Pont des Arts, 26 mayo 2007. Foto JPQ.
En esas estamos.
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El hundimiento fáustico de las humanidades -en la universidad, en la industria editorial, en los medios de com. e incomunicación de ñasas- tiene un costo cívico devastador, que Martha Nussbaum ha descrito de este modo:
¿Con qué nos encontraremos en el futuro si estas tendencias se prolongan? Pues tendremos naciones enteras compuestas por personas con formación técnica, pero sin la menor capacidad para criticar a la autoridad, es decir, naciones enteras de generadores de renta con la imaginación atrofiada. En palabras de Tagore, “un suicidio del alma”… [ .. ] … Las democracias cuentan con un gran poder de imaginación y raciocinio, pero también son propensas a las falacias, al chovinismo, a la prisa, a la dejadez, el egocentrismo y a la estrechez de espíritu. La educación orientada principalmente a la obtención de renta en el mercado global magnifica estas fallas y produce semejante grado de codicia obtusa y de docilidad capacitada que pone en riesgo la vida misma de la democracia, además de impedir la creación de una cultura mundial digna. Si el verdadero choque de las civilizaciones reside, como pienso, en el alma de cada individuo, donde la codicia y el narcisismo combaten contra el respeto y el amor, todas las sociedades modernas están perdiendo la batalla a ritmo acelerado, pues están alimentando las fuerzas que impulsan la violencia y la deshumanización, en lugar de alimentar las fuerzas que impulsan la cultura de la igualdad y el respeto. Si no insistimos en la importancia fundamental de las artes y las humanidades, éstas desaparecerán, porque no sirven para ganar dinero. Sólo sirven para algo mucho más valioso: para formar un mundo en el que valga la pena vivir, con personas capaces de ver a los otros seres humanos como entidades en sí mismas, merecedoras de respeto y empatía, que tienen sus propios pensamientos y sentimientos, y también con naciones capaces de superar el miedo y la desconfianza en pro de un debate signado por la razón y la compasión… Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades.
Las negritas son mías.
De Heidegger a Allan Bloom, de Octavio Paz a George Steiner, la critica de la crisis de las humanidades tiene una magna historia, por escribir.
Martha Nussbaum resume bien el estado actual esa crisis global, que afecta los fundamentos de nuestras sociedades y civilización.
Crisis que tiene, en Caína, una pavorosa dimensión saturnal, inmediata.
Así destruye la cultura la industria editorial.
De como la industria editorial incrementa la incultura.
Así funciona la industria de la incultura y la importación de basuras.
+ Premios + “maestros” + Incultura.Fahrenheit 451, premios, literatura e incultura.
Clásicos amenazados, víctimas de la incultura de masas.
Ecología del espíritu: recursos para acelerar la desertización moral de un pueblo.
Poetas, novelistas, ensayistas, críticos literarios, especies zoológicas amenazadas.
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