Marché d’Aligre, 17 enero 2016. Foto JPQ.
Antiguo “motor” de crecimiento económico, la inmigración se ha transformado en una pesadilla social, tras la aparición de guetos suburbanos donde el multiculturalismo se ha convertido en un pudridero del tejido social.
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Entre 1946 y 1980, la inmigración creció del 4 % al 7 % de la población nacional. Y la construcción de ciudades y suburbios de nuevo cuño permitió una integración relativamente satisfactoria, sin conflictos importantes. Fueron años de gran expansión económica.
La inmigración se convirtió en una pesadilla nacional entre 1980 y 2005. El 24 de diciembre de 1980, el PCF, miembro de un gobierno de unión de la izquierda, decidió expulsar “manu militari” a 300 inmigrantes africanos utilizando un “bullgdozer” para destruir el “hotel” donde había encontrado refugio en un suburbio del norte de París. El invierno de 2005, el presidente Jacques Chirac tuvo que recurrir al Ejército y el toque de queda nacional, para sofocar de ese modo la sublevación incendiaria de varios centenares de suburbios, en toda Francia.
Entre 2005 y 2015, la “banlieue”, los suburbios, se han transformado en guetos donde la delincuencia, el tráfico de armas, el tráfico de drogas y las vocaciones yihadistas han crecido de manera espectacular. Entre 500 y 1.000 franceses nacidos en unas 780 “zonas urbanas sensibles” han huido de Francia para enrolarse en organizaciones terroristas islámicas, como DAESH o AQMI. Durante los últimos tres años, un rosario de matanzas terroristas han sido protagonizadas por franceses de confesión musulmana, hijos o nietos de inmigrantes.
En su día, Nicolas Baverez me comentaba: “La crisis de los suburbios, el invierno del 2005, puso de manifiesto que han aparecido zonas donde la guerra civil multicultural es un riesgo creciente”. Tras las matanzas terroristas del año pasado, Alain Finkielkraut insiste: “Francia vive una suerte de identidad desgraciada. Hay muchos ciudadanos que son franceses, administrativamente, pero no lo son culturalmente. Debemos frenar o cortar la inmigración para intentar reconstruir los fundamentos de nuestra vida en común”.
Durante las “treinta gloriosas” (las tres décadas de crecimiento que siguieron a la Segunda guerra mundial), la inmigración deseada y mal que bien integrada, aportó a Francia una mano de obra barata que contribuyó a la expansión económica. A partir de 1981 / 1982 (llegada al poder de François Mitterrand), la inmigración comenzó a convertirse en un problema creciente, para transformarse, durante la última década, en semillero de tragedias recurrentes, con muchos flecos multiculturales.
Entre 5 y 6 millones de franceses (en un país de 65,8 millones de habitantes) se dicen musulmanes. Otros 3 o 4 millones son franceses de raza negra. Desde principios de siglo, es imposible ser elegido presidente de Francia si no se cuenta con el voto negro y musulmán.
Esa realidad política y sociológica comenzó a tener una dimensión dramática tras la expansión del terrorismo islámico. Al Qaida, primero, y Daesh, más tarde, han encontrado en los suburbios franceses unos viveros de vocaciones criminales bien estudiados por los especialistas.
Durante la crisis del invierno de 2005, los imanes musulmanes contribuyeron a “frenar” y “contener” una violencia desalmada que sorprendió por su carácter incendiario. A partir de 2015, la “banlieue”, los suburbios de las grandes ciudades francesas, se han convertido en una suerte de “tierra prometida” para el islam subversivo.
Gilles Kepel, entre otros, comenzó estudiando esa metamorfosis suburbana, que tuvo, de entrada, las características de una “búsqueda de identidad”. Los jóvenes franceses buscaban en la religión de sus antepasados una suerte de “respuesta” a la desintegración social y familiar. Con el tiempo, esa “búsqueda de identidad” se ha transformado en un proceso subversivo.
El mismo Gilles Kepel está convencido de la aparición de un yihadismo estrictamente francés, consecuencia última de la desintegración social, en los suburbios, llegando a esta conclusión: “Daesh sueña con algo parecido a provocar una guerra civil en los suburbios, incitando los jóvenes franceses fanatizados a matar a otros jóvenes franceses, como ocurrió con las matanzas terroristas del año pasado”.
Extrema derecha y yihadistas crecen en la misma banlieue, los suburbios.
Céline: “Tierra sin alma, campo de trabajo maldito..”.
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Geografía de la galaxia yihadista parisina… Montreuil, Aubervilliers, Bagnolet, Bobigny, Antony, Vanves, Saint-Denis, Montrouge, Fontenay-sous-Bois, Sarcelles, Drancy, Villejuif, etcétera, pueblos, ciudades de un banlieue ignorada por las élites, incluso fotográficas:
Geografía de la galaxia yihadista parisina… Vanves, 2.
Geografía de la galaxia yihadista parisina… Vanves, 1.
Geografía de la galaxia yihadista parisina… Antony, 2.
Geografía de la galaxia yihadista parisina… Antony.
Geografía de la galaxia yihadista parisina… Belleville, 2.
Geografía de la galaxia yihadista parisina… Belleville, 1.
Geografía de la galaxia yihadista parisina… Porte de Montreuil, 5.
Geografía de la galaxia yihadista parisina… Porte de Montreuil, 4.
Geografía de la galaxia yihadista parisina… Porte de Montreuil, 3.
Geografía de la galaxia yihadista parisina… Porte de Montreuil, 2.
Geografía de la galaxia yihadista parisina… Porte de Montreuil, 1.
Geografía de la galaxia yihadista parisina… Fontenay-sous-Bois, 3.
Geografía de la galaxia yihadista parisina… Fontenay-sous-Bois, 2.
Geografía de la galaxia yihadista parisina… Fontenay-sous-Bois, 1.
Geografía de la galaxia yihadista parisina… Aubervilliers, 3.
Geografía de la galaxia yihadista parisina… Aubervilliers, 2.
Geografía de la galaxia yihadista parisina… Aubervilliers, 1.
La banlieue / los suburbios, pudrideros del tejido social de Francia.
Sarcelles, un “laboratorio” étnico y cultural, 8.
El ‘flâneur’, el cazador furtivo, el ‘Waldgänger’ y la fotografía de Quiñonero.
Jordi says
Quiño, el titulo final del articulo en ABC lo elegiste tu? Noto un ligero contraste con el de la entrada en la bitacora e incluso el tono del texto…
JP Quiñonero says
Jordi,
Es que tu eres un lector muy fino. Cosa que tanto te agradezco, claro,
Q.-
Jordi says
No tan fino como debiera, pero bueno, como dijo el sabio, nobody’s perfect….
JP Quiñonero says
Jordi,
Fino, si, te lo digo yo, hombre…
Q.-