Los escándalos prostibularios de DSK permiten iluminar muchos otros fangos.

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DSK, guiñol nacional, entre otros.

–DSK, socialismo caviar y prostitución.
–Sexo y política: el “modelo” Dominique Strauss-Kahn.
–DSK, las inmundicias y la televisión.

A partir de ahí…

CANDIDATO SOCIALISTA A JEFE DEL ESTADO

La prensa francesa lleva años y décadas ocultando, silenciado, maquillando o “enterrando” incontables secretos de sexo, dinero y poder, protagonizados por políticos de izquierda y derecha, que se han beneficiado de la inconfesable complicidad de sucesivas generaciones de periodistas.

Lo escándalos sexuales y prostibularios de Dominique Strauss-Kahn (DSK), ex candidato socialista a la presidencia de la República, y ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), están funcionando como “dinamita” contra esa oscura “ley del silencio” que sigue uniendo a políticos y periodistas, contra la que Jean Quatremer, corresponsal de Liberation en Bruselas, ha escrito un libro demoledor, Sexe, mensonges et médias, con una tesis simple y brutal: muchos periodistas sabían de las “aficiones” y “problemas” de DSK, pero prefirieron callar, mentir, maquillar, hasta que los escándalos comenzaron a estallar, el mes de mayo del 2011, cuando la sirvienta negra de un hotel, en Nueva York, denunció el intento de violación y violencias sexuales de uno de los hombres más poderosos del mundo, candidato socialista a la presidencia de la República.

ACOSO SEXUAL

Quatremer cuenta en primera persona, por lo menudo, las historias conocidas, maquilladas u ocultadas, en su propio periódico, en torno a las “aficiones”, “tentaciones” e “inclinaciones” de Dominique Strauss-Kahn.

Quatremer cuenta cómo él mismo comenzó a descubrir el comportamiento de DSK hacia algunas mujeres, incluso colegas periodistas, “rayano al acoso, en público”, muchos años atrás, cuando el personaje ejerció como ministro de Finanzas (1997 – 1999). Y cuenta como “advirtió” a su periódico, Liberation, cuando DSK fue nombrado director gerente del FMI, presentado al cargo por Nicolas Sarkozy. Y continúa contando como el director de Liberation rechazó todos los proyectos de investigación, cuando estalló el primer escándalo por acoso sexual contra una economista del FMI.

CINISMO ABSOLUTO

A partir de esa historia, patética, Quatremer subraya la evidencia: la ley del silencio de periódicos y periodistas franceses, desde mucho antes del estallido de los escándalos DSK. Todavía está reciente la publicación de otro ensayo de referencia, Sexus politicus, del que son autores Christophe Deloire y Christophe Dubois. Ellos contaban muchas historias de sexo, poder y política protagonizadas por François Mitterrand, Valery Giscard d’Estaing, Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy, entre otra nube de personajes de muy distinto tonelaje político.

El silencio cómplice, sordo y ciego, quizá alcanzó sus cotas de cinismo absoluto con Mitterrand, que instaló a una amante y su hija en un anexo del palacio del Elíseo, sin que nadie se atreviese a contar nada…

SOCIALISTAS DESHONRADOS

Sin embargo, a juicio de Quatremer, los escándalos sexuales de DSK quizá hayan cobrado una dimensión política excepcional. En el caso de Mitterrand “solo” se trataba de cinismo moral absoluto. En los escándalos de DSK hay otras componentes, que el corresponsal de Liberation en Bruselas resume de este modo:

“El Partido Socialista ha quedado deshonrado con su comportamiento. Quedará esta imagen: Un Partido Socialista apoyando, unido, a un hombre blanco, rico y poderoso, contra una inmigrante negra, pobre, de dudosas frecuentaciones…”

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