“¿Ha muerto Freud…?”, se preguntaba Time en 1993, no sin cierta ingenuidad.
[ .. ]
Libro Negro contra Freud y el psicoanálisis, titulaba este modesto Infierno hace ya un largo quinquenio.
En verdad, el patriarca fundador del psicoanálisis ha muerto y resucitado en muchas ocasiones. Nabokov ironizaba sobre el incierto futuro de la «secta vienesa”.
Con su sentido magistral de la agitprop, la industria cultural francesa consagra libros, polémicas y emisiones, al mismo debate. Michel Onfray retoma en su nuevo libro, Le Crépuscule d’une idole, las tesis centrales de una obra colectiva, muy anterior, Le Livre noir de la psychanalyse, editado en su día por Catherine Meyer.
¿Qué hay de nuevo en la más reciente muerte de Freud? Insistencia en viejos reproches de distinta índole: indulgencia hacia la charlatanería, coqueteo con “ismos” varios (fascismo, machismo, racismo, ultraderechismo, etc.), comportamiento sectario de los gestores de la corporación, mesianismo irracional, etc.
Como es tradicional, tras los sucesivos calvarios de la “secta vienesa”, los gestores de la corporación responden en orden marcial: libro contra libro, crucificando verbalmente a quienes osan poner en duda las sacrosantas verdades freudianas, denunciando no sé si imaginarias campañas.
No sin cierta malevolencia, Michel Onfray ha rescatado pequeñas citas que atizan la indignación de distinta índole. El nuevo predicador contra los contertulios de la “secta vienesa” afirma que Freud dirigió a Mussolini su legendaria correspondencia con Albert Einstetin, titulada Warum Krieg (1932), ¿Por qué la guerra?, con esta dedicatoria:
“A Benito Mussolini, con el respetuoso saludo de un viejo que reconoce en su persona el dirigente de un héroe de la cultura. Viena, 26 abril 1933”.
Mussolini, «héroe de la cultura…» Madre del Señor.
Vaya usted a saber en qué condiciones y con qué intenciones fue redactada tal dedicatoria. Cita, sin embargo, que no deja de dar a pensar, malamente, claro, sobre la clarividencia política del genio. Einstein pedía a Freud algo así como su apoyo a una gran campaña pacifista. Freud se negó a participar en ninguna campaña pacifista, con unas razones que son las suyas y quizá inspiren mucha duda y amargura, escritas por Freud, justamente.
- Pensamiento en este Infierno.
[ .. ]
SigmundFreud, 1922, por Max Halberstadt.
J. Moreno says
De verdad querido…»El malestar de la Cultura» y «Tótem y Tabú», son libros que NUNCA desaparecerán de mi escritorio.
Pocos antropólogos han llegado tan lejos en el ahondamiento del SER humano.
De nuevo el frío aparece por Catalunya. He tenido que volver a coger ropa ya retirada, que creía no necesitaría hasta después de Agosto.
Aunque prefiero el invierno de Barcelona a los veranos calurosos….. que me bloquean «mi» termostato.
J. Moreno says
He leido gracias al enlace que has puesto, las cartas entre los dos genios: El iluso Einstein y el «perro viejo» Freud.
Ni que decir, tiene que a los dos descubridores, sus hallazgos los empleó el sistema para aniquilar seres humanos el primero, y al segundo lo han usado hasta la extenuación para neutralizar a los enemigos de manera sibilina e integrarlos en la servidumbre voluntaria.
JP Quiñonero says
J.Moreno,
Largo me lo fiaisssssssssssssssss… yo no me hubiese atrevido a calificar de iluso y perro viejo al uno y al otro: pero algo hay de eso, me temo,
Q.-