Rue de Charenton, 2 abril 2017. Foto JPQ.
“¿Donde están los lobos? Solo nos quedan los pastores del aburrimiento”, dice la pintada de Miss Tic. En esas estamos.
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A dieciocho días de la primera vuelta de la elección presidencial, el único debate colectivo de los once candidatos confirmó un paisaje político en ruinas, de imprevisible evolución, a la vista de una oferta delirante.
Estos fueron los protagonistas de un debate circense de cuatro largas horas, a navajazos.
Marine Le Pen, apocalíptica de extrema derecha, 25 % intenciones de voto primera vuelta. Entre delirante y ultra populista, escupiendo mentiras con un cinismo ignorante. Ha descafeinado su Frexit (salida de Francia de la UE) con un referéndum “de iniciativa popular”.
Jean-Luc Mélenchon, apocalíptico de extrema izquierda, 15,5 % intenciones voto. Tribuno temible. Su asamblea constituyente destinada a abolir su Monarquía presidencial es cosa de charleta de taberna de contertulios chutándose con cazalla ideológica del XIX, con finos toques venezolanos.
Nicolas Dupont-Aignan, apocalíptico ultra nacionalista, 4,5 % intenciones voto. Un demagogo de pueblo, aquejado de palabrería petómana.
Jean Lassalle, apocalíptico de “centro”, 1 % intenciones voto, dando la nota del payaso sonámbulo, menos peligroso que delirante.
Nathalie Arthaud, apocalíptica sectaria, 0,5 % intenciones voto, último avatar de la secta trotskista local.
Philippe Poutou, apocalíptico anti capitalista, 0,5 % intenciones voto. Simpático cuando se toma un copazo y olvida sus delirios de cuartel ideológico.
François Asselineau, apocalíptico ultra nacionalista, 0,5 % intenciones de voto. Un funcionario de pueblo con una terminología de “jurista” que ha cursado estudios por correspondencia para justificar locuras de extrema derecha.
Jacques Cheminade, apocalíptico extremista, 0,0 % intenciones de voto, gritando horrores que dejan muy cortos a Le Pen y Mélenchon.
Emmanuel Macron, integrado reformista, 25 % intenciones de voto. Liberal en lo económico, reformista en lo social, moderado de la moderación moderada, ex banquero de negocios (Rotschild), ex ministro de Hollande: esa “paella” puede darle la victoria final, si las locuras de Le Pen no terminan imponiéndose.
François Fillon, un conservador clasicote, 17,5 % intenciones de voto. Su proyecto de ruptura, liberal en lo económico, muy conservadora en lo cultural, ha sido dinamitada por el empleo ficticio del que se benefició su esposa Penélope.
Benoît Hamon, candidato socialista, 10 % intenciones de voto. Un sin fuste que rompió con Hollande siendo ministro. Está hundiendo los despojos de unas familias socialistas cavando su tumba en el desierto donde se pelean a garrotazos familias irreconciliables (Manuel Valls dixit).
Le Monde: En direct : la campagne présidentielle au lendemain du débat à onze candidats.
Le Figaro: Quel candidat vous a le plus convaincu..?
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