RueServandoni, 15 julio 2010. Foto JPQ.
Retomo íntegro mi texto sobre los intelectuales…
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IDEOLOGÍA Y DESTRUCCIÓN DE LA INTELIGENCIA
En francés, “intelectual” comienza siendo un mero adjetivo, hacia 1866, que terminará consagrándose, hacia 1913, como una “casta sacerdotal” cuya influencia, poder y descarríos también iluminan un pavoroso proceso de destrucción de la inteligencia y la moral a la que creían servir los “clérigos” iluminados por su poder espiritual.
Para Amiel, en 1866, el intelectual todavía es “una persona consagrada a las actividades del espíritu”. Su trabajo, todavía no estaba contaminado masivamente por la ideología, que, en francés, había comenzado siendo una “ciencia consagrada al estudio de las ideas” (Destutt de Tracy), para adoptar muy pronto (hacia 1800) la connotación peyorativa de “discusiones y análisis basados en abstracciones, sin relación con los hechos y la realidad positiva” (Napoleón). En 1802, Chateaubriand ya aludía con una brizna de desprecio a los “partidarios de la ideología”.
Cuando Reybaud (1842) vuelve a definir la ideología como el “conjunto de ideas que inspira a un gobierno un partido”, todos los virus perversos de la misma palabra contaminan la condición del intelectual, convertido en clérigo de una religión laica cuyas divinidades lo precipitan en todos los abismos e infiernos del siglo XX.
CONDENAS Y EXCOMUNIONES
Como es sabido, la legendaria intervención de Emile Zola en el caso del capitán Alfred Dreyfus, lanzando su “¡Yo acuso!”, a toda página de L’Aurore (13 enero 1898), sirvió de consagración definitiva de una casta sacerdotal, presta a ejercer su poder de comunión y excomunión, desde los altares pontificales de los medios de comunicación e incomunicación de masas
Desde 1898 (caso Dreyfus) a 2003 (invasión de Irak), los intelectuales han estado presentes en todas las grandes batallas políticas, sociales, económicas y sociales de nuestra civilización. Las pasiones y descarríos han estado muy repartidas en todas nuestras grandes culturas. Quizá solo en Francia el intelectual ha gozado -y continúa gozando, en cierta medida- de un estatuto particular, arrogándose él mismo la condición de sacerdote de las virtudes cívicas, confesor del malestar íntimo de los ciudadanos, con poderes de bendición o excomunión contra el resto de los representantes del poder político, incluso religioso.
RELIGIONES LAICAS Y TERROR
La historia de tales aventuras y desventuras, a lo largo del siglo XX, es la que reconstruye con mucho brío, precisión y ecuanimidad generosa Michel Winock. Existen incontables estudios parciales sobre personalidades, épocas, movimientos. La historia de las grandes religiones laicas (marxismo, comunismo, socialismo) y paganas (nazismo) del siglo XX ha sido estudiada con cierto detenimiento. Incluso conocemos con bastante precisión los “paralelismos” o “vidas paralelas” de esas religiones totalitarias, percibidas por algunos historiadores como la semilla de las dos grandes guerras civiles entre los pueblos europeos.
Winock ha preferido estudiar tales procesos desde otra óptica: la historia cronológica de los intelectuales (franceses), fijando los grandes jalones que otros podrán juzgar en detalle. Así, el cronista de tal aventura nos ofrece un fresco majestuoso que nos permite intentar comprender la perdición (masiva) y redención (puntual), más allá de las circunstancias de cada caso, cada batalla.
INUTILIDAD DEL CONOCIMIENTO
¿Qué tienen en común un pensador como Barrès (que intenta salvar las raíces espirituales de la patria) y un filósofo como Sartre (que sueña con fundar una ética revolucionaria)? Napoleón y Chateaubriand, Aron y Jean-François Revel dan respuestas muy semejantes: se trata de ideólogos partidarios de la abstracción (lírica, retórica, alejada de la realidad empírica, siempre), “moralistas descarriados en la política” (Aron dixit sobre Sartre).
Julien Benda, en 1927 (La Trahison des Clercs), y Jean-François Revel, en 1976 (La Tentation totalitaire), llegan a conclusiones muy similares: descarriados en los pantanosos terrenos de la ideología, los intelectuales (franceses; pero no solo ellos, claro está), los clérigos de las modernas religiones laicas traicionan su primera función “sacerdotal”: el respeto a las ideas y los hechos, perdiéndose ellos solos en el más funesto laberinto de la insignificancia dogmática. Revel estudio como nadie la conclusión última y más atroz de tal traición: la “inutilidad del conocimiento” (1988). Para los intelectuales y sus acólitos, la realidad empírica vale mucho menos que el delirio ideológico.
CRÍMENES Y DELIRIOS
Consagrado el magisterio definitivo de Aron, a partir de los años 80 del siglo XX, cuando ya era patética evidencia del descarrío de Sartre en todos los “combates” de su tiempo (ascensión de Hitler al poder, marxismo, URSS, China, Cuba, militarismo tercermundista, etc.), todavía era de buen tono en los salones parisinos afirmar: “Prefiero equivocarme con Sartre que llevar razón con Raymond Aron…” Estupidez gratuita, que bien ilumina el más funesto de los descarríos.
Winock desmenuza con mucha precisión los numerosos casos convertidos en “modelos” canónicos: la vuelta de Gide de la URSS, los delirios surrealistas (capaces de creer en el marxismo y el espiritismo, al mismo tiempo), el suicidio de Drieu La Rochelle, el elogio masivo de los campos de concentración siberianos, la “excomunión” de Albert Camus en Le Temps Modernes (“culpable” de incapacidad de comprensión de la marcha de la historia, en el Gulag), Argelia, el conflicto árabe / israelí, la floración del terrorismo marxista de los años 60 y 70 del siglo XX…
LOS CLÉRIGOS Y EL ASESINATO POLÍTICO
Una y otra vez, los clérigos de esta o aquella religión, no siempre laica, predican la buena nueva con una ceguera pavorosa. Sartre nunca “osó” condenar a la Fracción Ejército Rojo. Michel Faucault defendió hasta el fin al ayatolá Jomeini. Quizá fue Aron, hablando de su antiguo condiscípulo, quién mejor resumió el principio de una posible explicación general de tal patología: “Moralistas descarriados en la política…”. Tras la descripción clínica, una realidad pavorosa: la ética y la moral precipitadas en el abismo ensangrentado de la historia, la filosofía y el pensamiento caídos de hinojos en la tumba de los campos de concentración y el asesinato político.
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- El siglo de los intelectuales, Michel Winock. Traducción de Ana Herrera. Edhasa, col. Ensayo histórico. Barcelona, 2010.
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- Anales de Caína en este Infierno.
maty says
Sartre nunca “osó” condenar a la Fracción Ejército Rojo
Más aún, ayudó -y su entorno- a uno de los terroristas de la RAF a esconderse en Francia.
JP Quiñonero says
Maty,
Viejas historias… que tienen infinitas y temo que inútiles matizaciones. Un horror. En fin…
Q.-
J. Moreno says
Instalado en la Atalaya, observo la marcha de multitudes que no encuentran obstáculos a la realización de sus ilusiones…
¡Por fín se han derribado las barreras para el disfrute de la libertad…
Me marcho a Caixa Fórum, -en Montjuic-, a una exposición sobre la obra de Miquel Barceló..
Desde la barriada de Sant en Barcelona…bon día.
Carmen says
Q.-,
muy interesante reflexión. Pero me pregunto si entre los «excesos» de su poder en Francia y su «invisibilidad» actual en España, no habría un término medio. Al menos en Francia los intelectuales (suscitaron) suscitan el debate dado el poder mediático y el respeto del que gozan. Pero aquí ¿quiénes son los portavoces «del malestar íntimo de la gente»? O más bien, ¿quién ejerce una función sabia y crítica del poder, que pueda ser escuchado con respeto, sin sospechas de estar a la orden de…? ¿quién se atreve a perder las prebendas otorgadas por el partido de turno? ¿a quién le quedan ánimos en este erial?
Carmen
JP Quiñonero says
J.Moreno, Carmen…
J.Moreno,
Lo dicho: nos das una envidia tremenda; eso es vivir, tan ricamente.
Carmen,
Dices en voz alta lo que todos pensamos en voz baja. Los intelo. franceses ya no son lo que eran, para bien y para mal. Pero existe una reflexión permanente de grandisimo nivel cívico e intelectual. Sobre casi todo.
En Carpetovetonia… ha crecido un vacío a la altura del miserabilismo político ambiente. Gatopardo recordaba, ayer, a don Ramón Menéndez Pidal defendiendo la lengua y el espíritu catalán… no entraré en ese ángulo de la cuestión. Hay otro sin fin de cuestiones de fondo, que, en el mejor de los casos, son tratadas con una indigencia patética, por razones que sería larguísimo entrar a debatir, claro. No es que falten ánimo, a mi modo de ver. ES QUE FALTAS IDEAS…
Q.-
maty says
La matización es que era un terrorista que disentió de la estrategia de los dos jefes, Baader y Meinhof (conocida periodista) y buscó refugio en Francia, donde el matrimonio Sartre y su entorno ayudó en su refugio, es decir, colaboraron con terroristas, no hay más.
Por esos años también en Francia se refugiaron terroristas italianos de las Brigadas Rojas, que se movían impunemente en el mismo círculo «intelectual», entre ellos a Antonio Negri.
Hará unos tres años, en el C33 de TVC emitieron sendos documentales al respecto de tales organizaciones terroristas. No sé por qué, pero el alemán siempre me ha interesado.
JP Quiñonero says
Maty,
Hablas de oidas. Y hablas en un tono jupiterino que te quita la razón a las diez palabras. Intenta utilizar el quizá, el a mi modo de ver, el condicional. Toda la razón que tienes cuando hablas de tecnología la pierdes descarrilando sobre otros temas.
NO te enrolles, please.
Q.-
maty says
Si encuentro tales documentales en la web de TVC pondré los enlaces.
Ojo, la historia alemana moderna siempre me ha interesado, desde adolescente.
Proporcionar cobertura a un terrorista es complicidad, y es un delito muy grave, se mire como se mire, no habiendo justificación alguna, pues Alemania y Francia eran por entonces países con legalidad democrática.
Gatopardo says
Me pregunto cómo habría sido el mundo que conocemos si los que luchaban por la posesión de una tierra, un puerto, un derecho, o una ruta, hubieran descubierto el horror infamante de la palabra «terrorista» para los vencidos… Y lo rotundos que iban a ser los pasivo-agresivos desdeñando la épica en detrimento de la oratoria y de la inocencia.
Jesús says
Al hilo de lo que comenta Carmen, y más allá de las invectivas folclóricas contra Negri (que no es por defenderlo o dejar de defenderlo, sino por intentar entenderlo en su contexto) creo que las responsabilidades y los papeles de los intelectuales en Italia han sido, y hasta cierto punto siguen siendo, diferentes y más luminosos: Pasolini y Sciascia (L’affaire Moro), por ejemplo. Tony Judt tiene una historia crítica de los clercs franceses (Pasado imperfecto. Los intelectuales franceses (1944 – 1956) que a mí me ha resultado esclarecedora, quizá en la línea de análisis que apunta Juan Pedro, pero con el interesante trasfondo de la relación de la intelectualidad francesa con los scholars anglo-americanos:
Desde Francia, y habiéndolas descubierto hace poco por vía conyugal, a mí me están interesando mucho las reflexiones y análisis de Marc Crépon, que parte de la crítica derridiana (que no derridófila y menos derridólatra) y de conceptos como «el monolingüismo del otro», cuya prédica vendría tan bien por Carpetovetonia y aledaños.
Ahora ando a ver si me llega el último de Judt: Ill Fares The Land. Hay que aprovechar, antes de que el pobre hombre pase a mejor o peor vida, no lo sé, pero en cualquier caso, a otro plano de consciencia más inaccesible desde este.
Dicho esto:
yo añado mi alivio, Juan Pedro.
maty says
@Jesús
«invectivas folclóricas contra Negri»
Wikipedia ES Antonio Negri
Antiguo Nauscopio (Re)Lecturas para este verano 10.07.2005
maty says
YouTube La banda Baader-Meinhof 1/5
No he encontrado referencia al documental emitido por TVC, tal vez sea el mismo, viéndolo.
maty says
No es el documental al que me refería. Era específico sobre dicho terrorista y no sobre el conjunto de la banda terrorista.
Jesús says
maty, si a ti te ha interesado siempre la historia moderna alemana, yo he hurgado algo en la historia contemporánea italiana. Cuando quieras, con los textos y sin wikipedias, hablamos del Caso Moro, de la recensión filólogica que de este caso hizo Sciascia (última edición, bien baratita, la imprescindible editorial Sellerio de Palermo) y, por ejemplo, del atentado en la estación de Bolonia. Y ya, después, hablamos de Negri, de sus sentencias y de las «biblias» laicas y revolucionarias (¿Agamben, El reino y la gloria?).
Y dos posdatas: esto,
¿no es fundamentalmente contradictorio con la acusación wikipédica que le haces a Negri?
Y mis disculpas al propietario del patio de vecinos por estas cosas tan largas. Yo tengo blog –de mucho menos interés que esta temporada en el infierno– y algo he hablado de Italia, por si quisieras ocuparme el ancho de banda mío en lugar del de Juan Pedro.
Con Dios.
maty says
Európolis / Babel La peste maoísta Quiñonero
maty says
Antonio Negri está considerado como el ideólogo de las Brigadas Rojas. Cierto es que no se demostró su pertenencia a la banda -me colé, ahora bien, huyó a Francia acusado de terrorismo por el gobierno democrático italiano.
«autoproclamado marxista revolucionario que favorecía la insurrección armada»
¿Tú prestarías cobertura a un fugado de la justicia italiana acusado de pertenecer a una banda terrorista? Yo no, nunca, máxime porque huyó para evitar el enjuiciamento.
Por tanto, era un fugado de la justicia de un país democrático europeo. El vergonzoso papel de Miterrand con el terrorismo etarra es bien sabido, así que el acoger a un prófugo es coherente.
Jesús says
Pues eso:
y se acaba como se acaba, claro:
Por no salir de Francia, digo.
Con Dios.
Jesús says
¿Yo? No, yo no. Ni habría fundado el Estado de Israel. Ni matado a Calvo Sotelo. Y no tengo ni idea de qué hubiera hecho el 18 de julio de 1936 en Madrid, o en Segovia, o en Monreal del Campo, provincia de Teruel. Pero es que eso no es hacer historia, maty, sino dedicarse a contar manifestantes, valga el símil. Dicho de otro modo y en inglés: if the queen had balls, she’d be the king.
Y en cuanto a lo demás y sobre esto:
(cursivas mías)
me conformo con uno de los «Bueno…» que suelta Juan Pedro de vez en cuando.
Y me retiro ya sí que sí, que esta verborrea inaudita mía por aquí de hoy es perfecta e inexcusablemente vergonzosa.
Con Dios.
maty says
Jesús, lo que está claro es que fue condenado a muchos años. Salió a los pocos porque fue elegido parlamentario. En cuanto estaba claro que sus privilegios serían revocados, huyó para no cumplir el resto de la larga condena -que posteriormente fue reducida.
Defendía la lucha armada (y contra un estado democrático europeo). Por ahí sí que nunca transigiré, pues no tengo varas de medir distintas.
Soy el primero en denunciar el secuestro de nuestra democracia por la partitocracia (que también sucedía y sucede en Italia), ahora bien, jamás defenderé ni justificaré el uso de la violencia para derribarla, como han hecho tantos «intelectuales» de izquierdas europeos, para los cuales todo es/era relativo, pues se había de «contextualizar».
Jesús says
Coda: no, maty, todo no es ni era relativo. El terrorismo de estado italiano tampoco, que es una consecuencia homicida de la partitocracia italiana y de otras cosas anexas (el crimen organizado, por ejemplo). Lo advierto por si le diera a alguien por egunkarizar mi reclamo del «contexto».
maty says
Jesús, dejémoslo correr que no encontraremos punto de encuentro, me temo.
Mientras tanto, tal vez te interese amenizar el domingo con:
Pink Floyd – The Dark Side Of The Moon Original Japanese LP
http://pbthal.blogspot.com/2010/07/pink-floyd-dark-side-of-moon-original.html
Nota: pinchando en More information se abre un formulario para demandar el envío por correo de los enlaces para su descarga -que funcionan perfectamente.
Jesús says
Vaya, gracias, maty. Qué compañías frecuentas…
JP Quiñonero says
Gatopardo,
Elemental… Viriato, Aníbal, los marinos de Kronstadt, Zapata, incluso Rommel… hubieran escrito la historia de otra manera… hay tantos ejemplos…
Q.-
Gatopardo says
…y ahora todos tendríamos a nuestra espalda y frente a nosotros miles de años de inocua inanidad.
Sí. Aún creo que lo único que nos dignifica es renunciar a la inocencia.
JP Quiñonero says
Gatopardo,
Ánimo…
Q.-