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Burdeos, 5 octubre 2012. Foto JPQ.
¿Cómo se degrada y sobrevive la vida social y la vida íntima -erótica y sexual incluída- en edificios de esa índole..? El amor y la crisis.
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Le Monde publica un severo estudio, subrayando cómo la crisis provoca nuevas fracturas sociales (Comment la crise provoque de nouvelles fractures sociales, 16 octubre 2012). Flâneur empedernido por los suburbios parisinos -barrios por los que no suele adentrarse la gente fina, adicta a la “poesía” presuntamente modianesca- me he preguntado con frecuencia si el urbanismo suburbano no tiene su parte de culpa en la degradación de la condición humana, Céline: “Tierra sin alma, campo de trabajo maldito..”.
- Fotografía y Sociedad en este Infierno.
Coincido en que un mal urbanismo genera problemas sociales importantes.
Me imagino que conoce usted algo sobre el síndrome de Stendhal, y que tiene que ver con el impacto que supone sumergirse en un entorno bello, viniendo de un entorno gris y monótono.
Josep,
No conozco la historia del síndrome de Stendhal: pero suena francamente bien. Sospecho que estoy totalmente OK, dicho de una manera una miqueta más brusca.
Q.-
PS. Anda, quítame el usted ese. Con Quiño voy que me mato, incluso si soy Consul general de la República independente del Valle del Guadalentín.
Pues nada, le tutearé!
En uno de los hospitales de Florencia hay una unidad especializada en el llamado Síndrome de Stendhal, y es que el susodicho síndrome consiste en el verse apabullado por la belleza, sobretodo cuando uno viene de entornos grises y deprimentes.
http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADndrome_de_Stendhal
He viajado un poco por Francia, y no he entendido mucho el urbanismo de las periferias si lo comparamos con los centros históricos. Periferias sin alma, aisladas, sin atributos, una especie de no ciudad.
Josep,
Oye, gracias mil por el enlace, la información y la sabiduría.
Lo de los suburbios es de mear y no echar gota, si. Perdón por el dicho murciano, de tan palmaria vulgaridad.
Q.-
PS. Me recuerdas de Mitterrand… hace siglos… un joven militante socialista que tuteaba al futuro presidente (que ya había sido ministro de justicia y partidario de Argelia Francesa) advirtió que Mitterrand no se apeaba del usted… el joven socialista intentó una finta: «Hombre, entre camaradas, lo más normal es el tuteo…» Mitterrand, seco como una estaca, le respondió: «Si usted insiste..»