Albert,JeanyCatherineCamus.
Imprescindibles para sobrevivir.
Albert Camus (7 noviembre 1913 – 4 enero 1960) murió hace hoy cincuenta años, en un absurdo accidente automovil, conducido por Michel Gallimard, sobrino de Gaston, el gran editor.
[ .. ]
EL MÁS ESPAÑOL DE LOS FRANCESES Y ARGELINOS
Su obra majestuosa continúa creciendo y seduciéndonos, por las mismas razones que suscitaron la hostilidad agresiva de muchos de sus contemporáneos más influyentes, insensibles a las tragedias, tan actuales, que el más argelino y español de los escritores franceses fue el primero en afrontar con serena gallardía.
Medio siglo más tarde, las conmemoraciones y recuerdos glosan desde muchos ángulos esa tragedia íntima, cuyas enseñanzas están muy vivas y presentes en todos los homenajes editoriales, universitarios, teatrales, cinematográficos, periodísticos, cívicos, a través de reediciones masivas de toda su obra, coloquios internacionales, montajes excepcionales, nuevas copias restauradas, decenas, centenares, millares de artículos, homenajes locales y nacionales.
INMIGRACIÓN Y HUMANISMO
Los abuelos maternos de Camus eran españoles de Menorca. Nacido en Mondovi (Argelia) y educado en una madre muy joven viuda, condenada a la pobreza, Camus comenzó siendo un francés argelino, orgulloso de su mestizaje cultural, que pronto chocó, para su martirio, con el racismo de muchos colonos franceses, con la hostilidad de los árabes anti franceses, con el ostracismo de dos comunidades condenadas a la tragedia.
El joven Camus, desde su primer texto consagrado a los sucesos de Asturias de 1934, intenta afrontar culturalmente ese nudo de incomprensiones y tragedias. Estudió lengua y filosofía en Argel, gracias a las lecciones gratuitas de su maestro, Louis Germain, a quien dedicaría su discurso de recepción del premio Nobel. Y se sentía doblemente francés y argelino. Cuando la inmigración magrebí es uno de los grandes problemas euro mediterráneos de nuestro tiempo, unos y otros advierten en la palabra de Camus una semilla humanista excepcional, un intento de mutua comprensión, fallido y esencial.
Fotografiado por Mamaine Koestler.
CONTRA TODOS LOS TERRORISMOS
Cuando Argelia se transformó en el escenario de una triple guerra (civil, revolucionaria y de independencia), Albert Camus tomó la palabra para denunciar los excesos y descarríos de todos. En su día, el escritor fue un mártir solitario de su entereza visionaria. Hoy es percibido como un profeta desarmado: un creyente en el diálogo, la palabra, vencida y siempre invicta. Odiado por los ultra nacionalistas franceses, los revolucionarios stalinistas y los terroristas de uno y otro bando, Camus es hoy un modelo y ejemplo excepcional, quizá el único en su género, en lengua francesa.
Su primer gran ensayo, El mito de Sísifo (1942), lo emparentó y distanció para siempre de Jean-Paul Sartre, que denunciaba con ironía profesoral su magro bagaje filosófico. En su día, el terrorismo verbal de Sartre y su guardia “paramilitar” de la revista Temps Modernes intentaron en vano desacreditar la moral humanista y angustiada de Camus. Pasados los años, el lector de Kierkegaard, Nietzsche y Dostoievski continúa iluminándonos con su pureza, sus dudas, su tormento, dejando al desnudo el mesianismo filo marxista sartriano.
MARÍA CASARES, LOPE, CALDERÓN…
Camus escribió poca novela, pero esencial. El extranjero (1942), La peste (1947), La caída (1956) continúan siendo relatos vertiginosos. Su brevedad, su fragilidad, el temblor de su estilo, no posee el tono épico del primer Malraux (La condición humana) ni la ferocidad abismal de Celine (Viaje al fin de la noche). Pero, nosotros sabemos que Malraux fue un falsario de genio, pero falsario. Y Celine fue un genio absoluto: que se precipitó en el pozo sin fondo de una crisis agonal de su civilización la nuestra. Camus nos ofrece algo más tierno: un hombre entero, dejando al descubierto, con pureza extrema, la fiebre de sus dudas…
El Camus dramaturgo tuvo en su día muchos días de gloria. Medio siglo más tarde, grandes actrices (Emmanuelle Béart) sueñan con recuperar algunos de los grandes papeles inmortalizados por una española desterrada, María Casares, uno de los grandes amores de Camus, justamente, que pudo ser y no fue director de un gran teatro nacional francés, nombrado por Malraux y soñó por escrito grandes montajes del teatro áureo español en los escenarios franceses y europeos. Camus sintió por Lope de Vega y Calderón una pasión muy viva, desde su primera juventud, hasta el fin.
LA LEYENDA Y LAS PASIONES
Camus tuvo muchos otros rostros. Fue un periodista de combate, como animador de Combat, justamente. Polemizó contra todos (Sartre, Mauriac, etc.) sobre todos los temas de su tiempo: la URSS, la descolonización, el fútbol, el marxismo, Argelia, el Mediterráneo, las armas nucleares, el terrorismo, los orígenes del terrorismo, la identidad de Francia… y, curiosamente, sus polémicas nos ayudan a comprender cosas esenciales: lo bueno, lo bello y lo justo, que están en el corazón de la obra toda de Camus, se salvan de todas las trampas y sofismas de las dialécticas de sus adversarios (marxistas, nacionalistas, terroristas, etc.), dejándonos un legado esencial, que puede resumirse con una sola palabra: honradez.
Camus fue un hombre radicalmente honrado, sin duda. Pero también fue un mujeriego (dos o tres veces casado, siempre atraído por nuevas señoras, con las que tenía mucho éxito), un solitario, un fumador empedernido, un enfermo crónico (tuberculosis), un amigo de amigos excepcionales (René Char), director de teatro y periódicos, finalmente muerto en un absurdo accidente de automóvil. Etiemble llegó a escribir que el automóvil que conducía Michel Gallimard (sobrino de Gaston, el patrón editorial) era un ataúd ambulante. La leyenda se confunde con las pasiones literarias del escritor.
Enrique says
Amigo juanpedro, suscribo lo que dice el maestro Martín Ferrand sobre que eres el mejor de los mejores corresponsales de ABC (y yo añadiría, que del resto de los medios de comunicación españoles, arsa!!)
JP Quiñonero says
Enrique,
Madre del señorrrrrrrrrrrrrrrrr… acabo de escribir una carta de agradecimiento al maestro MMF… y, y… me meto debajo de la mesa al leerte, ruborizado and so on. Gratitudes mil por la generosidad, oye,
Q.-
PS. En pleno ataque de vanadiscopía (sic), retomo la columna de MMF, ABC, 3 enero 2010, Del ayer y del mañana.
PS bis. ¡Perdón por la «megalomanía»…!!!!
Enrique MF says
Q: «El Mito de Sisifo», «El Hombre Rebelde», «La Peste»… Libros que te marcan. Hoy, qué pocos alcanzan a escribir así, con esa honestidad y esa grandeza de miras.
JP Quiñonero says
Enrique,
Si… hay una sencillez en AC que solo tienen los más grandes y suscita la inquietud, reserva y hostilidad de los plumíferos más pedantes y dados a la logomaquia filosófica, o así,
Q.-