YSL, Rodeo Drive, Beverly Hills, LA.
Ha muerto Yves Saint-Laurent. Buck y mi Jorge Manrique lo cruzaron una lejana primavera.
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En verdad, jugándose la vida, sin saberlo, Buck –un pequeño yorkshire que su amo había encontrado abandonado en un parque público– buscaba a los asesinos de un justo.
[ .. ] solo un milagro, o la fatalidad, hubieran hecho posible que Gloire y Jorge Manrique se cruzasen con quienes buscaba Buck, sin que ellos pudieran saber que compartían el mismo destino. Ya que ningún miembro de aquel trío descarriado podía perderse en una boîte como Élysée Matignon, donde se acanallaba una cierta juventud dorada. Ni se hubieran sentido cómodos en el Privilège, la legendaria sala del faubourg Montmartre, donde Yves Saint-Laurent o Karl Lagerfeld pudieron encontrar inspiración y levantar a un prostituto de ocasión, cuando en aquel lugar alternaban, enmascarados, personajes públicos tentados por el vicio y personajes de albañal atraídos por la basura y el comercio nocturno con cuerpos humanos. Buck hubiese sido rechazado a la entrada por los cancerberos del lugar. Y tampoco era concebible imaginar a Gloire o Manrique en la pista de baile del Privilège, donde se cruzaban hombres, mujeres, peleles, máscaras de Halloween, payasos, ancianos y ancianas lúbricas en busca de placeres prohibidos. Por el contrario, aquel territorio nocturno sí era propicio a una cierta chusma periodística, especializada en el nightclubing, mientras holgazaneaba al olfato de la basura. [ANDANTE SOSTENUTO PARA UNA NOCHE DE INVIERNO. 6. Buck, in memoriam. Una primavera atroz].
● Anales de Caína y Moda.
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