Montaje de JPQ con una fotografía propia.
La estética del parque temático permite maquillar la historia al gusto de quienes la usan como mercancía, al servicio de sus intereses.
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En este caso, el maquillaje algo tiene de muy trágico: y esa tragedia tiene un alcance esencial para la historia de la destrucción de todos los valores morales y espirituales donde se fundó nuestra civilización: la colaboración de los comunistas en la gestión del campo de concentración nazi de Buchenwald.
TESTIMONIOS CONTRA JORGE SEMPRÚN
Elementos de juicio:
1. Los comunistas aceptaron la “gestión” del campo de concentración de Buchenwald desde 1937.
2. Los comunistas aseguraban la “gestión de la mano de obra”: cuando los SS pedían esclavos para trabajar en lugares de los que no se volvía nunca, los comunistas se salvaban entre ellos, enviado a la muerte a quienes no eran comunistas.
3. Liberado el campo por los soldados norteamericanos, los comunistas se atribuyeron la resistencia, olvidando a quienes ellos habían enviado a la muerte.
Estos son los mejores testimonios que conozco sobre esa historia:
–Las reservas morales de Robert Antelme sobre Jorge Semprún y los comunistas, en Buchenwald.
–Testimonio de Stéphane Hessel sobre el trabajo de Jorge Semprún en Buchenwald.
SILENCIO Y MAQUILLAJE, DURANTE DÉCADAS
Durante más de medio siglo, Jorge Semprún no ha respondido nunca, con precisión histórica y rigor moral, a las reservas que plantearon sus viejos amigos y compañeros, algunos de los cuales lo acusaron de ser un delator.
Bien al contrario, toda la carrera pública y literaria de Semprún reposa en la versión “épica” que calla y oculta el trágico debate de fondo: las relaciones entre comunistas y nazis en Buchenwald.
Por vez primera, una biógrafa de Semprún, Franziska Augstein, ha contado una pequeña parte de esa historia, en una biografía titulada Lealtad y traición. Jorge Semprún y su siglo (Tusquets), donde puede leerse:
-[A Jorge Semprún] le asignaron un puesto en la oficina de Estadística laboral (Arbeitsstatistik). Oficialmente, su trabajo consistía en gestionar el fichero de prisioneros del campo y confeccionar las listas para los destacamentos que trabajaban fuera del campo. Semprún manipulaba muchas de estas listas a escondidas: la dirección clandestina del campo, en un intento de salvar a camaradas y a otros resistentes de confianza, apuntaba a desconocidos a los durísimos y mortalmente peligrosos comandos de trabajo. [Pags. 12 y 13].
-[Buchenwald] dominado por los comunistas. [Pag. 148].
–Por indicación de los camaradas comunistas [Jorge Semprún] efectuó frecuentes manipulaciones para salvar a algunos camaradas, sustituyéndolos por otros, desconocidos, [adjudicándoles los trabajos] donde te jugabas la vida. [Pag. 150].
–Desde agosto de 1944, Semprún compartió su lecho en el piso de abajo de las literas de madera de dos pisos con un español: Sebastián Manglano, comunista [ .. ] En la guerra civil española, había servido en un regimiento comunista al mando de Enrique Lister [ .. ] Era un doctrinario hasta extremos indescriptibles. [Págs. 155 y 156].
–Ya no se le pregunta [a Jorge Semprún] cómo fue capaz de decidirse, por orden de sus camaradas, a entregar a la muerte a inocentes, con un par de pasadas de goma y un trozo de grafito [ .. ] Al cineasta Patrick Rotman le contó Semprún: “Decían [los SS], mañana tres mil para Dora. A la mañana siguiente se sacaban tres mil hombres [ .. ] Había que efectuar una selección. Esto no es una moral para todos los días, para siempre; pero entonces había que salvar a algunos porque eran luchadores de la resistencia” [Págs. 178 y 179].
COMUNISMO, CRÍMENES, PERSECUCIONES Y CONSEJOS DE ADMINISTRACIÓN
En verdad, hay pocas revelaciones. Augstein cuenta lo mismo que Antelme y Hessel habían contado con más detalles, planteando las cuestiones de fondo, siempre en suspenso:
-Los comunistas stalinistas se consideraban ellos mismos luchadores de la resistencia: y se salvaban y protegían entre ellos, entregando a la muerte a los no comunistas.
-Esos mismos principios morales justificaron antes y justificaron después el asesinato de quienes se apartaban de la correcta línea política, dictada por los dirigentes comunistas.
-Esa misma moral se aplicaba a todos los órdenes de la vida cotidiana y la cultura: Jorge Semprún, entre Buchenwald, Nada, la censura, la persecución ideológica, el ministerio y los consejos de administración audiovisuales.
-Esa misma moral aleatoria ha servido siempre para ocultar o maquillar la verdad, hoy como ayer: Wikipedia está ocultando páginas negras de la vida de Jorge Semprún, Semprún sigue mintiendo sobre Buchenwald y los comunistas.
Mientras tanto, a Santiago Carrillo es nombrado hijo predilecto de Gijón -con el respaldo de los concejales del PP de Rajoy. ¿Paracuellos?
Nadie que participase activamente en la guerra civil española debiera tener reconocimiento público de ningún tipo, nadie, sin importar el bando.
Maty,
Así se escribe la historia, decía Cicerón; creo que era Cicerón, que también sabía mucho de guerras civiles, incluso escribió la historia de una conjuración. Eran otros tiempos,
Q.-
¡Pero qué malísimos eran los comunistas!
Menos mal que su IMPERIO se ha derruído y ahora es un ejemplo para el mundo LIBRE, de honradez y buén hacer.
Buenos días desde el psiquiátrico de Can Mollerusa.
J.Moreno,
«Los» y «malísimos» son, en este caso, imprecisiones verbales:
-El comportamiento criminal y asesino de no pocos comunistas da para pocas bromas. Crímenes y asesinatos individuales y masivos. «Malísimos» no es la palabra más adecuada para juzgar crímenes y asesinatos, individuales y masivos. En el caso español, los asesinatos individuales, ordenados uno a uno, por la cúpula dirigente del PCE, una fuente excelente siguen siendo las memorias de Enrique Lister, que sabía mucho de crímenes y asesinatos. Él da muchos nombres, datos y precisiones muy minuciosas.
-Ese comportamiento criminal tiene nombre, apellidos y siglas. Los comunistas libres de tales culpas debieron, debieran y deberán denunciar ellos mismos esos crímenes y asesinatos, que son muchos. Meter la cabeza debajo del ala, o en un hoyo, es un flaco favor a la verdad y a la identidad misma de los hombres libres.
Perdón por el tono un poco severo: el derramamiento criminal de sangre humana merece un cierto respeto, por los muertos, claro,
Q.-
Y por los vivos.
Gracias, como siempre, JP.
Lola,
Vivos… dentro de lo que cabe, claro, que la cosa está como está. Graciassssssssssssss
Q.-
La Historia de los hombre es un transitar en la barbarie…..
Walter Benjamín.
Desde los aledaños de la calle Badal de Barcelona, bona nit Quiño.
J.Moreno,
Eso se arregla enviando a la Guardia civil, hombre,
Q.-
PS. Tu te acuestas cuando yo me levanto… bon dia.
«Desde agosto de 1944, Semprún compartió su lecho en el piso de abajo de las literas de madera de dos pisos con un español: Sebastián Manglano, comunista [ .. ] En la guerra civil española, había servido en un regimiento comunista al mando de Enrique Lister [ .. ] Era un doctirnario hasta extremos indescriptibles. [Págs. 155 y 156]. »
Perdoname por el castellano soy francesa pero Sebastían Manglano es mi abuelo! No lo conozco porque murió antes de que nací! Entiendo perfectamente este articulo y lo que quiere decir. De este época no se habla mucho en mi familia, pero de verdad me pone triste ver el nombre de mi abuelo aquí solo porque compartió un «piso» con semprún. Mi abuela era proletario con poca educación y tenía 23 años en 44, que es muy joven en un situation muy «especial». No quiero negar lo que a pasado pero por favor no escribe el nombre de un hombre que no ha podido nunca hablar de su historia, de que nadie, tampoco Semprun ha hecho caso nunca.
Perdoname, mi commentario es bastante largo pero todo no es es solo blanco y negro y quiero solo defender un poquito mi abuelo. Estar el «compañero» de Semprun no fue una buena cosa. Algunos conocen el nombre de Manglano por haver lo leído pero nadie conoce el hombre. No fue tan malo!
Victoria,
Tus palabras son justas y emocionantes. Merecen mucho respeto, claro.
Y, efectivamente, vivos y muertos merecen el mismo respeto. Jorge Semprún se pasó toda su vida hablando bien de sí mismo, silenciando o hablando mal de casi todo el mundo que pasó por su lado. Hermanos y compañeros de viaje fueron víctimas de ese comportamiento suyo.
Debes estar orgullosa de tus palabras, claro.
Avanti..!
Q.-