ElenaSalgado, circa 20 o 25 mayo 2009.
Le escribo a Elena Salgado ofreciéndole mis modestos servicios de fotógrafo callejero, a un precio tirado.
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Y lo hago por simpatía sincera hacia la mujer, con cierto respeto a su función de ministra de economía de un país con varios millones de parados, caído de hinojos en una pavorosa crisis económica, moral, social y cultural.
Esa imagen enmarcada en negro… algo tiene -para mi- de mascarilla mortuoria, ocultando la belleza real de la señora, tras una nube ácida de maquillaje, con pendiente haciendo juego con la orla funeraria.
Esa otra imagen de spot publicitario… madre del Señor, señora ministra, algo tiene de muñeca de plástico, maquillada para una exhibición electoral que oculta sus encantadoras arrugas. El rimel de los ojos, el cristalino retocado ¿con picasa, con photoshop?, manchan la pureza de su rostro con unos afeites que profanan su figura con el gesto obsceno del maquillaje destinado a un público de beauty shop electoral.
Prestarse a tales operaciones de imagen y guerra publicitaria no engrandece a nadie y algo tienen, para mi, de porno soft publicitario. Perdóneme la osadía, señora.
ElenaSalgado,circa20o25mayo2009.
Intentando convencer personalmente a la ministra, imposible la recuperación de mis viejas fotos de California [Autorretrato en La Nave de los locos], le envío Ella y el rouge célébration y La chica de la sonrisa encantadora. Temo que la guerra publicitaria no esté para mis sutilezas estéticas.
Hay otros rostros…
- Fotografía, Política e Instantáneas en este Infierno.
Alfaraz says
Cierto. Se intuye a la ministra bajo la primera capa de estuco. Lo cual no deja de ser una metáfora gubernamental, claro está.
Definitivamente prefiero las tuyas, Mr. Q.
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JP Quiñonero says
Alfaraz,
Muy fino lo de capa de estuco.
Q.-
PS. Si… he decidido pluriemplearme como fotógrafo de bodas y bautizos, los domingos.
Mercè says
A riesgo de meterlo donde no lo llaman, convoco a Tomás Alcoverro y copio aquí su nota beirutí… que un poco de realidad brut, que dicen en francés, no irá mal en este post, digo, no sé:
Bocinas y banderas en el centro de Beirut
El tan beirutí barrio de Hamra fue una fiesta la noche del miércoles. Tan pronto como concluyó la transmisión del partido, tanto por las televisiones locales como por satélite, se lanzaron a la calle automóviles con jóvenes entusiastas que enarbolaban banderas azulgrana, tocando insistentemente las bocinas.
En casa de mis vecinos, los Nehme, hubo gran alegría. Esta familia hispanolibanesa es muy aficionada al fútbol, pero mientras el hijo mayor, Ahmad, es del Barça, sus padres, Naserat y Encarna, son del Real Madrid. Se congregaron todos ante el televisor para ver el partido. Incluso la suegra, musulmana chií, con la cabeza cubierta con un velo.
Televisiones, radios, prensa escrita de Líbano, así como de otros países de Oriente Medio, difundieron la victoria azulgrana. Es la primera vez que en Beirut se celebra con tanta ilusión, a media noche y en el centro de la capital, una efeméride deportiva tan popular. / T. Alcoverro
JP Quiñonero says
Mercè,
La realidad «bruta» (really) siempre es más bella que la realidad maquillada o afeitada. Y,por otra parte, el maestro Alcoverro siempre nos enseña algo,
Q.-
Enrique M.F. says
Q: Creo que la imagen de muñeca de plástico que nos ofrece la ministra tiene sus raices en el indigno canon de belleza de este tiempo que nos ha tocado vivir.
No hace mucho, a propósito de un poema de Lauro Gandul , titulado Los Viejos de Sagres, compartía con el poeta una reflexión que bien vale para lo de la señora ministra:
Nunca estuvo más sobrevalorada la juventud que ahora. Nunca, lejos ya de ser venerada, se había execrado tanto la edad y la experiencia. A los viejos se les aparta después de habernos servido bien, denunciaba J.M.Serrat en los 80 a través de una canción. Relegados al ostracismo, a la insignificancia y a los viajes del Inserso, hoy hasta los propios viejos reclaman, con los defensores de lo políticamente correcto, el uso del eufemismo para su condición -tercera edad, ¿qué coño es eso?-, repudian la vejez y se avergüenzan de sus arrugas. Ya no ven nobleza en ellas, y corren en busca de esos avispados taxidermistas siempre prestos para disecarle la cara al projimo, para estirarle los pellejos con el bisturí o rellenarlos de silicona… El Libro de Job nos confirma que >. Será que la sabiduría no cotiza ya siquiera en esta plaza, porque, amigo mío, los viejos se sienten inútiles y esconden sus años: ya no quieren seguir siendo viejos.
Enrique M.F. says
Por algún misterio informático, que escapa al entendimiento de este torpe usuario de las nuevas tecnologías, no apareció la cita del Libro de Job, así que ahí va de nuevo:
En los ancianos está la sabiduría, y en la edad longeva el entendimiento
Lauro says
Esa señora de la foto tiene una cara afilada, ya antes de los afeites, como una faca. Cuando fue ministro de Sanidad encarnó ese puritanismo, que llamo laico, como herramienta o máscara. Con el satinado de su faz en la ¿foto? se agudiza más lo afilado. Es una de las nuevas Santas del nuevo santoral de los que predican un anticlericalismo de mueblebar.
JP Quiñonero says
Enrique, Lauro,
… Enrique,
OK en lo de canón de belleza. Más allá de la juventud -que también es cierta la cosa-, me quedo un poco «más acá»… belleza con mucha laca, muchos afeites, de muñecas de series de tv californianas, de beautyshop de publicidad de productos cosméticos, para intentar vender ¿qué…? ¿el «partido» que enfrenta a los «trabajadores» con los «especuladores» en algunas pegatinas…? ¿la modernidad del cabello teñido y peinado como las señoras de series como la difunta Dallas..?
… Lauro,
Santa de palo, supongo… porque a Santa Teresa (un respeto) más la veo arremangándose las faldas y lavándose la cara con agua fresca. ¿Laico? ¿de laca y estuco?…
Bueno…
Q.-