“Ahora Cataluña está fuera de juego. En Madrid y en España”.
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Jordi Pujol quizá sea el único político europeo de nuestro tiempo cuya acción, en Cataluña, España y Europa ha sido indisociable, desde siempre, de una perspectiva y visión propia de los orígenes de Cataluña, España y Europa. Y esa formación clásica, excepcional, confiere a sus palabras, siempre, una importancia muy fuera de lo común:
[ .. ] Cataluña es el resultado de tres cosas. La Edad Media, cuando nació su lengua, su cultura, su identidad y sus instituciones, porque la Generalitat viene de 1367. La recuperación económica y social que después de una larga etapa de decadencia, se produce en el siglo XIX, cuando en el sur de Europa sólo Cataluña y Milán se incorporan a la revolución industrial. Y las inmigraciones del siglo XX ante las cuales tuvimos una actitud receptiva. Y todo esto no lo he creado yo, claro. [ .. ] Se debe buscar siempre el equilibrio entre los derechos y los deberes. El tema de los derechos y los deberes me obsesiona en el terreno personal. Pero también lo traslado a Cataluña.
–¿Cómo?
–Encontrando el equilibrio entre la defensa de Cataluña, buscando la seguridad de que nuestra identidad sea respetada y que, a su vez, hagamos nuestra aportación al interés general de España. Eso sí, corremos dos riesgos: aislarnos y preocuparnos sólo de lo nuestro; o ser absorbidos por un conjunto de España que pretenda acabar con nuestra diferencia. Por esto, yo pienso que las vías de en medio en lo social, lo religioso, en lo político y en lo nacional suelen ser buenas”.
–No todos los emigrantes vienen para quedarse. Y no todas las culturas pueden integrarse igual. ¿No?
-Bueno, cuando Paco Fernández Ordóñez me explicó que no era partidario del ingreso de Turquía en la UE, me dijo: «Los musulmanes van a poder con nosotros porque ellos creen en algo; y nosotros, los europeos, no creemos en nada». Y cuando le contesté: «Oye, pero tú eres agnóstico y, ¿cómo le das tanta importancia a estas cosas?», me lo aclaró: «No te engañes: un español o un francés, agnóstico o ateo, es un cristiano, de cultura, de fondo, de raíz, de valores fundamentales… Y un turco o un egipcio, ateo o agnóstico, es un musulmán».
–¿Usted es partidario de que Turquía ingrese en la Unión Europea?
–Yo siempre he sido muy reacio a que entrara. Pero en su tiempo se debió hacer algo. Teníamos que haber definido antes los criterios de vecindad. ¿Hasta dónde llega Europa? ¿Rusia, sí o no? ¿Ucrania, sí o no? Pero no se quiso definir las fronteras. Se intentó engañar a los turcos, hacerles perder el tiempo. Nos hemos portado mal con ellos. Lo bueno habría sido ofrecerles en aquel momento un pacto conforme a lo que en Bruselas decía todo el mundo, pero nadie lo exponía en público.
–¿Cuál?
–Ofrecer a Turquía todo, menos las instituciones. Esto es: sí a la relación económica, y social, y a la ayuda al desarrollo. Sin regateo, con generosidad. Pero no a su presencia política en la Comisión y en el Parlamento europeo. Lo decía también Fernández Ordóñez: «¿Qué va pasar en el Parlamento Europeo cuando haya más turcos que alemanes? Serían la mayoría parlamentaria más importante de Europa. Esto no lo podremos digerir». Y yo creo que llevaba razón. Ahora, oiga, se ha mantenido la cobardía de no decirles que no, pero tampoco decirles que sí. Me confesaban en Bruselas: «Vamos a ponerles unas condiciones que no podrán cumplir». Pero mire, poco a poco las van cumpliendo; porque los turcos son gente muy seria. Yo le advierto que soy turcófilo, aunque no veo clara la entrada de Turquía; pero tampoco veo cómo se podrá evitar después de todas las dilaciones y engaños… [ .. ] ABC, 25 octubre 2009. Josefina Martínez del Álamo, Jordi Pujol: “Cataluña pasa por una situación de desconcierto”].
Las negritas son mías.
maty says
«buscando la seguridad de que nuestra identidad sea respetada»
Entendiéndose como identidad catalana la que se expresa sólo en catalán, con lo que se margina a los hablantes de castellano/español, que tan catalanes son como los que demás, pero que en la práctica no lo son.
Las ideas de Dios, Nación, Estado, Raza, Proletariado… tienen muchas cosas en común cuando se subliman, anteponiéndolas a los derechos de la ciudadanía. De ahí que fácilmente hayan incurrido en prácticas totalitarias.
Lo peor de la entrevista… como suele acontecer, los comentarios de los lectores en los medios, tan maleducados, sectarios y cainitas.