Los jóvenes franceses, en vanguardia del arcaísmo.
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Place des Pyramides, 1 mayo 2011. Foto JPQ. ABC, 17 abril 2012. Extremos populistas de izquierda y derecha acaparan el voto joven.
Marine Le Pen, entre sus simpatizantes.
Retrato improvisado de Marine Le Pen.
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Carrefour del’Odéon, 3 septiembre 2010. Foto JPQ.
Retrato improvisado de Jean-Luc Mélenchon.
LA EXTREMA DERECHA, PARTIDO MAYORITARIO ENTRE LOS JÓVENES
En la recta final de las presidenciales del 22 de abril y el 6 de mayo próximo, el Frente Nacional (FN, extrema derecha) es el partido que tiene más intenciones de voto entre los jóvenes de 18 a 24 años. Tras cien días de campaña, una mayoría de jóvenes han girado hacia un partido que defiende la salida de Francia de la zona euro.
A finales del 2011, las intenciones de voto de los jóvenes de 18 a 24 años eran las siguientes: 39 % a favor de François Hollande (socialista), 19 % a favor de Nicolas Sarkozy (conservador), 13 % a favor de Marine Le Pen (extrema derecha), 11 % a favor de François Bayrou (centrista) y 5 % a favor de Jean-Luc Mélenchon (PCF y extrema izquierda).
A finales del mes de marzo, según el mismo instituto de sondeos (CSA), realizados para los mismos medios (Le Monde y Europe 1), las intenciones de voto entre los jóvenes de 18 a 24 años habían variado de este modo: 26 % a favor de Marine Le Pen, 25 % a favor de Hollande, 17 % a favor de Sarkozy, 16 % a favor de Mélenchon y 11 % a favor de Bayrou.
JÓVENES EN VANGUARDIA DEL MIEDO
Tras tres meses de campaña, los jóvenes franceses han girado hacia la extrema derecha, pasando del conservadurismo de los jóvenes asistidos que sueñan son ser funcionarios y recibir subvenciones al conservadurismo más agresivo de la “ruptura” con Europa, con la zona euro, con el liberalismo, con el capitalismo, apoyando el programa de una candidata que pide la “restauración” de las fronteras nacionales para combatir el “cosmopolitismo capitalista”.
Hace algún tiempo, Luc Ferry, ex ministro de Cultura de un gobierno conservador (Jacques Chirac), el filósofo más leído de Francia, me comentaba: “En 1968, los jóvenes franceses estaban en vanguardia de la esperanza, soñaban con un mundo nuevo. Hoy, los jóvenes franceses están en vanguardia del miedo: sueñan con ser funcionarios y recibir subvenciones durante buena parte de su vida”.
MÁS SUBVENCIONES, MÁS EXTREMA DERECHA
Los jóvenes que se decían prestos a votar al candidato socialista, el invierno pasado, se habían manifestado contra Sarkozy, meses antes, para defender la jubilación a los 60 años, las subvenciones de todo tipo, los servicios públicos más socializados de Europa. De ese conservadurismo burocrático, los jóvenes franceses han oscilado a un conservadurismo más profundo.
Hollande lanzó su campaña afirmando que los jóvenes eran su “gran prioridad”, prometiéndoles 150.000 empleos subvencionados, 40.000 pisos subvencionados y más subvenciones de todo tipo. Tras las promesas, Hollande ha perdido 14 puntos en los sondeos.
Sarkozy lazó su campaña prometiendo crear un banco para la juventud, nuevas descentralizaciones universitarias, créditos especiales para prolongar estudios, con medidas especiales para los jóvenes incapacitados. Sarkozy solo ha perdido un 2 % en las intenciones del voto juvenil.
Solo Marine Le Pen se beneficia masivamente de la campaña electoral, seguida de Mélenchon.
DE LA ANGUSTIA SOCIAL AL ARCAÍSMO
La candidata de la extrema derecha ha ganado 13 puntos de intenciones de voto en tres meses de campaña. El candidato comunista ha ganado 11 puntos.
¿Qué seduce a los jóvenes franceses de los programas políticos más arcaicos, retrógrados e irrealistas de Europa?
Nadie desea abordar de frente ese indicador ¿de arcaísmo? ¿De angustia social? ¿De desencanto? ¿Del rechazo del sistema político establecido..?
El arcaísmo parece palmario y atractivo. La familia Le Pen y el candidato comunista comparten el mismo lenguaje “rupturista”, la misma denuncia apocalíptica de Europa, el euro, el capitalismo y el liberalismo.
UNA CAMPAÑA DE ABUELETES ARCAICOS
La angustia social parece ser una semilla podrida. La extrema derecha ya era el primer partido de los obreros franceses, desde hace años. Los jóvenes con poca formación, proletarios y pequeño burgueses en trace de proletarización, se dejan arrastrar pos los mismos “demonios”, culpando a Europa, el euro y el capitalismo de todos los males que se ciernen sobre Francia.
El desencanto es igualmente palmario. Los jóvenes franceses no se sienten representados por ningún partido ni sindicato. Educados en la cultura de las subvenciones de Estado, no se sienten atraídos por los programas “tradicionales” y creen sensato votar por candidatos que proponen soluciones irrealistas, ultra extremistas.
Michel Serres, el gran filósofo, declaraba días pasados: “Estamos sufriendo una campaña de “abueletes” con soluciones arcaicas y antiguas, muy alejadas de los problemas y los grandes desafíos del siglo XXI”. Serres hacía referencia a los “abueletes” Sarkozy y Hollande. Los jóvenes de 18 a 24 años parecen seducidos por “soluciones” mucho más conservadoras.
- Francia en este Infierno.
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