La crisis monetaria y las crisis nacionales están acelerando la marginación relativa de Europa, inquietando a Washington, que reconoce su propia incapacidad solitaria, ante los desafíos emergentes.
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El presidente Obama intenta en vano un compromiso más activo de Europa en Afganistán. Sin conseguir gran cosa de unos aliados perdidos en su propio laberinto, sin dinero, voluntad ni fe, para incrementar su participación en una guerra indisociable de la lucha internacional contra el terrorismo.
En Oriente Medio, ni la UE, ni España ni Francia han conseguido celebrar una difunta conferencia euromediterránea. Ningún Estado influye de manera determinante en ninguno de los actores regionales, Irán, Israel, Siria. Ante tal evidencia, el general David Petraeus, comandante en jefe del CentCom (Oriente medio y Asia central), ha pedido a Obama “luz verde” para preparar operaciones de carácter “preventivo”, previas a futuras intervenciones militares: proyecto que Europa contempla con verdadero espanto.
Mientras el eclipse de Europa es evidente en África, Asia y América Latina, Brasil, Rusia, China e Irán ocupan lentamente las posiciones que Europa ocupó en otro tiempo.
El ocaso estratégico coincide con el pavoroso incendio monetario. Obama ha enviado a Londres y Berlín a su secretario del Tesoro, Timothy Geithner, con un mensaje de extrema urgencia: “Los europeos deben aplicar con rapidez el programa que ellos mismos han esbozado y no consiguen poner en práctica”. Washington teme que la tormenta monetaria continúe causando estragos en Europa, donde Alemania no consigue imponer su propia disciplina a unos aliados envueltos en incontables problemas domésticos.
Ante la emergencia del nuevo mundo multipolar, Washignton teme la fragilidad de sus aliados históricos, incapaces de asegurar su propia seguridad continental, incapaces de prestar una ayuda decisiva en Afganistán, ausentes o invisibles en todos los escenarios estratégicos.
Hay un hilo, sutil, finísimo y negro, que une los dos últimos posts. Volvemos a ser, los europeos, partidarios del apaciguamiento. Del de los otros y, lo que es evidentemente mucho peor, del de nosotros mismos.
Abrazo dominical
Àngel,
Qué lector tan fino, generoso… si. Mañana seguiré, intentando explicar el cacao franco-alemán, que, en el fondo, es el frentamiento de más calado… los modelos divergentes de Francia y Alemania,
Q.-
PS. Muy fina revuelta de funcionarios.
Q.-,
no sé si sabes que no es la primera vez que se recoge un artículo tuyo (en este caso, este) en la selección de prensa del diario
Deverdaddigital.com
Como ves eres leído, y apreciado, en un amplio espectro político.
Carmen
Q: Dan ganas de gritar aquello de paren el mundo, que yo me bajo.
Si no hay parada y debemos seguir a bordo, mejor continuar el viaje con un libro del olvidado Rosales entre las manos.
Enrique,
algunos no lo olvidan
Rosales 2
Rosales 1
Carmen
Juan Pedro,
mi pequeño recuerdo, hoy, al Luis Rosales que conocimos.
Abrazos.
JJP
Carmen, Enrique MF, José Julio…
Carmen,
Ah… NO, no tenía noticia. Ya me parece milagroso que alguien se interese por temas tan eminentemente soporíferos, por lo que siento tanta devoción. Vaya mi gratitud para ellos, para tí…
Enrique MF,
Siiii… la obra de Luis tiene algo de libro de horas, «devocionario», manual para náufragos, casa encendida e íntima…
–La crisis vista por Luis Rosales.
–La crisis vista por Luis Rosales, 2.
–Luis Rosales y El contenido del corazón.
–Dos centenarios: Miguel Hernández y Luis Rosales...
José Julio,
No es que seas el más puntual y oportuno. También eres el más fino de los analistas, con tu retrato, en escorzo, que, en el fondo, algo tiene de autorretrato, quizá,
Q.-
Q: Sí, todos necesitamos alguna vez
mirar hacia arriba, ver iluminadas, obradoras, radiantes, estelares,las ventanas; y dar gracias por la casa encendida.
Carmen: Los sabios con delicadeza, como nuestro José Julio, nunca se olvidan de las cosas verdaderamente importantes.
Enrique MF,
Si, si, la Casa encendia… de alguna manera también están encendida para y por todos nosotros, quizá,
Q.-