“Todo parece indicar que las tres décadas de pujolismo van a ser finalmente calificadas como una verdadera traición del nacionalismo moderado catalán a su propio país”.
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A falta de clarificar las posibles responsabilidades penales, que tienen un largo rosario de ramificaciones: caso Macià Alavedra y Lluis Prenafeta, caso Palau, embargo judicial de la sede de CDC…
EL CASO PUJOL Y EL CASO KUTXABANK
1. Se nos ha formulado una pregunta sobre hasta qué punto pueden ser comparables las repercusiones del caso Pujol en Catalunya y del caso Kutxabank en Euskadi.
2. Evidentemente, no vamos a analizar este tema desde la perspectiva de las responsabilidades penales. No porque pensemos que no existan en el caso Kutxabank sino porque la acreditación de estas responsabilidades penales exigirían una prueba con valor judicial de que personas concretas han adoptado decisiones concretas en base a intereses particulares concretos. Y esto es ciertamente complicado.
3. Nuestro análisis afecta a las consecuencias que determinadas actuaciones y posicionamientos éticos y estratégicos de su respectiva clase política pueden tener para el futuro de Catalunya o Euskadi y, por otro lado, a las responsabilidades políticas derivadas de dichas actuaciones.
4. El caso Pujol y el caso Kutxabank coinciden en el calendario y ambos pueden representar un verdadero proceso de inflexión con respecto al papel que, en Catalunya y Euskadi, ha representado y va a representar su respectiva clase política y con respecto a su relación con la sociedad civil.
5. Sin embargo, bien podría decirse que esta coincidencia temporal se produce en sentido
inverso.6. En Catalunya, es muy posible que el estallido del caso Pujol sea “el comienzo del fin”. Es decir, el comienzo del fin de una época en la que –al parecer- una buena parte de la clase política catalana ha vivido muy cómodamente asentada en un régimen autonómico y en unas posiciones moderadas que –muy probablemente- eran precisamente las que aseguraban la complicidad de los poderes fácticos con un régimen de corrupción extendido al máximo nivel entre los responsables políticos de la autonomía.
7. Desgraciadamente, es habitual en algunas democracias occidentales que la corrupción no sea sólo un “fallo” del sistema sino, al contrario, una situación expresamente buscada para asegurar complicidades y sumisiones políticas de quien –como consecuencia de dicha corrupción- se encuentra en una situación de riesgo y, por lo tanto, acaba en manos de quien dispone de la información necesaria para hacerle el suficiente daño judicial o de imagen o de quien dispone del poder necesario para evitar que ese daño se produzca.
8. Tengamos en cuenta que, en ocasiones, es precisamente el hecho de que una determinada
persona –o grupo político- sea susceptible de extorsión lo que lleva a designarla para un
determinado puesto, a encumbrarla o a mantenerla en un puesto en el que –precisamente como consecuencia de ser susceptible de extorsión- se sitúa en una posición de mayor o menor nivel de sumisión. En ocasiones, esto lleva a la perversa situación de que cuanto mayor sea el delito o la conducta reprochable a una determinada persona, de mayor interés resulta para ser ubicada en responsabilidades de primer nivel por parte de quienes, de forma directa o indirecta, la controlan.9. En este sentido, el estallido del caso Pujol puede ser un desastre para su partido político pero quizás una auténtica “liberación” para Catalunya. Es muy posible que el partido CDC se sitúe ahora ante una difícil coyuntura. Por un lado, la evidente amenaza de que, en caso de continuar adelante con el proceso soberanista, el estallido de nuevos escándalos llegue a hacerse intolerable. Por otro lado, al contrario, la posible necesidad de apostar aún con más entusiasmo por dicho proceso soberanista como única forma de distanciarse radicalmente de la etapa pujolista y justificar su propia función social ante afiliados y votantes, en base a un proyecto claramente diferenciado del que protagonizó Jordi Pujol. Lo veremos durante los próximos meses.
10. De cualquier forma, todo parece indicar que las tres décadas de pujolismo van a ser finalmente calificadas como una verdadera traición del nacionalismo moderado catalán a su propio país, ya sea como consecuencia de la aparente generalización de la corrupción o de las consecuencias políticas de la misma.
11. El caso Kutxabank viene a coincidir en el tiempo pero en un proceso inverso. Lo cierto es que la clase política vasca no ha generado en nuestro caso escándalos de corrupción generalizada como se han registrado en el PSOE, en el PP o –en este momento- en la clase política catalana. El caso Kutxabank es, en este sentido, un verdadero salto cualitativo hacia atrás, mediante el cual los líderes políticos de los partidos tradicionales vascos deciden conscientemente apropiarse de nuestro sistema financiero dejando nuestras cajas de ahorros en manos de su círculo de confianza, blindado frente a cualquier tipo de control.
12. Si hay que interpretar comparativamente ambos casos, el estallido del caso Pujol y el caso Kutxabank, probablemente hay que interpretarlos a la inversa. El estallido del caso
Pujol es para la clase política catalana una evidente oportunidad de regeneración, tras
décadas de estar inmersa en un sistema de corrupción –y, probablemente, de sumisión-
generalizada-. Al contrario, el caso Kutxabank puede representar un salto cualitativo en sentido
inverso, por el que la clase política vasca pone fin a décadas de aparente eficiencia y de apuesta por
la economía real y se transforma por decisión propia en oligarquía financiera, con una voluntad
expresa de mantener sometida a nuestra economía y a nuestro país no ya a través de las
elecciones sino haciéndose con los resortes de un ilegítimo poder fáctico.13. Si el estallido del caso Pujol puede representar el comienzo de la regeneración de la clase política catalana, el caso Kutxabank –al contrario- puede representar el fin de la clase política vasca. O, al menos, de la clase política vasca que hemos conocido hasta ahora. Con todo lo que esto significa… EL CASO PUJOL Y EL CASO KUTXABANK.
Las negritas son mías.
Un fleco de la saga / fuga de los Pujol enlaza directamente con la Nouvelle Vague francesa: Jordi Pujol se refugia en el pueblo de la familia de un anarquista y gran cineasta de origen español, Jean Vigo.
A veces parece tosca esta página que le adjunto, pero usted sabe que en Francia hay muchas informaciones viscosas y comprometedoras que han sido verdaderas y las ha proporcionado «Le Canard enchainé» o en Alemania el periódico «Bild». Buscando se encuentran perlas o trufas.
http://www.espiaenelcongreso.com/
Luis,
Madre del Señor… a vista de lo cual, he decidido comenzar a hablar catalán en la intimidad.. a ver si me cae un chollo así.
Q.