El mercado más cosmopolita de París comienza en la calle Emilio Castelar, pero los españoles no lo saben.
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Pastelería argelina, puesto de frutas y legumbres mediterráneas. 6 septiembre 08. Foto JPQ.
En el Marché d’Aligre / Mercado de Aligre nos cruzamos cada fin de semana decenas, centenares, ¿millares? de desterrados, prófugos, exilados de más de un centenar de nacionalidades, paseando en busca de los genios de lejanas tierras: melocotones del Baix Cinca, fresas de Huelva, vinos de Jumilla o de Chile, tomates de Almería, menta marroquí, pollos asados portugueses, cerveza china, dulcería libanesa y magrebí, licores rusos, chacinería polaca, cakes escoceses, ejemplares atrasados del New Yorker, ropa usada austriaca, la vuelta al mundo de Blasco Ibáñez (en francés), botos de Valverde del Camino, budas artesanales labrados en jade de los Mares del Sur, iconos religiosos (cristianos, judíos, musulmanes), colecciones de fotos de familias perdidas en un París difunto…
Todo eso y mucho más puede encontrarse en el Marché d’Aligre / Mercado de Aligre (Metro Ledru Rollin), en la plaza del mismo nombre, entre las calles Emilio Castelar, Aligre, Cotte, Théophile-Roussel y Beccaria. Un mercado tradicional (cubierto) y un mercadillo semanal que es un archipiélago maravilloso de puestos de fruta, comida, ropa, e imprevisibles sorpresas.
En verdad, el mercado diario y el mercadillo semanal solo son la parte visible de otros mundos no menos cosmopolitas, visibles e invisibles. En una esquina se encuentra una de las raras librerías parisinas donde ofrecen al visitante un pequeño catálogo con el proyecto en curso de traducción al francés de la obra completa de Ramón Gómez de la Serna. En otra esquina se compra carne cortada según los preceptos musulmanes. Más allá, una pareja de señoritas vietnamitas venden pan “auténticamente francés”. Los jubilados magrebíes que pululan aquí y allá se cruzan con floristas de origen turco o hindú.
MELOCOTONES DEL BAIX CINCA
Mientras los Campos Elíseos o las grandes arterias del turismo de masas (Centro Pompidou, Louvre, etc.) huelen a perfumes de rebaño gregario, el Marché d’Aligre / Mercado de Aligre huele a la más honda humanidad.
Un joven marroquí me glosa las virtudes de los higos chumbos que vienen de Almería y el presenta con el primor que se venden las cosas únicas y preciosas. Un señor pakistaní le vende a Carmen melocotones de Calanda, que era la tierra de Luis Buñuel y los escritores de la Franja. Entre los puestos de libros viejos (de 1 a 5 euros, salvo casos más o menos excepcionales) me topo con el volumen consagrado a India, Ceilán, Sudán, Egipto, Nubia, del Viaje de un novelista alrededor del mundo, de don Vicente Blasco Ibáñez, que quizá siga siendo el escritor español más cosmopolita de todos los tiempos, el único que pudo pagarse una mansión de sueño, en el corazón de la Costa Azul.
Afortunadamente desconocido y oculto para la horda turística, el Marché d’Aligre / Mercado de Aligre es, todavía, un milagro intacto. Un espacio abierto, una tierra de nadie y de todos, un lugar de callada comunión entre el viajero, el flaneur, y los genios terrenales de lejanas tierras, que se cruzan, siembran, fecundan e iluminan las calles de un París todavía a salvo de la marea negra “cosmopolita” (pura polución del marketing), el más genuinamente mestizo y cosmopolita. Allí vuelvo, cada fin de semana, en busca de fruta, perfumes, fragancias que me hablan de otros mundos, que están en este.
La florista de la Place d’Aligre, 6 septiembre 08. Foto JPQ.
MMarie says
Mucha envidia me dan esas frutas y elixires, Mr. Q.
maty says
Seguro que a muchos ciudadanos catalanes también. Los mismos de los que bien pocos se acuerdan en la blogosfera hispana, llena de personas con las necesidades básicas cubiertas y que rara vez anotan/comentan sobre el sufrimiento humano. Y luego van de personas sensibles, de buenos catalanes…
lavozdebarcelona.com -> LA VANGUARDIA La crisis dispara la asistencia a los comedores sociales en Barcelona Lluís Sierra
maty says
Si nos fijamos, la noticia se publicó a las 03:31h, pero sólo tiene de 28 comentarios, a diferencia, a gran diferencia de otras noticias «más importantes», país.
Lo más sangrante es cuando lees a tanto progre que habla de la miseria del tercer mundo, que hay que ayudarles y demás, pero olvidan la del cuarto mundo que nos rodea.
En fin, es lo que hay.
JP Quiñonero says
Mme Marie, Maty,
… Mme Marie,
Mis respetos cordiales.
… Maty,
Qué energía…
Q.-
maty says
Quiño, no soporto a los hipócritas y a los mentirosos que se escudan en el debate ideológico -sea la que sea- para no mirar de cara a los problemas acuciantes de parte de sus conciudadanos.
No siendo yo creyente, no dejo de reconocer la gran labor de la Iglesia Católica, así como de otras organizaciones. Es a ese tipo de personas altruistas a quienes admiro, por no ser capaz yo de seguir su ejemplo de vida.
Ahora, con la crisis, toca ayudar a los más ricos sin pedirles responsabilidades por su mala gestión, ni tan siquiera obtener beneficio de ello (vía comisiones e intereses como plantean los gobiernos francés y alemán). Aquí, un gobierno «progre» es menos exigente. Pero como «son los suyos», los votarán.
Recientemente se presentó el proyecto de PGE. Que si unas partidas subían y otras bajaban, pero en ningún sitio he leído información al respecto del dinero destinado a la ayuda directa a los más desfavorecidos de la sociedad.
Ese silencio, esa sordina, hace cómplices a los medios de (in)comunicación tradicionales españoles con la situación. Pero claro, los excluidos del sistema no consumen y, por tanto, no interesan. No son negocio.
Mercè says
Las gentes del Bajo Cinca se van a poner muy contentas, si es que no lo leyeron ya ayer en el periódico, Q!
No dices nada de los precios a los que compráis en Aligre los melocotones…
Mi hermano, que todavía no sabé cuándo ni cuánto cobrará (y empezó a llevar melocotones a los intermediarios en julio), se teme que va a tocar unos 0’30-0’40 por kilo de esa maravilla que sólo llega a mercados más allá de los Pirineos… Si toca 35-40 céntimos por quilo, ganará algo; si sólo 30, hará justo las paces con su trabajo, o sea, no ganará nada…
[Por no hablar de las «alegrías» que le ha dado este año el argelino a quien ha dado trabajo legal y bien pagado, con su Seguridad Social y todo, que mira por dónde, le ha tirado al juzgado con una mafiosa historia…]
JP Quiñonero says
Maty, Mercè,
… Maty,
Te comprendo perfectamente. «La cólera de los justos…»
Mercè,
Qué alegría y qué «globo», tan semejante, que sé yo, a la Catedral de Palma, o algo así, digo… Carmen me dice que los últimos melocotones que ella compró el domingo pasado los pagó a 2 euros el kilo: detalle que vaya a usted qué negras historias deja al descubierto…
Avanti..!
Q.-
Jesús says
Bueno, JP, algunos españoles sí lo sabemos, y lo frecuentamos. Esquina con Baudelaire. No es raro, claro está: es el barrio conyugal de algunos españoles.
JP Quiñonero says
Jesús,
Oyes, pues encantado. Igual coincidimos un día de estos.
Q.-
El lejano says
Pues yo recuerdo aún mi gran decepción cuando fui por primera vez (hace más de 30 años) al mercado de Aligre. Y cada vez que he ido me he preguntado de dónde podrá venirle su gran reputación. No lo entiendo. Es pequeño, caro y mucho menos cosmopolita que el inmenso mercado del Boulevard de Belleville, por ejemplo (los viernes, domingos y creo que martes). La última vez que estuve, hace 2 o 3 años, un domingo por la mañana, estaba lleno de «bobos».
El lejano says
Por cierto, J.P.Q., desde hace unas semanas, cada vez que veo un bello «decorado» en una pared parisina, pienso en ti y en las fotografías de tu blog.
Ayer vi uno muy bueno (que voy a fotografiar mañana antes de que alguien lo degrade) entre el nº 7 y el 9 de la rue des Alouettes. Y esta mañana otro hacia el 377 de la rue des Pyrénées: el dibujo hiperrealista de un tipo apoyado en una puerta que de lejos parece real.
El lejano says
Se me olvidaba: pasé también esta mañana al lado de la rue Denoyez, que supongo conozcas: es la calle de los murales.
http://www.lumieresdelaville.net/2014/10/22/des-logements-sociaux-rue-denoyez-un-projet-controverse/
JP Quiñonero says
Lejano,
¿Por donde empezar..?
Por el principio… en Aligre hay de todo, claro, bobos incluidos, claro está. Temo pertenecer a una fauna más o menos próxima.
Los precios… hombre, comparados con los de la rue Buci -que es mercado que tengo más a la mano- los precios de Aligre están tirados.
Lo de Belleville no es cosmopolita, hombre, es multiculturalproleta, o algo así, como más te convenga.
…
Tomo nota de las pintadas de la rue de Alouettes / Pyrénées. Y te agradezco un montonazo el recuerdo y la información.
…
Rue Denoyez… evolucionó como evolucionó. RIP cariñoso. Aunque yo era / soy una miqueta más canallesco:
–Últimos restos de La Miroiterie, el centro social okupa más antiguo de París.
–Joven visitando un lugar proscrito.
Avanti..!
Q.-
El lejano says
«Lo de Belleville no es cosmopolita, hombre, es multiculturalproleta».
Cada día menos proletario y más bobó, también. En la rue Belleville, subiendo hacia la rue des Pyrénées (subida que yo practico con frecuencia por ir a pie a las tiendas árabes y chinas de Belleville a comprar frutos secos, especias y té) están tirando casas para construir nuevas. Un signo del aburguesamiento de esa zona, son los comercios de vinos que han aparecido desde hace unos meses, y en especial éste, que tiene buena pinta:
«La cave de Belleville», 51, rue de Belleville .
http://www.timeout.fr/paris/bars/la-cave-de-belleville
En cuanto al mercado de Aligre, es tan bobó que en él se ha abierto hace unos meses la primera «bouchérie végétarienne» parisina.
http://france.dailysecret.com/paris/fr/crozatier,-xiie/restos/la-boucherie-vegetarienne
JP Quiñonero says
Lejano,
He intentado comprar vino en esa tienda… la foto da una imagen cósmica de una realidad mucho más prosaica, hélas. Un poco más arriba, por el contrario, hay una librería con personal que sabe mucho de literaturas españolas. Si recorres la rue de Belleville, la cosa bobo, si recuerdas, es de un multiculturalproleta subido.
Aligre… El mercado tradicional está rodeado de un par de hiper multiculturalproleta y una nube de carnicerías halal. Los jubilatas magrebíes siguen siendo el núcleo central de los paseantes de la plaza. La vieja librería de viejo de la calle se llamaba Le blue du ciel y desapareció hace dos o tres años: Fahrenheit 451, premios, literatura e incultura…
Q.-
PS. Lo bobo también tienen rostros diferentes, de un barrio a otro. Y prometas no expulsados a los suburbios solo quedan multiculturales.
El lejano says
«Un poco más arriba, por el contrario, hay una librería con personal que sabe mucho de literaturas españolas.»
¿Te refieres a la librería «Le Genre Urbain», 60, rue Belleville (que imagino que no tengan libros en español)?
Yo hace muchos años que he dejado de entrar en las librerías de barrio, por la sencilla razón de que nunca tienen nada de lo que busco. En ellas no hay más que novelas recientes (que a mí no me interesan) y clásicos escolares.
Más cerca de donde yo vivo, en la rue Jourdain hay 3 librerías (una de ellas de segunda mano, «Olivier Delautre» – pequeña y cara). Cada vez que he entrado en ellas buscando un libro para evitar ir a Gibert, no lo tenían.
A pesar de estar como todo hijo de vecino contra la desaparición de las librerías de barrio (y no tan de barrio) y contra la «dictadura» comercial de Amazon, reconozco que cada día compro más libros en ese sitio, que es la mayor librería del mundo. Se encuentra casi todo, se compra un libro en dos minutos con total seguridad, no pagas el transporte si compras por más de 25 euros y te lo traen a casa. Y cuando se buscan libros extranjeros (españoles viviendo aquí en Francia) es la única solución. En Iberlibro es mucho más complicado y no se tienen la garantía que da Amazon.
Y si se sabe buscar bien se encuentran gangas: hace dos meses compré el «Diario íntimo» de González Ruano, nuevo, por 17,65 euros, cuando el precio real de ese libro, de 1.160 páginas y que pesa 1,6 kg., es de 45 €. Y los Epistolarios I y II de Juan Ramón Jiménez, vendidos a mitad de precio por una librería inglesa y que me llegaron en dos días.
JP Quiñonero says
Lejano,
No recuerdo el nombre de la librería de Belleville que tiene, en el sótano, un espacio dedicado a libros de cierta envergadura. Los primeros días tenían libros carpetovetónicos, y el responsable conocía bien el paño hispánico.
Las librerías de barrio… depende del barrio… L’Ecume des Pages y la Compagnie no están mal. Son otra cosa, ya se. Le Divan (ex St Germain) de la rue de la Convention sigue siendo una librería seria, claro. La clasicota de la rue de l’Odeon, también.
Tomo buena nota de tus consejos prácticos sobre Amazon.
A título personal, sigo siendo cliente irregular pero fiel de Renacimiento y Laie.
Avanti..!
Q.-