AñoNuevochino. Av. d’Ivry, febrero 2007. Una juventud fiel a la patria familiar, integrada en Francia. Foto JPQ.
Chinatown-sur-Seine, el Barrio chino de París, es una ciudad asiática, secreta, misteriosa, desconocida y ya legendaria, a través de la literatura, el cine, la televisión, la ficción y la historia por escribir.
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Entre las avenidas de Choisy e Ivry, el bulevar Masséna y la rue Tolbiac, prófugos del sur de la China, vietnamitas, camboyanos, tailandeses, laosianos, entre otras minorías asiáticas, hablando una docena de lenguas, creyentes en varias religiones y cultos, occidentales (cristianos) y asiáticos (budistas), han construido una pacífica ciudad paralela que tiene el monopolio práctico del pequeño comercio, la restauración y la distribución de comida, y sirve de referencia para otras comunidades chinas, vietnamitas, asiáticas, de París, de Francia y de parte de Europa.
Originalmente, durante los años 20 del siglo pasado, Zhou Enlai y Deng Xiaoping, entre otros futuros dirigentes del futuro PC chino, ya vivieron en esas estribaciones del distrito XIII. Sin embargo, el origen reciente de Chinatown-sur-Seine data de mediados de los años 70 del siglo XX, cuando los promotores inmobiliarios de la gigantesca y fallida operación Italie XIII decidieron hacer publicidad en Hong-Kong.
Italie XIII fue un proyecto “manhattaniano” de ampliar París con torres de una veintena y treintena de pisos, entre la ciudad histórica y la periferia obrera. El proyecto comenzó por ser un fracaso económico. El archipiélago de torres se vendía mal. Y los publicitarios responsables de la venta tuvieron la peregrina idea de poner anuncios en la prensa de Hong-Kong. Con un éxito fulgurante. Los primeros chinos de esa nueva ola compraron a bajo precio… y a aquella primera inmigración relativamente acomodada siguió una inmigración política, pobre de misericordia: los vietnamitas que huían del infierno comunista, los boat people de finales de los 70, desembarcaron en ese barrio, con su pobreza, su angustia, sus frenéticas ganas de vivir.
Carnaval y religiosidad del Año nuevo chino, 2007. Foto JPQ.
Treinta o cuarenta años más tarde, desterrados, apátridas, inmigrantes, prófugos de China, Vietnam, Tailandia, Camboya, Laos, han creado una ciudad asiática de nuevo cuño, con una personalidad única entre las comunidades asiáticas de las diásporas de distintos continentes.
En Chinatown-sur-Seine se come, se viste, se toman copas, se escucha música, se vagabundea, a la china, la vietnamita, la asiática de más distinta condición. Minúsculos y aparatosos restaurantes ofrecen las delicias de las muy distintas gastronomías asiáticas. Chinos y vietnamitas de todo París y media Francia peregrinan en busca de productos de la tierra, importados por empresas chinas de la diáspora, distribuyendo cerveza, sopas de sobre, legumbres, ropa, estatuaria decorativa de lejanas patrias recordadas con fervor.
Chinatown-sur-Seine celebra su propio Año nuevo chino (hacia febrero), con una participación masiva de una juventud integrada en la cultura francesa y fiel a la cultura de sus ancestros, cultivada con piedad filial. El agnosticismo cosmopolita no ha enterrado las creencias culturales y religiosas de las familias. Cultos próximos y lejanos cohabitan con respeto. Héroes y heroínas ancestrales dialogan con la literatura de los comic del destierro. Los europeos que nos dejamos caer por el barrio, fascinados, hemos contribuido a construir su leyenda. Una docena de películas, varias novelas, algunas series de tv, cuentan historias falsas y reales de un barrio cuya novela mítica sigue siendo Niebla sobre el puente de Tolbiac, un libro canónico de un maestro sin par de la novela negra parisina, Léo Malet.
Chinatown-sur-Seine. Av. d’Ivry. Foto JPQ.
- París en este Infierno.
Jordi says
Quinyo, la proxima vez que estes por Barcelona, pasate por Chinatown-sur-Arc-de-Triomf… no es tan visible como el que describes o el de ciudades estadounidenses, pero, despues de varios anyos sin pasar por alli, me sorprendio la ploriferacion de comercios con letreros en chino que vi el pasado verano!
Robert says
Cuando estaba aprendiendo el chino, hablaba con muchos estudiantes chinos desde la República Popular China, creyeron que los comercios con letereros en chino que vieron en Occidente estaban anticuados. Dijieron que los que hayan en ciudades como Shanghai y Xianggang ( Hongkong ) en China estan más limpiados y nuevos.
Me sorprendió de aprender que sea como sea, todos los profesores en la facultad matemática de la Universidad de Memphis en EEUU estan chinos… licenciados desde la China. Yo estudié el idioma chino, mientras enseñaban las matemáticas.