sherlock,
Ese articulado, ¿no es acaso acordado por todas las naciones del mundo? ¿No es, en sí, un pacto? Y, por supuesto, esto aplica aún más a la Constitución. Definir esos derechos fundamentales viene dado por gente que se ha puesto de acuerdo para definirlos así, ¿no?
Perdona, pero eso es como decir aquello de «los catalanes quieren». Ya has visto que no siempre es tan fácil definir esa línea sin apoyarse en la Constitución o en la declaración de Derechos Humanos. Es más, ¿son esos derechos humanos atemporales y eternos? ¿Crees que la sociedad del siglo XIII hubiera definido los mismos? ¿Y que los nuestros serán válidos para la del siglo XXV?
Luis, gracias por la explicación taaaaaaaaaaaaan interesante del tema totalitarismo. ¿Sabes por qué lo pregunto? Porque se me ponen los pelos de punta cuando el personal acusa de nazi, facha o totalitario a alguien y pienso en por qué esos regímenes fueron horribles. Lo primero que viene a la cabeza son los campos de concentración, el exterminio selectivo o las fosas comunes. Y eso no lo he visto aún en nuestra sociedad. Por eso se me hace muy difícil de aceptar.
Porque, Maty, ¿qué quieres decir con lo de que caminan en las sendas del totalitarismo? ¿Que van hacia ese totalitarismo que ha definido Luis?
Jordi says
Quiño, ¿no será que las verdades duelen y que hay gente que prefiere no saber nada de ellas?
Jordi says
Subal, como diría Quiño, uauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu.
JP Quiñonero says
Jordi,
No te digo que no. Por mi parte, solo intentaba «funcionar» como espejo cóncavo, para subrayar la cosa esperpéntica… llegué a pensar en recordar el tratamiento físico que el hermanísimo daba a su «parienta»…
Q.-
subal says
Amigo Luis, voy a hacer una cosa insólita en este país. Me retracto y pido perdón por cuanto dije sobrela feria de frankfurt de 1991 y la no-presencia de autores que escribían en catalán en el pabellón de la invitada de honor, que era España. Es falso. Según el libro que estoy hojeando en estos momentos, puesto que voy a ir a Frankfurt y soy un desinformado (Guia de la fira de Frankfurt per a catalans no del tot informats, Vila-Sanjuán, La Magrana);
Así pues, que me retracto y pido disculpas por no haber confirmado lo que yo había leido anteriormente; que no había escritores en lengua catalana en la feria de Frankfurt del 1991. Falta confirmar, pues, la feria de Guadalajara del 2000.
mira, maty, no se me ha caído ningún anillo.
Luis Rivera says
Subal: adelante con la comprobación de Guadalajara. No sé que sacarás de ello pero si me gustaría saberlo. Tu último comentario te honra y nos abre un camino para el entendimiento y el café y la copa-
Jordi: De nada.
Mr Bostezo says
Hola a todos, antes que nada, también me disculpo de antemano por haber abierto en otra discusión el tema de las ferias de Frankfurt 1991 y Guadalajara 2000 sin suficiente información al respecto (me basaba en artículos leídos en la prensa). La de Frankfurt ya ha aclarado Subal que trajo a tres escritores en catalán (no ha aclarado si lo hacían traducidos al español o en su lengua original, lo cual me parece importante en este caso). La de Guadalajara, veremos. Sea como sea la literatura catalana no se conoce en el mundo y esto es así porque el gobierno español nunca ha hecho nada para promocionarla (y en general nada por la cultura catalana). El milagro de este Frankfurt 2007 viene de la iniciativa privada, óbviamente, de los editores catalanes que han tenido presencia en la feria. A partir de esos contactos con el anterior responsable de la feria, que no en vano era catalanófilo (no como el actual, que, como reconoció, hasta hace un año no sabía nada de la literatura catalana) el Llull ha hecho el resto y ha entrado la política (el Llull es política). Veremos si esta iniciativa (que esta vez, por hacerse mediante el Llull, sí recibe algunas migajas del Ministerio de Cultura español) puede ayudar a la promoción de lo catalán en Europa y el mundo. De momento ya ha servido para multiplicar el número de traducciones de obras catalanas a varias lenguas extranjeras y para revitalizar clásicos como el Tirant lo Blanc a través del teatro moderno.
En cuanto al tema de si catalán o castellano, volvemos al debate de siempe. Os recuerdo el discurso de Joan-Daniel Bezsonoff en el Ateneu de Barcelona al recibir a principios de 2006 el premio Creixells. Traduzco: «Tras la celebración de la Feria de Guadalajara ( se refiere a http://www.fil.com.mx/invitado/catal.asp ), unos cuantos intelectuales estiman que la cultura catalana incluye todas las obras creadas en Cataluña por ciudadanos que residen en ella. ¡Caramba! ¿Donde vivimos Joan-Lluís Lluís, Patrick Gifreu y yo? ¿En Cataluña? En Francia? ¿En España? Si incorporamos a las letras catalanas a Mendoza, Marsé, Goytisolo, Regàs, Cercas, Gironella y Laforet, pidan que de ahora en adelante estudien en los institutos del Principado a algunos escritores catalanes de lengua francesa como Claude Simon, Ludovic Massé, Robert Brasillach, Charles Trenet, Miquel Bolasell o Pere Camó». Y continuó: «Los libaneses Amin Maloouf y Farjallah Haik, el marroquí Tahar Ben Jelloun, el belga Georges Simenon, el mauriciano Loys Masson, los vietnamitas Nguyen-Thien-Lang y Pham Duy Khiem pertenecen a la cultura francesa. En cambio, los franceses Frederic Mistral, Robèrt Lafont, Yves Rouquette, Miquèu Camelat forman parte de la cultura occitana» (…) Los argumentos continuaron en esta dirección, hasta que en un momento dado, expresó: «Me da un poco de verguenza exponer esta evidencia». Bezsonoff acabó diciendo: «Para mi, el catalán es una herramienta maravillosa para describir la belleza del mundo, la fealdad de la guerra, la mezquindad y la santidad de los hombres, el amor de la vida que vale la pena ser vivida a pesar de todo, como este Sant Jordi que nos ha reunido en este jardín en el corazón de la ciudad». Y yo añado: a mi también me da un poco (incluso bastante) verguenza tener que exponer esta evidencia.
En cuanto al tema Cristina Pero Rossi, en primer lugar decir que esta mujer lleva desde 1974 permanentemente en Cataluña y, aún siendo una intelectual de este mundo cultural catalán que, según Luis Rivera, tan naturalmente se entrecruzan el catalán y el castellano, como ella misma ha reconocido no es capaz de entablar una conversación en catalán. Supongo que es porque no quiere, porque habiendo llegado a un país donde ya está usando la misma lengua que en su país de origen, Uruguay, lo normal sería que hubiera aprendido algo, al menos unos rudimentos, que hasta los inmigrantes pobres sin acceso a la cultura, tienen. Dicho esto, hay que aclarar que Ràdio Catalunya ha sido siempre íntegramente en catalán, como multitud de radios son en castellano. Puede gustar o no, pero no se puede recurrir a algo tan lógico como eso. El problema mayor, según veo, fue el hecho de que los responsables de dicho programa radiofónico no previeran esto cuando empezaron a invitar a la sra. Pero Rossi como tertuliana, siendo alguien que no puede (o no quiere) hablar en catalán. He leído un artículo que me parece bastante claro (es en catalán): http://paper.avui.cat/article/opinio/101367/catalunyacataluna/radioradio.html
Sobre sentirse catalán, español, marciano, galáctico o infrahumano, yo creo que los terrícolas tenemos hondas diferencias debidas a lo cultural, y eso nos hace ser exóticos y atractivos para unos, o indiferentes y repelentes para otros. Yo siempre soy de los primeros, póngase ahí la cultura que se quiera, porque soy curioso, me siento mediterráneo, abierto a otras culturas, al diálogo entre ellas. No obstante defiendo siempre mi cultura, la catalana. ¿Porqué? Pues muy fácil, porque me ha condicionado en mi manera de ser y de pensar (dentro de mi genética, que es única y va por libre), porque creo que puede aportar cosas únicas al mundo, así como otras culturas (entre ellas la española) aportan también su grano de arena y, por último (aquí Quiñonero diría and last but not least) lo que yo creo que es más importante: es una cultura en peligro de extinción. Hoy día muchas culturas pequeñas están en peligro y no sólo las que no tienen un estado detrás (como la vasca), sino otras mayores: las de los países escandinavos, la neerlandesa (holandesa y flamenca), las de algunos países del este de Europa, la tibetana, la maya y un larguísimo etcétera). Eso lo han causado los Tiempos Modernos (no los de Chaplin, sino los de la TV e Internet). La globalización, que dirían algunos, pero se trata más bien de una devastación de culturas pequeñas (en tamaño) por parte de culturas grandes (en tamaño). Sobra decir que todas las culturas tienen su valor intrínseco. Es difícil decir cuáles están en peligro de extinción. Ahora se me ocurren las que no lo están: las anglosajonas de habla inglesa, sobretodo, las hispanas (de habla española, no de otras lenguas), las francófonas en francés, las chinas (de idioma mandarín, no de otros), las índias (de expresión hindi) y poco más. El clima del mundo se calienta y muchas especies están empezando a extinguirse, lo mismo pasa con las lenguas y culturas de tamaño reducido, caen por el bárbaro impulso de las grandes, que nunca tienen suficiente. Vemos este caso en la cultura catalana, por ejemplo, pero pasa lo mismo en todo el mundo y es algo que tiene que hacernos posicionar: o somos partidarios de la variedad o somos partidarios de la unificación (un idioma, una cultura, un país). Los autollamados ciudadanos del mundo siempre me han parecido unos ilusos (perdona Maty) porque imagino lo que harían si vieran su cultura (inglesa o española) barrida por otra en las mismas calles de sus ciudades. ¿Qué harían? Por ejemplo en Madrid ir a un café a pedir un «café con leche» y que te traigan una Cocacola o un café con hielo. Eso es muy común en Barcelona. O ¿qué pasaría si no hubiera gente que quisiera aprender español? ¿Seguirían siendo ciudadanos del mundo o se posicionarían? Yo intuyo la respuesta, pero lo dejo a vuestra humana imaginación.
Toni Ibàñez says
La cosa se anima: Ibarra echa más leña al fuego
Mr Bostezo says
Respecto al tema central de este hilo, yo solo diría una cosa. Si hay una ley debe cumplirse, pero el problema es ¿cómo debe interpretarse esta ley?
De hecho es bien diferente hacer un referendum legal que hacer una consulta popular sin consecuencias jurídicas. Esta última podría servir para ver el porcentaje real de independentistas en un lugar y, en función de esto, cambiar o no algunos artículos de la Constitución que siempre se han criticado.
Independentista Zamorano says
Amigos independentistas catalanes, con simpatía:
Hay una manera muy simple de calcular el número de posibles independentistas catalanes:
1 A través del voto del último referéndum. Las cifras pueden recuperarse en este mismo blog.
2 Ante las próximas elecciones generales:
a.- ERC puede anunciar oficialmente: “Nuestro objetivo es instaurar un Estado catalán independiente”. Quizá fuese oportuno matizar si tal Estado catalán será miembro de la UE, la OTAN, etc. Si los republicanos tienen reservas hacia la economía de mercado pueden proponer un Estado catalán independiente y socialista. Los electores tendrían elementos de juicio.
b.- CiU puede anunciar si es un partido independentista o confederal. Sus electores tienen derecho a saber si CiU aspira a una Cataluña soberana e independiente, con Estado propio, o pudiera acomodarse a otra fórmula.
c.- Dentro del PSC, las familias socialistas podrían igualmente hacer pública su visión de una Cataluña independiente y socialista.
Pedir un “referéndum” dentro de unos años es atizar el fuego escondiendo la mano, sembrar cizaña engañando a los electores catalanes independentistas.
SI LOS PARTIDOS NACIONALISTAS CATALANES NO CLARIFICAN SUS POSICIONES PUDIERA PENSARSE QUE ESTÁN CALENTANDO LOS CASCOS A LOS INDEPENDENTISTAS, CORRIENDO EL RIESGO DE ALIMENTAR DESENCANTOS.
SI LOS PARTIDOS NACIONALISTAS CATALANES NO CLARIFICAN SUS POSICIONES PUDIERA PENSARSE QUE JUEGAN CON VARIAS BARAJAS, CON CALCULADA AMBIGÜEDAD, PARA DESDICHA DE LA SALUD MENTAL DE LOS CATALANES MÁS JÓVENES Y DESAMPARADOS..
Un colega zamorano
Toni Ibàñez says
Zamorano: encuentro muy atinada tu propuesta y la comparto completamente, però me temo que no va darse dicha «clarificación»… Tanto ERC (y ahora más, porque está gobernando) como CiU, y no digamenos el PSC, no van a «aclarar» nada para no perder ni un solo voto. La ambigüedad rige el destino de nuestras fútiles ilusiones.
JP Quiñonero says
Independentista Zamorano, Toni,
… si entiendo bien las propuestas (IZ) y la respuesta (TI) pudiera pensarse que la clase política catalana está fomentando la ESQUIZOFRENIA SOCIAL… pienso una cosa, digo otra y hago una tercera, culpando a terceros de los estallidos de esquizofrenia social que provoca tal comportamiento cínico,
Q.-
PS: JM Castellet no decía exactamente lo contrario: «La sociedad política catalana está enferma». Y mi resumen del problema tampoco me parece descaminada en demasía: Sobre España, el concepto de nación y la destrucción de Cataluña, 2.