Rue Monceau, 6 septiembre 2011. Foto JPQ.
Despojos profanados de los antiguos jardines del hotel particular / palacio del príncipe y la princesa Murat, de ácido recuerdo en la correspondencia proustiana.
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Proust habla de ese y otros jardines aludiendo con distancia mordaz a los multi millonarios -los Murat, los Rotschild, los Camondo, una dinastía de banqueros egipcios- que podían ofrecerse jardines en la rue Monceau, tan incomparables con los jardines genuinos de su infancia, claro está:
El New York Times del 25 de noviembre de 1918 evocaba con respeto los jardines del palacio del príncipe y la princesa Murat, que sirvió de residencia al presidente Wilson durante su viaje a París, President to occupy Murat home en Paris.
Años atrás, Proust hablaba de “la” Murat con sorda ironía:
“… Du reste elle a encore moins la voix d’un homme que la Murat qui de plus a fait suivre ou plutôt a fait coïncider avec chaque phrase de musique un commentaire piquant. «Ah! Les roses d’Ispahan, tout l’Orient Mais c’est exquis, bravo! Comme cela sent les pastilles du sérail! Mais c’est exquis, bravo, bravo! Cela s’éclaire. Mais c’est exquis bravo etc.” [ .. ] Que tous les gens que j’ai connus ont vieilli. Seule la Polignac atteint enfin la jeunesse à laquelle elle joint la douceur de la maturité. Et aussi quelques vieilles divinités rudimentaires et féroces, dans leur dessin sommaire n’ont pu changer. [ .. ] Ce sont des portraits de monstres du temps où on ne savait pas dessiner.” [ .. ] [Marcel Proust. Lettres à Reynaldo Hahn. Le jeudi soir 11 avril 1907].
Las negritas son mías.
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- París, Proust, esquinas nocturnas y spleen.
- La casa donde Proust escuchó la Sonate de Vinteuil.
- Proust, Brassaï, eros, memoria, fotografía y…
- Paris, Proust, esquina nocturna.
- Proust y el texto subvertido.
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Interior del hotel particular / palacio de los Murat, antigua propiedad Furtado-Heine, hacia 1907.
- Fotografía y París en este Infierno.
José Julio Perlado says
Juan Pedro,
siempre – con Proust o sin él – te acompaño por tus paseos parisinos.
JP Quiñonero says
José Julio,
Este verano, el abuelo de tu narrador me recordaba, como tu, a un ángel guardián…
Q.-
José Julio Perlado says
Juan Pedro,
Ángel guardián de las infancias, ángel guardián ante las vicisitudes, ángel guardián ante tantos acontecimientos que están pasando… Pero verás que ese abuelo de mi novela ama los lunes, que es el día del fragor, de la lucha, de las multitudes… Y empuja a su nieto a salir a la vida un lunes cualquiera porque los lunes – a pesar de lo que mucha gente crea – son los que más enseñan: en ese tráfago de los lunes encontramos la lucha por la vida (Don Pío) y el reto para enfrentarse con esa lucha, y unas veces vencer y otras ser vencidos… Ángel guardián se necesita para vivir no sólo los lunes sino todas las semanas del mundo.
Un abrazo.
JP Quiñonero says
José Julio,
De esa salvación habla tu libro, claro, si,
Q.-