“De ETA y quienes les apoyan y se niegan a desmarcarse de su estrategia de terror, poco se puede esperar..” escriben los animadores de Gesto por la Paz, pidiendo la difusión de su comunicado de esta mañana.
[ .. ]
Hay muy distintas formas de ser vasco, en varias lenguas. Decíamos ayer… “¿Cómo calificar, sino como guerra civil, las relaciones entre ciudadanos enfrentados a cara de perro y punta de pistola por la posesión endemoniada de la tierra de los ancestros..?” [Guerra civil vasca].
● El problema vasco, a la luz de este Infierno.
● Euskadi y ETA en este Infierno.
Pedro José Chacón Delgado says
Viviendo en el País Vasco, me he convencido del todo que al nacionalismo no se le combate con constitucionalismo ni con derechos individuales sobre derechos territoriales o colectivos. Al nacionalismo excluyente sólo se le puede combatir con su propia medicina, con nacionalismo, o dicho de otro modo, con otra identidad que compita por su mismo territorio de caza y con los mismos derechos (identitarios) que ellos. No me refiero al nacionalismo español, que esa es precisamente la gran coartada del nacionalismo vasco o catalán para sobrevivir en el conjunto del Estado y poder reivindicar su papel en el Parlamento español (¿a qué van?), sino a movimientos ciudadanos bien concienciados, en el interior de los territorios que dichos nacionalismos quieren gestionar en exclusiva, Vasconia y Catalunya, que saquen del armario las víctimas identitarias de dichos nacionalismos: los maketos y los charnegos.
Es una propuesta que requiere muchas dosis de valentía, de coraje y de falta de prejuicios, pero pienso que hoy por hoy, en el País Vasco y en Catalunya, la identidad vasca y la catalana sólo se combaten desde sus fantasmas respectivos, por decirlo así, la maketidad y la charneguidad.
Tengamos en cuenta un dato que aquí no es en absoluto baladí, y que es en el que centro mi hipótesis de trabajo: el nacionalismo vasco sólo surge cuando hay una masa crítica de maketos viviendo en las márgenes de la ría de Bilbao y poniendo patas arriba la sociedad tradicional vasca, no surge en Navarra, por ejemplo, donde el carlismo (que se suele poner siempre como precursor del nacionalismo) es dominante, surge donde hay “invasores” que pongan en cuestión la identidad vasca. El maketo es el causante de la aparición del nacionalismo vasco. Esa es mi hipótesis de trabajo, y de momento me está resultando muy fructífera.
Saludos
Mercè says
Tiene usted toda la razón, Pedro José. Sólo que la búsqueda del «culpable» me parece esterelizadora, destinada sin remedio a lo infértil. Me parece más interesante y por ello necesario la búsqueda de la inocencia que pervive de una forma u otra… en cada lugar como en cada uno de nosotros… Valga decir que no soy ecuménica, soy pagana…
Mercè says
Acabo de enterarme de lo hoy en Álava…
Marie says
Pagana de pagar impuestos o pagana de Pan .. amor y fantasia, Mme. Mercè?
Mercè says
Como a usted le parezca mejor, señora. A su disposición…
Jorge Martín says
Hace un tiempo, durante el «proceso» eta recibió cierta, permítaseme la ambigüedad, legitimidad de parte del partido en el gobierno, del Parlamento, de una parte de la prensa y de los medios de comunicación, del aparato «intelectual» que sostenía al gobierno de turno. El optimismo algo imbécil que se suscitó caló entre las gentes. Ahora, creo yo, aquel optimismo y la alegría con la que se contempló el «proceso» ha dado paso a un cabizbajo fatalismo. Yo oigo mucho eso de que la cosa no tiene remedio. Nos cuesta, en España, poner en práctica los remedios correctos que salen de análisis correctos. Y cuando lo hacemos, nos cuesta insistir en ellos hasta la derrota final de la bicha. Es como si nos avergonzara vencer al enemigo, como si no estuvieramos seguros de que debemos estar del lado de la libertad.
Un saludo y enhorabuena, señor Quiñonero.
JP Quiñonero says
Jorge,
Pues vaya usted a saber. «El progreso, eterno retorno de la catástrofe«, decía WB.,
Q.-