AR. Femme une avec la main sous jambes levées ca.1890. Lapiz grafito y acuarela 17,30 x 11 cm. Musée Rodin.
Un negocio de Estado. [ .. ]
Tras tres años cortos de reformas, el Museo Rodin ha reabierto sus puertas, consumando su penúltima metamorfosis: la antigua residencia religiosa para señoritas aristocráticas, deja paso a una colección de obras maestras que tiene como tema central el erotismo más tórrido.
La renovación del Hôtel Biron, Museo Rodin desde 1908, ha costado 16 millones de euros. El Estado ha pagado el 49 % de esa suma. El Museo deberá pagar el resto. Hace meses, la ministra de Educación, Fleur Pellerin, dio a los directores de los museos nacionales esta consigna: “Tenéis que buscaros la vida, conseguir fondos propios. Montar exposiciones que sean muy rentables”. Dicho y hecho.
El Museo de Orsay inauguró hace semanas una gran exposición consagrada a la prostitución en París en el siglo XIX: Prostitución y arte, un negocio de Estado. Gran éxito de público cosmopolita. Antes de iniciar su renovación, a finales del 2012, el Museo Rodin había montado directamente, o en colaboración, grandes exposiciones que tuvieron mucho éxito: “Rodin erótico”, “Rodin, la carne y el mármol”. Entre otras razones, el Museo Rodin inició su renovación, para “responder” con eficacia a una frecuentación “masiva”. Más de 700.000 visitas anuales, en un palacete construido en el siglo XVIII. La reapertura coincide con una reorganización de los fondos.
El historiador Pascal Bonafoux ha contado con mucho detalle la importancia capital del erotismo más expresivo en la obra de Rodin. Abrazos, copulación, masturbación, exposiciones sensuales, están muy presentes en la obra íntima del último del los grandes escultores clásicos franceses. Rodin se instaló en el Hôtel Biron aconsejado por Rilke, su secretario personal, el más grande de los poetas en lengua alemana del siglo XX. Cuando Rodin se instaló en ese palacete, construido a finales del XVIII por un financiero del Antiguo Régimen, el futuro museo estaba muy abandonado, tras un siglo corto de peripecias. El Estado había requisado a la Iglesia una antigua residencia religiosa para jóvenes aristocráticas. André Gide también vivió una larga temporada en el Hôtel Biron, donde Rodin instaló su residencia, su taller y su propio museo íntimo, proponiendo al Estado donar todas sus colecciones, si la antigua residencia religiosa se convertía en Museo Rodin.
Décadas más tarde, el general de Gaulle tuvo la tentación de instalarse personalmente en el difunto Hôtel Biron, pero se le prestan estas reticencias: “Sería un poco vergonzante que la República se instalase oficialmente en una residencia robada a las damas y religiosas del Sagrado Corazón”.
Sus herederos políticos respetaron esas reservas de fondo. Pero no dudan en exponer con mucho aparato museístico la obra íntima de Auguste Rodin, proscrita durante mucho tiempo por “obscena y libidinosa”.
Rodin tuvo una vida erótica y amorosa muy compleja. El gran amor de su vida quizá fue la escultora Camille Claudel -hermana del gran poeta católico. Pero hubo otras aventuras y amores, inmortalizados en distinta medida a través de unos dibujos (escabrosos, con frecuencia) y unas esculturas (entre lo sensual y lo sublime) que el Museo Rodin vuelve a presentar en busca de nuevos públicos cosmopolitas.
El misticismo erótico en las literaturas españolas.
De la lucha contra el Estado, en el lecho.
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