Laura del Lago y sus amigas, en la escalinata de la iglesia de El Hondo, verano del ¿2008? Foto Marc Turiel.
Proust describe con mucha precisión los contornos del cuerpo femenino que conducen al misterio de la creación, el origen del mundo.
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Y esa descripción es una parábola. Tan importante como la historia de legendaria magdalena en la Recherche, o el gorjeo de un mirlo en las Memoires de Chateaubriand.
Los trocitos de magdalena ungidos por el néctar de una taza de té permiten al narrador de la Recherche abrir la cripta funeraria donde reposa la vasta genealogía de los muertos, devueltos a la vida eterna del arte a través del recuerdo, la palabra, la memoria.
En el claustro o cripta que se cierra y se abre con las valvas que se encuentran al final del cuello de cisne que forman las piernas y los muslos de Albertine, abandonada, en el lecho, se traban el alma del niño, el alma de los muertos, la memoria, las primeras palabras y el deseo, llamados a sembrar las semillas del mundo nuevo que nace a través del amor, la fecundación y la creación original, cuyos dones serán los frutos maduros de la comunión de eros y logos en la cripta íntima del cuerpo femenino:
Albertine nouait ses bras derrière ses cheveux noirs, la hanche renflée, la jambe tombante en une inflexion de col de cygne qui s’allonge et se recourbe pour revenir sur lui-même.
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… et son ventre (dissimulant la place qui chez l’homme s’enlaidit comme du crampon resté fiché dans une statue descellée) se refermait à la jonction des cuisses, par deux valves d’une courbe aussi assoupie, aussi reposante, aussi claustrale que celle de l’horizon quand le soleil a disparu.
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… l’âme de l’enfant que nous fûmes et l’âme des morts dont nous sommes sortis viennent nous jeter à poignée leurs richesses et leurs mauvais sorts, demandant à coopérer aux nouveaux sentiments que nous éprouvons et dans lesquels, effaçant leur ancienne effigie, nous les refondons en une création originale… MP, Recherche… Mais ce plaisir de la voir dormir, et qui était aussi doux que la sentir vi vivre.
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Las negritas son mías.
- París, Proust. Albertine, maniquíes y princesas durmientes en el bosque encantado del tiempo.
- París, Proust. Velázquez, la nuca de Albertine y la inmortalidad del alma.
- París, Proust. Victoria contra la muerte, en los Campos Elíseos.
- París, Proust. Charlus en la Concorde, antesala del Infierno.
- París, Proust. Gilberte, Albertine, Odette y nuestra crucifixión.
- París, Proust. La huida de las adolescentes en flor y la crisis.
- París, Proust. Albertine y los abismos de la pasión.
- París, Proust. El lunar de Albertine, frente al mar y en la intimidad.
- París, Proust. El dandi y la cortesana, ante a Notre-Dame.
- París, Proust. El salón donde se cruzan los vivos y los muertos.
- París, Proust. La belleza, niñas, mujeres y brujas.
- París, Proust. Botticelli y el cuerpo mortal y rosa de Odette.
- París, Proust. Piernas cruzadas y fantasmas nocturnos.
- París, Proust. El bosque de las amazonas.
- París, Proust. Poseer a Madame, al anochecher, frente al lago.
- París, Proust. La pastelería y el sexo.
- París, Proust. El claro de luna y la crisis de nuestra civilización.
- Quiñonero en el hotel sadomasoquista de Proust.
- París, Proust. Mme de Guermantes, el buqué de flores y la creación.
- París, Proust. El pie y las artes de la seducción y el placer.
- París, Proust. St.-Augustin y el Ángel de la historia.
- París, Proust. St.-Lazare, prodigios e infierno.
- París, Proust. Esquina nocturna, 2.
- París, Proust. Tentaciones e inseguridad.
- París, Proust, rutas de Fortuny y Sara Bernhardt.
- París, Proust, despojos de un jardín legendario.
- París, Proust, esquinas nocturnas y spleen.
- Paris, Proust, esquina nocturna.
- La casa donde Proust escuchó la Sonate de Vinteuil.
- Peregrinaje a Balbec – Cabourg.
- Fotografía y París en este Infierno.
Osada belleza. Nunca he leido cosas asi, ilustradas tan libremente.
Laura,
Bueno..
Q.-