Leo con cariño las críticas literarias más respetables. Pero sus juicios -que considero de oficio sensatos y bien fundados- sobre los mejor dotados, más recientes y respetables premios literarios solo acentúan mi pesimismo natural: De como la industria editorial incrementa la incultura y Ecología del espíritu, novela y coprofagia en la Casa de Monipodio.
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En la utopía distópica de Fahrenheit 451 los bomberos tenían por misión quemar libros. Y los últimos hombres libres vagaban errantes por los bosques, memorizando los últimos libros, con la esperanza de que algún día pudieran ser editados…
Nuestra realidad histórica es mucho más perversa:
* La publicación industrial de libros distribuye torrentes de basura, asfixiando en bastante medida el juicio, la cordura y los antiguos cánones.
* Los lectores de libros están sometidos al imperio del marketing comercial, socavando los cimientos de lo que en otro tiempo podía entenderse por gusto de leer.
* La antigua crítica está siendo suplantada por los apéndices publicitarios de las industrias de la incomunicación y la incultura.
* Los estudios universitarios quedan relegados a una posición marginal, con una influencia declinante en los negocios de una cultura convertida en negocio de Estado (al servicio de las oligarquías políticas enquistadas en sus rapaces burocracias), cuando no debe responder a los imperativos del marketing comercial.
- Cultura y cáncer.
- + Premios + “maestros” + Incultura.
- Amenazas endemoniadas contra el libro y la cultura.
Volveré a la carga la próxima primavera:
Le bleu du ciel, librería, rue d’Aligre, 15 febrero 09. Foto JPQ.
De verdad eso de la foto es una libreria? Seria apasionante saber que catalogo ofrecen, pero seguro que es jugoso. Dado el aspecto, esperaria encontrar, cuanto menos, toda la bibliografia conocida y por conocer de HP Lovecraft.
Sí, una nueva versión bradburyana… Libros ahogados (en vez de quemados) en un mar de letra impresa (las llamas actuales). Está claro que habremos de convertirnos unos cuantos y unas cuantas en libros. La posibilidad de ser libro de contabilidad es hoy por hoy inefable, habida cuenta de las alquimias especulativas financieras del siempre pimpante don Dinero y, claro, habida cuenta además de la impunidad reinante por doquier y sin pausa respecto de la eliminación sistemática en el paisaje moral de la inteligencia y el deseo de aprender y de admirar, de comprender y vivir. Los libros literarios y del saber nos esperan, dubitativos.
Es perversa esa frase, hoy tan repetida, que llega desde los emisores de cultura, de «hay que leer más», pues no es sino el slogan de la industria editorial a la que habría que pedirle, tal vez, que publicara menos.
Jordi, Nina, Luis,
… Jordi,
¡Claro que se trata de un librería…! de las que cada vez quedan menos: un librero que sabe leer, que lee, que compra y vende libros que no le imponen las distribuidoras…
… Nina,
Ayayay… un horror, en efecto. Ramón (y Ramón solo hay uno: Gómez de la Serna) ya hablaba hace muuuchos años de «multitudes lectoricidas»… en esas estamos, me temo.
… Luis,
Si. Perversa e hipócrita: Octavio Paz también hablaba de como la industria de los best-sellers estaba arruinando los cánones y arte de escribir novelas, con la inestimable ayuda de los medios de aculturación incomunicación cultural,
Q.-
Te aporto, querido Juan Pedro, lo último que he publicado sobre el tema de Fahrenheit 451, la educación actual y la «quema de libros». Como siempre, te acompaño vital e intelectualmente en tus excelentes tesis.
Un abrazo madrileño
Y, como siempre, querido José Julio, siempre me enseñas algo… Literatura y Cine, III. Truffaut, Educación Humana y Quema de Libros…
Abrazos parisinos,
Q.-
De verdad? Existen de esas? No son una fabula de la infancia, como los unicornios, los Reyes Magos y el Ratoncito Perez? No conoceras, por casualidad, alguna de esas por estas tierras de la Bahia, no?
Jordi,
Hombre… contaba contigo, para que me / nos descubrieses esas cosas en la California eterna…
Q.-
Mal le debe ir a Jordi en su reciente matrimonio para que se preocupe por las librerías. ¿Ya te aburres de C, o es ella quien te tiene aburrido? 😛
Al contrario: mal me debe ir con los libros, y demasiado ensimismado me deben tener en el fabuloso arte del matrimonio, para que le tenga que preguntar a un totanero en Paris por las librerias de Berkeley. Si es que con tanto carinyo por compartir no le da tiempo a uno a nada!
corsaria -> Octaedro Demasiada lectura
El poeta Joseph Brodsky sostenía, en su ensayo “Cómo leer un libro”, que no se puede leer a ciegas, pues todos somos moribundos y leer libros consume tiempo.
Las librerías tienen hoy mucho de estercolero: se garabatea en demasía, y siempre pensando en el público, acomodándose a sus gustos, aunque resulten infumables, burdos o morcilleros. Las ventas, dicen, son su justificación. Resulta preciso por tanto escoger con mucho acierto, por ejemplo algún libro de Q. Yo, que acabo de descubrir con mucho retraso esta rara avis, ya he comenzado a buscar sus obras impresas; pues, de mayor, me gustaría escribir la mitad de bien que él.
Enrique,
Volver a casa tras un suponcio sobre la Otan de dos horas largas de duración, y leer esas cosas… me abruma un poco… anda, anda.
Un montonazo de gratitudes, oye,
Q.-
PS. Brodsky, don Antonio… palabras mayores, si.