New Yorker, Peter de Sève, 17 julio 1995.
Arte y negocios globales. De la desertización artística y la responsabilidad de la crítica y los medios de incomunicación en la desaparición de especies artísticas amenazadas…
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New Yorker, Harry Bliss, 30 abril 2007.
La Associació Catalana de Crítics d’Art (ACCA) tiene la amabilidad de informarme puntualmente de sus actividades y del III Simposi de Crítica d’Art en un món global, cuyas jornadas de trabajo, en el MACBA, estarán consagradas a temas sin duda apasionantes:
● Barcelona en el “eje del mal”: arte, migración y terrorismo.
● El reto de la crítica en la era de las prácticas artísticas globales.
● El motivo del tapis o carpet en la obra de Robert Rauschenberg y de John Ford: lectura de un amateur del arte migratorio.
● Conexiones y desconoxiones entre el arte de Occidente y el arte no-occidental.
● The Magreb Connection. Desplazamientos vitales en el norte de África.
● Movilidad, fronteras, identidad. Globalización de la diversidad.
● La descolonización del pensamiento geográfico: arte global, transculturalidad y políticas de la movilidad.
● Asia como geografía artística de identidades plurales.
Como estos negocios del arte me han costado tanto tiempo, lecturas, visitas, viajes y dinero, me asaltan, como un movimiento reflejo, otros temas de posible indagación antropológica:
● Responsabilidad de la crítica en la desaparición de especies artísticas amenazadas, en vías de extinción (pintor al óleo, acuarelistas, etc.).
● Responsabilidad de la crítica local en el ostracismo de los artistas locales (catalanes, murcianos, vascos, etc.) que no se pliegan al dictado de las grandes franquicias del sector, imponiendo sus criterios, colecciones y artistas por razones de marketing comercial.
● Responsabilidad de la crítica, convertida en instrumento de propaganda mercantil de las franquicias apátridas, dictando por razones empresariales la cambiante evolución del “canon”, indisociable de sus inversiones financieras.
● Responsabilidad de la crítica en la conversión de los museos [“Un musée national est une communion”, Baudelaire dixit ] en factorías comerciales regidas por los tropismos mercantilistas de los comerciantes más avezados en los nuevos mercados de la expansión publicitaria.
Hola, empiezo por lo de China (la pregunta final del artículo). La colección Saatchi, que había hecho una muy buena antología de pintores-pintores jóvenes (The Triumph of Painting) ahora compra una serie de artistas chinos que (con la excepción de una obra de Quiu Jie) todavía andan trasnochados intentando aprender no se sabe si a ser pop (el pop más aburrido del mundo viene de allí) o vanguardistas (mejor dicho, una cosa peor, porque vanguardista se puede ser dignamente, ellos intentan ser «contemporáneos», es decir, lo que mandan los profes de la facu). ¿Qué ha pasado con los viejos saberes, llenos de vitalidad, de China en relación a la pintura con tinta?
La siguiente sugerencia es que echen un vistazo a lo que hago (pintura al óleo y tinta china, más lápiz de color para agravar la herejía) con una ambición que si miran bien apenas conoce límites. Y no soy el único.
Manuel,
Te pido Mil y Una Disculpas…
Q.-
Yo no soy suceptible, y ni me he enterado… Un saludo afectuoso.
Vaya gentecilla, los traficantes en modas y museos;