Paralelismo policial entre Hollande y Sarkozy.
Le Monde, 15/16 agosto 2012. “No hay estado de gracia, para la izquierda, en los suburbios sensibles”.
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Monde, 21 agosto 2012. “Un talismán, la República. Un solo discurso, la firmeza”.
“… fóllate a un poli…” en tiempos de Hollande.
52% DESCONTENTOS
El 52 % de los franceses se dicen “descontentos” de François Hollande. Y no lo consideran “capaz” de sacar a Francia de la crisis. Europa, el paro, la desindustrialización, la firma del Tratado presupuestario europeo, las expulsiones de gitanos de origen rumano, se han convertido en problemas de “desencanto” y “desilusión”, que Jean-Luc Mélenchon, presidente del Frente de Izquierda (Fdi), ha resumido con esta sentencia: “Cien días para casi nada”.
Con motivo de los cien días de Hollande en el Elíseo, Le Figaro y otros medios han publicado varios sondeos, coincidentes. Tres meses después de su elección, el 6 de mayo pasado, el presidente de la República tiene buena cota, a título personal. Sus primeras medidas simbólicas (rebajarse el sueldo) cayeron muy bien. Pero… el 52 % de los franceses están descontentos. Y temen el inmovilismo del presidente y su gobierno.
MÁS PARO E INMOVILISMO
Los sindicatos temen la agravación de la crisis. Según la CGT, Francia pudiera perder entre 40.000 y 50.000 empleos industriales durante el próximo semestre. El cierre anunciado de la gran factoría de Peugeot en Aulnais-sous-Bois, en la periferia norte de París, se anuncia como un símbolo histórico de la agravación de todas las crisis de Francia.
El candidato Hollande anunció una política muy activa de lucha contra el paro, a favor del crecimiento y la reindustrialización de Francia. Tres meses después, los sindicatos, los electores de izquierda y buena parte de la izquierda política no ocultan su decepción ante el “inmovilismo” presidencial.
“SE HA BAJADO LOS PANTALOS ANTE MERKEL”
El presidente Hollande nombró un ministro de la “re industrialización”, Arnaud de Montebourg. Pero nadie sabe todavía cuales son sus responsabilidades concretas. El candidato Hollande hizo campaña “contra la austeridad y a favor del crecimiento, en Francia y Europa”. Elegido presidente, Hollande sigue sin dar a conocer medidas nacionales concretas que pudieran favorecer el crecimiento. En el terreno europeo, Hollande ha lanzado un nuevo llamamiento a favor del crecimiento europeo: ni Angela Merkel ni una mayoría de miembros de la UE son sensibles a esa retórica más o menos populista.
El candidato Hollande hizo campaña contra el Pacto presupuestario y fiscal europeo, laboriosamente negociado por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy. Tras un fallido chalaneo personal con la canciller alemana, el presidente francés se vio forzado a aceptar el Pacto, con un breve añadido simbólico en materia de crecimiento. La izquierda del PS percibe esa “evolución” como una traición inconfesable, que Mélenchon resume de este modo: “Hollande se ha bajado los pantalones ante Angela Merkel”.
UN PACTO DE CULEBRAS
Tras haberlo criticado muy duramente, Hollande deberá aceptar el Pacto y hacerlo aprobar en la Asamblea Nacional. Se trata de otro problema de fondo: varios diputados socialistas han anunciado que no votarán el Pacto que ellos mismos criticaban cuando lo defendía Sarkozy, para imponer a Francia una “regla de oro” fiscal y presupuestaria que todos los gobiernos franceses llevan treinta años violando, rompiendo todos los proyectos de “convergencia” fiscal, desde la fundación del euro.
La agravación anunciada de la crisis, el incremento del paro y la pérdida del poder adquisitivo, anunciada por el Instituto nacional de estadísticas, están minando la credibilidad política personal de Hollande.
“POLÍTICA RACISTA Y XENÓFOBA”
La política de seguridad interior y las expulsiones expeditivas de gitanos de origen rumano han acelerado el desencanto de los electores de izquierda, que contemplan horrorizados como Hollande y su ministro del Interior, Manuel Valls, hijo de un gran pintor español, ponen en práctica la misma política policial que denunciaban agriamente durante la presidencia de Nicolas Sarkozy.
El PS estuvo en primera línea de crítica, brutal, contra Sarkozy, cuando el ex presidente lanzó una serie de expulsiones expeditivas de gitanos de origen húngaro y rumano, el verano y otoño del 2010. Hace dos años, aquellas expulsiones fueron presentadas como la expresión policial muy dura de una política racista y xenófoba. Diputados y simpatizantes socialistas han descubierto con pavor que la pareja Hollande – Valls utiliza los mismos métodos policiales para consumar el mismo tipo de expulsiones, amparándose en los mismos principios…
SOCIALISMO ESFUMADO
El calendario político nacional y europeo corre el riesgo de agravar todos los frentes de crisis y desencanto.
En la agenda gubernamental no está prevista ninguna gran reforma de izquierdas. Bien al contrario, Pierre Moscovici, ministro de Economía y Finanzas, insiste en que Francia “está obligada” a cumplir los “compromisos europeos” (reducción del déficit, recorte de la deuda, etcétera). Pero esos compromisos impiden cualquier “alegría presupuestaria”. Peor: hace semanas que el Tribunal de cuentas pidió al gobierno que comenzase a consumar recortes presupuestarios “imprescindibles”, por un montante de varias decenas de miles de millones de euros.
“El socialismo se ha perdido en las playas de vacaciones”, ha comentado irónicamente Jean-Luc Mélenchon, que aspirar a liderar todos los desencantos sociales y políticos, intentando alentar la disidencia de una izquierda sin proyecto socialista conocido.
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HB, JLMélenchon entre simpatizantes, 8 junio 2012. Foto JPQ. Hénin-Beaumont, duelo Mélenchon – Le Pen.
- Nadie se fía de Sarkozy ni de Hollande, que esperan el apoyo de Rajoy.
- Sarkozy, Francia nacional; Hollande, Francia multicultural.
- Sarkozy, estatismo de derechas; Hollande, estatismo de izquierdas.
- Sarkozy, Hollande y el declive / decadencia de Francia.
ABC, 23 agosto 2012.
- Francia en este Infierno.
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